Secciones
Servicios
Destacamos
A medida que los días se hacen más fríos y cortos, hay algunas facturas que crecen. Y con los precios de la energía más altos que otros años, los bolsillos se resienten. ¿Cómo ahorrar? El problema preocupa a los salmantinos y por ello esta semana ... dos asociaciones de vecinos, Canto Blanco y ZOES, sensibles a estas inquietudes, han querido dar algunas respuestas, empezando por ayudar a desentrañar las facturas, es decir, qué pagamos.
Ramona Martín, de la asociación del Barrio Blanco, explica que con cierta periodicidad un grupo de personas de este barrio, Pizarrales y Capuchinos se reúne para pasar la tarde y tomar un café. Combaten la soledad mientras hablan de asuntos que les interesan. Y últimamente les preocupaba el precio de la luz y cómo podrían ahorrar. Y encontraron en Alberto Villacampa, de FEVESA, la persona ideal para explicarles todos los detalles en uno de sus encuentros.
En este otoño atípico y más caluroso de lo normal, uno de los medios de ahorro por el que han optado muchas personas ha sido retrasar el encendido de la calefacción. Las casas no estaban tan frías y con una manga más no echaban de menos una fuente de calor. Pero ahora que Salamanca ya está viviendo sus primeras heladas de la temporada las cosas cambian.
Todavía hay muchas personas que en su día instalaron acumuladores eléctricos con la vieja tarifa nocturna. Esta tarifa ya no existe y con los cambios y subidas de precios actuales los usuarios han pasado de desembolsar unos 60 euros a 300 e incluso 500 euros. Y aunque intenten no encender demasiado, pagan mucho y pasan frío, porque estos aparatos necesitan unas horas de carga para ser eficientes. La solución pasa por cambiar de sistema de calefacción, una operación que requiere un gasto que no todo el mundo puede permitirse. Por eso hay quien vuelve a la vieja estufa de gas y que rescata el brasero.
Noticia Relacionada
Según Villacampa, uno de los aspectos de las facturas que muchas personas desconocen y que tiene que ver con los momentos en los que los usuarios gastan o no más luz es que se puede contratar dos potencias distintas a la vez. Una para periodo valle (lo que supone noches, fines de semana y festivos) y otra para periodos punta (por el día). No es lo mismo el consumo que podemos hacer en una segunda vivienda de fin de semana que en la que pasamos todo el tiempo. O si tenemos que enchufar la calefacción o un vehículo eléctrico. En función de ello podemos necesitar más o menos potencia en algunos momentos y este mero ajuste ya supone un ahorro, porque es un gasto fijo en la factura que podemos reducir si no contratamos más de lo que vamos a necesitar. Y la mayor parte de los hogares tienen contratada más potencia de la que realmente necesita.
Noticia Relacionada
En el Barrio Oeste, ZOES está organizando distintas charlas en función de los intereses de los vecinos, próximamente abordarán, por ejemplo, la seguridad de las compras y gestiones bancarias en Internet. Pero esta semana la protagonista ha sido también la factura de la luz y han contado para descifrarla con la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC), dentro de sus actividades de la Escuela de Consumo.
Una de las cuestiones que más sorprendió a los asistentes a la sesión dirigida por Ana Hidalgo, directora de la OMIC, fue el porcentaje de la «cesta» de energías que llega a nuestros hogares. Casi nadie entre los asistentes era consciente de que en 2021 el 48,4% de la electricidad producida en España, casi la mitad, procedía de renovables (viento, sol, agua y biomasa). Y desconocían asimismo que eran las más baratas. Sin embargo, una parte de la electricidad que consumimos está generada a partir de gas, y el precio actual es muy elevado y es lo que dispara la factura, porque se cobra todo a ese precio. España y Portugal para atajar este problema han utilizado lo que se llama «la excepción ibérica», que consiste en fijar durante 12 meses un tope al precio que se paga por este gas que se usa para generar electricidad. Así, haciendo mediciones cada hora sobre de dónde viene la energía en cada momento, si la que se produce con gas (porque, por ejemplo, a esa hora no hace viento o se ha hecho de noche) si la que se produce con gas tiene un coste superior a este tope, se compensa a las productoras por esta diferencia. Cuanto más caro sea el gas y más cantidad se necesite, más elevada será la compensación. Y aunque tengamos que sufragar esa compensación, resulta más barato compensar solo esa parte de la generación que utiliza el gas como materia prima que pagar el 100% de la generación eléctrica a precio de gas.
Las diferencias entre el mercado libre de la luz y el regulado fueron otros de los aspectos tratados en la sesión. No fueron pocos los asistentes que reconocieron no saber si su contrato correspondía a uno u a otro ni las implicaciones que supone. Por ejemplo, el mercado libre puede incluir otros paquetes de servicios por los que también se cobra y puede exigir un tiempo de permanencia para el cliente. Por su parte en el mercado regulado no se puede cortar la luz al usuario que no puede afrontar el pago (aunque sí se le puede reducir la potencia) y existen distintos plazos y trámites para estudiar los motivos de este impago para encontrar una solución en función de las circunstancias.
Hidalgo invitó a los ciudadanos que lo deseen a pedir cita en la OMIC a través de la web municipal. Una vez allí, y con la factura en la mano, podrán asesorarles de manera personalizada sobre lo que más se adapta a sus necesidades.
Y aunque es importante buscar un contrato a la medida de nuestro consumo energético, tener un buen aislamiento térmico en el hogar y apostar por electrodomésticos de alta eficiencia energética son las claves para conseguir el mayor ahorro energético, concluyó Ana Hidalgo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.