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Que un coche que circula a toda velocidad irrumpa en el jardin de tu casa no es algo muy normal, pero en la avenida Padre Ignacio Ellacuría empiezan a acostumbrarse. Esta vez les ha tocado a Olga Tapia Segurado y José Luis Sanchez, propietarios del ... chalé que hace esquina con la calle Francisco Montejo, que llevan más de 24 horas digiriendo el susto, pero no es la primera vez que pasa: un par de números más adelante otro chalé ya sufrió una intrusión. Dos sucesos que coronan un historial de accidentes, carreras y excesos de velocidad para el que piden soluciones.
«Estaba con mi hijo desayunando en la cocina, a eso de las 9 o 9.30 de la mañana, y escuchamos un golpe tremendo. Este cruce es horrible, hay muchos accidentes, abrí la puerta y me encontré esto», relata Olga, enfermera de profesión. En su móvil nos enseña las fotos que le sacó al protagonista del suceso del fin de semana.
Lo que se ve es un Opel Insignia de color granate oscuro que a esa hora se empotraba contra el muro exterior de su casa. Circulaba a alta velocidad por el puente VIII Centenario de la Universidad y perdía el control del vehículo en la pronunciada curva para entrar en Ignacio Ellacuría. Justo en la esquina exterior está la casa de José Luis y Olga.
El turismo accidentado tenía el frontal destrozado y la rueda delantera derecha doblada. «Le pregunté si había heridos», recuerda Olga, a la que llamó mucho la atención la actitud del conductor del coche que se acababa de empotrar en su jardin. «Se puso a hablar por teléfono, era extranjero, cogió la matrícula del suelo porque se le había caído y se dio a la fuga», recuerda. La huída terminó en el Puente Romano donde fue interceptado por la Policía Local con una rueda arrancada. Dio positivo en la prueba de alcoholemia.
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Los daños fueron importantes. El coche arrancó un árbol, entró en la acera y en el impacto el vehículo derribó por completo el cerramiento de la casa, la puerta peatonal y la del garaje. Dentro estaba aparcado el coche de Olga que también sufrió daños. La familia ya está tramitando la gestión de los daños con su seguro para que reclamen al del conductor, aunque si el positivo por alcohol es firme lo normal es que la aseguradora del vehículo accidentado no se haga cargo de nada.
«Vamos a ver si con esto el Ayuntamiento de Salamanca nos hace un poco de caso... si llega a pasar alguien le habría empotrado», lamenta el matrimonio. José Luis pide una solución, «hay que hacer algo en este cruce porque un día va a haber una desgracia, es rara la semana que no hay un golpe».
Esta vía periférica de la ciudad es conocida por la densidad y velocidad del tráfico que acoge, con vehículos que llegan lanzados del cercano puente de la universidad, pero no se trata solo de un problema de tráfico convencional. Los vecinos denuncian grandes velocidades, carreras con vehículos procedentes del cercano barrio de Buenos Aires o de San José y multitud de choques.
La avenida está limitada a 50 y regulada por semáforos, pero carece de algún radar. Sí estaba previsto construir una rotonda precisamente en este cruce, pero el proyecto, anunciado a comienzos de 2021 (512.000 euros de presupuesto), no se ha ejecutado. Es la solución que plantea el ayuntamiento a un lugar con una intensidad que supera los 9.000 vehículos diarios, un tráfico intenso y veloz que está detrás del susto que se han llevado Olga y José Luis.
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