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Jueves, 20 de octubre 2022, 13:52
Apurar las horas de sol, estirar la tarde hasta bajar las persianas e intentar contener los rayos de sol son algunas de las prácticas típicas del horario de invierno que se aproxima. El cambio de hora es el primer síntoma del acecho del la ... estación más fría pero, ¿qué día se producirá y qué tenemos que hacer? A pesar de ser una rutina anual llegada estas fechas, la duda sobre si hay que retrasar o adelantar el reloj y si se duerme una hora más o una hora menos, son incógnitas que se presentan cada año.
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La madrugada del 30 de octubre, es decir, la noche del sábado al domingo, se producirá el cambio de hora: a las 03:00 horas serás las 02:00 horas. Así, se cumple con la normativa de la directiva europea que afecta a todos los países miembros de la Unión Europea. A pesar de los debates sobre si eliminar el cambio de horario o no, por el momento parece que una estabilidad no es una realidad cercana. En cambio, Estados Unidos sí ha decidido romper con esta modificación anual en el 2023 a través de la ley Sunshine Protection Act.
¿Qué supone este cambio de horario? Con esta transformación horaria amanecerá y anochecerá una hora antes. Es decir, si amanecía a día 29 de octubre a las 08:49, el 30 de octubre amanecerá ya a las 07:49 horas. Lo mismo pasará con la última puesta del sol que a las 19:25 horas comenzaba el atardecer y ahora será a las 18:25 horas cuando empezaremos a decir adiós a los últimos rayos de sol. Por tanto, sí, efectivamente el día que se produzca el cambio de hora dormiremos una hora más o en su defecto, podremos estirar el ocio nocturno también otros sesenta minutos.
Si eres de los que cuando le preguntan qué hora es desbloqueas el móvil en vez de girar la muñeca, lo tienes fácil. Casi todos los dispositivos conectados a Internet hacen el cambio de manera automática, por lo que no tendrás que hacer nada. En la mayoría de los casos, la hora se atrasará sola en móviles, ordenadores, tablet, relojes inteligentes o los altavoces autónomos.
Sin embargo, un esfuerzo a mayores exigen los mecanismos 'de toda la vida'. Relojes de pared, despertadores analógicos, el horno o la nevera tendrán que esperar a que se les meta mano para poder verse actualizados. Eso sí, para que aquellos dispositivos hagan el cambio tendrán que tener activados el horario europeo. En caso de que tengan otra zona geográfica determinada, si no cambia la hora allí, no se cambiará.
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