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Álex López

Cuatro meses sin coche y seguros a precio de oro: la desesperación de ser taxista en Salamanca

Lucas explica que su coche, que sólo tiene un año, tendrá que soportar más demora hasta que se solucione la avería que sufre tras un golpe y que no es un caso aislado: se trata de un problema, junto con el precio de los seguros, que perjudica mucho al sector

Ana Carlos

Salamanca

Domingo, 13 de octubre 2024

Hay fechas que no se olvidan. A Lucas se le ha quedado grabado el 10 de junio de este año, cuando su coche entró en el taller oficial de la marca en Salamanca. Era lunes y dos días antes, el sábado día 8, había sufrido un golpe con una tapa de registro del agua mal colocada en una calle de Salamanca. No sabía lo que le esperaba.

Cuando el perito hizo la valoración vio que el vehículo sufría daños en la caja de cambios y en el taller decidieron pedir las piezas necesarias para repararlo. Cuatro meses y un día después de su entrada en el taller, como si se tratase de una condena (el 11 de octubre), le han dicho que efectivamente han llegado esas piezas. Pero la caja de cambios no se puede reparar. Tendrán que pedirla completa y no hay una fecha para esa nueva entrega. Ni siquiera se atreven a hacerle una previsión.

La situación sería un problema para cualquiera. Pero para Lucas, taxista, lo es mucho más. Supone una importante pérdida económica porque se trata de su trabajo. «Llevo 30 años en el taxi y solo he tenido que parar una vez 20 días porque la casa y el concesionario de ese coche no eran capaces de ponerse de acuerdo con quién se tenía que hacer cargo de una garantía. Por un golpe jamás». Lamenta.

En este caso afirma que aunque ha presentado reclamaciones «todo son buenas palabras, dicen que están priorizando mis piezas, pero nada más. El problema será ajeno a ellos, pero a mí nadie me lo soluciona», lamenta.

Desde el año 2020, la tardanza para reparar un coche por problemas de suministro de piezas y recambios se ha convertido en algo habitual en cualquier marca. Las esperas, incluso de varios meses como le ha sucedido a Lucas (que tiene un Dacia), no son casos aislados. Y no solo cuando se trata de elementos electrónicos o con microchips. También sucede con piezas menos complejas y que se dañan con facilidad en un accidente, como los parachoques, aletas o faros, por poner algunos ejemplos.

Una situación «inadmisible y sin solución»

Así lo confirma Marcelino Pérez, presidente de Radiotaxi Salamanca. Asegura que en el último año se han visto afectados por estos retrasos unos diez o doce compañeros. «Se trata de una situación inadmisible, pero no hay solución. Antes la ley obligaba a las respectivas casas a tener disponibles en el momento recambios de sus coches y de electrodomésticos, pero ya no».

La normativa establece que los fabricantes tienen que garantizar piezas de repuesto incluso durante un periodo de tiempo desde que el producto deje de fabricarse. En concreto cinco años si fue fabricado antes de 2022 y diez si lo fue a partir de esa fecha. Eso significa que los talleres deben poder obtenerlas. Pero no se estipulan plazos para tenerlas disponibles.

El presidente de Radiotaxi Salamanca señala que eso les está pasando a los dueños de coches nuevos, pero también a los que ya han pasado el plazo de garantía

El presidente de Radiotaxi Salamanca señala que eso les está pasando a los dueños de coches nuevos, pero también a los que ya han pasado el plazo de garantía. En el caso de los primeros existe una dificultad añadida: para que se mantenga la garantía han de repararse en los talleres autorizados por el fabricante, generalmente los concesionarios. Además «son las casas las que deciden cómo«. «Tienen que mandar las piezas a la central, hacer informes y ellos mandan otras nuevas. No les dejan optar por soluciones más sencillas», apunta.

Ambos taxistas hacen un repaso por algunos de los compañeros que han tenido que esperar a que los talleres son abastecidos con las piezas que necesitan. Por ejemplo, cinco por una bomba de dirección o más de dos meses por un parachoques. Por suerte para algunos de ellos, podían seguir trabajando porque no sufrían daños que inutilizaran el vehículo ni comprometieran su seguridad.

Esperas de medio año también para comprar coche

El coche de Lucas tiene un año. Solo ha podido trabajar con él ocho meses. Pero las esperas de este taxista empezaron antes de la compra. Cuando decidió cambiar su anterior vehículo, que tenía siete años, fue al concesionario a encargar el que deseaba. Pero este no llegó «hasta seis o siete meses después».

