Castaño asume su responsabilidad: «Errar es humano, pero más humano es echarle la culpa a otro»

La decisión del alcalde de retirar a Castaño las delegaciones de Turismo y Relaciones con las universidades y pedirle también su dimisión ha caído como un jarro de agua fría entre el grupo naranja. Castaño, por su parte, a pesar de entender que «la presión es muy alta», señala que «errar es humano pero echarle la culpa a otro es más humano aún». «Cuando llegamos al ayuntamiento ya tenemos las maletas hechas, la política es un viaje de vuelta», asegura.

Sin embargo, se niega a dimitir y señala que «el acta de concejal me corresponde como cargo elegido pero sobre todo a mi partido». Por otro lado, defender su postura y su buen hacer es la motivación más firme para proteger su acta. «Como concejal, podré defender mi honorabilidad. Para mí es muy importante defender lo que he hecho e irme con la cabeza muy alta», apunta.

Igualmente, se ha desmarcado de la falsedad documental que señala al exasesor del ayuntamiento aunque reconoce la relación de amistad que le unía a él. «Es amigo mío desde hace veinte años, es absurdo pensar que yo sabía de esa falsedad documental». Asimismo ha apuntado que «no es el momento de hacer sangre con las personas» y ha remarcado que el proceso ya esta judializado por lo que «hay que quitar el foco en una persona sobre la que ya se han tomado cartas en el asunto».

A pesar de asumir su responsabilidad, remarca la parte positiva del congreso Peace City World. «Se había cifrado los ingresos en 650.000 euros, y con el éxito que ha tenido y la participación de más de 200 empresas, no es descabellado multiplicarlo por dos o por tres», asegura. Además, defiende las oportunidades económicas que un acto de tales dimensiones puede suponer para Salamanca y se mantiene en la fiabilidad de los cuestionados jeques. «Es absurdo pensar que se han disfrazado cuando se han alojado en hoteles de lujo, no tengo ninguna duda en la veracidad de los inversores», asiente.

Un recorrido impecable en la carrera de Castaño protagonizado por dar vida al Puerto Seco «que se mantuvo dormido durante 20 años», pero que se ve difuminado por los últimos acontecimientos que le están afectando también de forma personal. «Llevo muchos días llorando, lo he pasado mal y ha sido un golpe muy duro. Al fin he conseguido dormir este fin de semana y quiero creer que las crisis son una causa de oportunidad», concluye.