
Cuestiones de toros
A partir de la edad moderna se fueron estipulando normas con lo cual en la práctica llego a ser un espectáculo interpretado como valor y técnica
Faustino Andrés Martín
Martes, 25 de febrero 2025, 19:45
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Faustino Andrés Martín
Martes, 25 de febrero 2025, 19:45
Un elemento primitivo natural es como los seres humanos aprendieron a defenderse del toro. Con el tiempo llego a ser una expresión vital en las culturas antiguas. Al parecer, se prestaba mucha atención a la intrepidez y a las proezas físicas delante del animal. Por consiguiente, con el paso del tiempo iban aumentando progresivamente este tipo de destrezas y a partir de la edad moderna se fueron estipulando normas con lo cual en la práctica llego a ser un espectáculo interpretado como valor y técnica.
En el transcurso del conflicto civil entre 1936 y 1939, se fueron ausentando muchos de los espectáculos públicos y, especialmente, todo lo que se refería a los toros. Sin embargo, las pautas tradicionales de vida, por una parte, y fundamentalmente, la categoría de los toreros del momento hizo que regresasen las corridas de toros junto los denominados festejos populares, para volver a restablecerse en sus zonas de origen. Así, pues, en el período 1940-50, al hojear un libro vemos enseguida, el cartel de Domingo Ortega, Gitanillo de Triana, Nicolas Villalta, Marcial Lalanda..; lo cual muestra que sistemáticamente el público asista de nuevo a las plazas.
Al mismo tiempo, queda entronizada para el pasado la figura de Manuel Rodríguez, Manolete, en biografías y mejor todavía, los que lo vieron torear; poseía el valor, la quietud estética, gran personalidad: expresión de la nueva heterodoxia del toreo. No obstante, la tolerancia y la crítica podían seguir veredas distintas, existían los taurinos a modo de defender la fiesta nacional y, los detractores, con el apelativo de la España cañí. Pero no nos dejemos engañar con tal afirmación, tanto en cuanto, podían existir honrosas excepciones. Un ejemplo, Rafael Alberti, sobre Luis Miguel Dominguín: «Vuelvo a los toros, por ti…. Luis Miguel»
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Lo que viene a decir: la curiosidad que despertaba el famoso torero. De ahí la opinión de un aficionado, Jandrí Ferrero: «Se hacia notar y de qué manera, a mí era el que más me gustaba, una vez había tenido una mala tarde y al día siguiente repitió, al hacer el paseíllo la gente le increpaba «chulo, chulo…» se fue a la puerta de chiqueros y en cinco minutos estaba el público de pie aplaudiendo como locos. Así, toda la faena igual, le dieron las orejas y el rabo. Además, le acompañaba la inteligencia, era elegante y luego la presencia… un tío. «Toreaba todo y podía con todo».
A la par, con algunas variantes, en el medio social la liga de fútbol era orgullo y discusión entre merengues, culés y colchoneros. Lo cierto es, que la incipiente clase media había extendido practicar el ejercicio físico a nivel regulador y, en otro ámbito, el fútbol se convertiría en una distracción favorita para la población urbana. En fin, cada equipo solían tener su filosofía y semántica; conversando con don Rafael Daniel de Vega comentaba: el Atlético de Madrid procedía del Aviación siempre tuvo una gran delantera y un juego ofensivo que ocasionaba mucha incertidumbre en las defensas.
Volviendo al tema del título, los festejos populares venían a satisfacer una necesidad para crear un gran ambiente en la vida de los medios rurales. Concebidos según el estilo tradicional, la preparación se aborda desde varias fases, nos las recordaría el Sr. Saturnino González, antiguo alcalde. »El presupuesto para toda la fiesta procedía del arrendamiento del espigadero del pueblo, el ambientillo empezaba cuando los mozos decidían pedir los toros. Normalmente, esto se hacía en el segundo «día de la Virgen». Había que tratar el asunto con el resto de los concejales, decían que sí; en un tiempo prudencial, se convocaba la subasta en el teatro del pueblo donde acudían los ganaderos dispuestos hacer una oferta. El interés de los presentes era ver la puja. Si se daba el « trato hecho -, solo quedaba señalar la fecha para asistir a la finca y elegir el lote del ganado ajustado«.
Por lo común, se iba dando contenido al programa, pensando en los días de fiesta, donde no podían faltar los actos de la misa, el desenjaule, el encierro, la prueba y la corrida. Créase, que de todos los momentos, a mi parecer, estaba en contemplar a los operarios del pueblo en construir la plaza y los tendidos adyacentes, esta originalidad hacia que la chiquillería estuviese orgullosa de los comienzos de la fiesta. Cuanto más, si se le daba la suerte de cerrar las calles para el encierro con la ayuda de la responsabilidad de los concejales. Esto era decir: ¡y no nos damos importancia!
Y entonces, con una aparente sencillez formal llegaban los «maletillas» con el hatillo al hombro, la marcha erguida sin más lenguaje artístico que la piel tostada por el sol y el aire, acentuados por el gusanillo de la afición ambos quieren pensar en el mismo ideal, sentirse torero haciendo largo y complejo lo estoico y romántico de la vida. Sin embargo, podemos decir que con la evolución de los tiempos dieron lugar a las escuelas de tauromaquia con un aprendizaje más estructurado, además de permitir que el alumnado pueda realizar otro tipo de formación, es decir, un marco acorde a las necesidades de los tiempos.
Para finalizar, es conveniente detenerse en lo que auténticamente da sentido la realidad en la que vive la tauromaquia: el toro. Es una de las influencias para poder comprender el simbolismo de ponerse delante de la cara del animal en una actitud artística. Dicho esto, me cautiva el eral con la cualidad de moverse, el utrero que se fija y arranca desde los medios, el cuatreño que escarba o echa la cara alta, o el ofensivo que hace alusión a los elementos de su naturaleza…; da igual, valoro si se ha trabajado o no.
Resumiendo, recordar la variedad de encastes de la cabaña del toro bravo, como se ha señalado en varias ocasiones es el acervo biológico y cultural de la independencia del toro en cada zona. La antítesis, vemos, con frecuencia, ocupación del espacio por otro tipo de animales salvajes en vías de transito y la sensación final de que el lobo se aburre de su contexto natural y prefiere buscar comida en un supermercado.
Los hablantes pertenecen a la localidad de Villaescusa ( Zamora). Con título de villa por parte de Urraca I reina de León, acogiendo la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén o de Malta
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