Afortunadamente para Lucas, su coche anterior todavía funcionaba perfectamente y la demora no tuvo mayores consecuencias. Pero Marcelino Pérez señala que en el sector hay miedo a que se estropee un coche porque «como mínimo hay que esperar cinco o seis meses para que llegue el nuevo vehículo que has elegido, o te tienes que conformar y comprar lo que no quieres pero es lo que encuentras en stock». Además, como no todos los turismos del mercado pueden destinarse a ser taxis, tampoco resulta sencilla esta última opción.

Lo de los plazos en la industria del automóvil se ha convertido en una pesadilla para quienes viven de los coches, tanto profesionales como talleres. El presidente de Radiotaxi insiste en que desde la pandemia todo cambió. Muchas fábricas cerraron por las restricciones sanitarias. Eso supuso una disminución tanto en la producción de componentes y piezas de recambio como de vehículos. Además, la escasez de microchips también agudizó ese descenso. «Ahora no hay estocaje y aunque el ritmo de fabricación ha aumentado, parece que se fabrican al día tanto las piezas como los coches», analiza.

Seguros que piden hasta 7.000 euros

Por si no fueran suficientes todos estos palos en las ruedas, el sector se encuentra actualmente con otro problema aún mayor. De hecho el próximo 13 de noviembre taxistas de toda España acudirán a Madrid a la concentración convocada para protestar contra la subida desmesurada de los precios de sus seguros.

Lucas, una vez más, ha vivido la experiencia en sus carnes. Cuando llamó a su compañía de seguros para darle los datos de su nuevo coche y hacer el cambio antes de sacarlo a la calle, le dijeron que no le renovaban la póliza. Tardó 15 días en encontrar otra que se lo asegurara. Pero si con su coche de 7 años a todo riesgo estaba pagando en torno a mil euros, ahora paga 1.800 con un coche nuevo y sólo por daños a terceros. «Mi póliza no será de las más caras, las he visto de 3.000 euros. Pero también hay compañeros buscando porque ni siquiera encuentran una compañía dispuesta a asegurarles», afirma.

«Mi póliza no será de las más caras, las he visto de 3.000 euros. Pero también hay compañeros buscando porque ni siquiera encuentran una compañía dispuesta a asegurarles»

Este problema afecta especialmente a vehículos híbridos y eléctricos, pero también a coches con más de un conductor, o con un conductor menor de 25 años. También lo confirma el presidente de Radiotaxi Salamanca. «Hemos llegado a ver coches parados tres meses porque no encontraban seguro. Incluso a los que lo tienen los quieren echar. Están esperando al momento de la renovación para cancelar todos los que estaban en torno a 1.000 o 1.200 euros.

Algunos de estos profesionales se han visto obligados a acudir al Consorcio de Compensación de Seguros de Salamanca, prosigue Marcelino Pérez. Esta entidad tiene que asumir la cobertura de responsabilidad civil obligatoria para vehículos que no han sido aceptados por las aseguradoras privadas. «Les ha llegado a pedir 7.000 euros. Eso son casi 600 euros al mes. Es una barbaridad, casi más que el gasto en combustible», denuncia.

Apunta que las aseguradoras alegan un aumento de la siniestralidad, pero el representante de los taxistas defiende que éste no se ha producido en este colectivo. El sector ha denunciado a nivel estatal ante el Tribunal de la Competencia que consideran que las aseguradoras se han puesto de acuerdo para subir todas los precios y se han cebado con el gremio abusando de su posición. Sin seguro no pueden trabajar.

Atrapado por las circunstancias

Mientras, Lucas se siente atrapado por las circunstancias. A un particular le prestan un coche de sustitución. A un taxista no y resultaría mucho más complicado, porque no podría usar un coche de más de 4 años y necesitaría instalación del taxímetro y emisora, ITV del coche y del taxímetro y otros requisitos. Tampoco puede volver a utilizar su anterior coche, de 7 años, por los mismos motivos.

El tiempo pasa y este taxista sigue teniendo gastos, entre ellos el del seguro en estos meses en los que no se mueve el coche.

¿Y hay posibilidad de recibir compensaciones? Intentará reclamar alguna indemnización al concesionario y a la marca, pero cree que no será fácil. Por suerte puede trabajar con otra licencia. Pero si esta situación la sufriera un compañero que acabase de comprar la licencia y tuviera que estar pagando al banco, ¿cómo subsistiría?, se pregunta.

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