El cambio de criterio en Salamanca que impide demoler edificios protegidos para abrir restaurantes

Una de las actuaciones 'de moda' en el patrimonio salmantino, la restitución tipológica, está detrás del cambio de rumbo en el futuro de los dos edificios 'gemelos' en el cogollo del centro de Salamanca, la zona declarada Patrimonio de la Humanidad. Lo que iba a ser una rehabilitación completa tornará en la modificación total de su interior con su vaciado.

Este proceso, en el que se perderán partes originales del interior de su edifcio, trae aparejada una novedad en el tratamiento que la comisión técnico artística está dando a estos proyectos, muy numerosos en Salamanca. Y es que, por primera vez, se requiere a la propiedad documentar elementos interiores de interés.

En este caso, se trata de un proyecto que afecta a dos edificios, el 7 y el 8 de la plaza del Corrillo, cuya historia discurre paralela y unida urbanísticamente. Se trata de dos inmuebles separados, pero incluídos en una misma ficha catastral, pegados a la iglesia románica de San Martín y que van a ser reformados para convertirse en restaurante con terraza y gastrobar.

Ambos son obra del arquitecto Santiago Madrigal, uno de los más prolíficos en el centro de Salamanca, se enmarcan en el eclecticismo y están datados casi en el mismo año, 1922 y 1923. Tienen las mismas plantas, un bajo dedicado al comercio, destacan ambos por los revocos pintados de su fachada y las rejerías metálicas y presentan un mismo problema: generan visuales inadecuadas del monumento que tapan, la iglesia de San Martín, algo que ahora no se va a resolver.

El proyecto data del pasado mes de septiembre. Entonces, la promotora presentó solicitud de licencia de rehabilitación para cambiar completamente su interior y dedicar íntegramente los dos inmuebles a un nuevo restaurante en el centro histórico. La actividad bajo estudio para licencia es la de bar y restaurante sin aparatos musicales confuncionamiento en horario diurno y nocturno, para la que también se había solicitado en Policía administrativa la licencia ambiental.

El proyecto solicitaba y obtuvo ambas licencias para transformar completamente su interior y cambiar su distribución para el nuevo uso que se le pretende dar. Pero la actuación prevista ha dado un giro.

El pasado día 19 de diciembre la comisión técnico artística del municipio analizaba una nueva propuesta de la propiedad, surgida en el proceso de ejecución de obra. Y decidía aprobar lo que se solicita ahora: vaciado interior y restitución tipológica.

Eso supone que se derribará su interior por completo y que se hará una reconstrucción, con lo que el resultado ya no será el edificio original. No está claro si el cambio afecta sólo a los trabajos en el interior o si también se hará la restitución tipológica en las fachadas, ambas protegidas.

Este tipo de actuaciones están en el centro de la polémica desde hace unos meses. Varios edificios catalogados de estilos arquitectónicos contemporáneos han sufrido proyectos de restitución que han supuesto que crezcan varias plantas o su desaparición total, caso del antiguo caserón de la avenida de Italia.

Lo que sí se ha añadido es una nueva exigencia que no se había producido hasta ahora. La comisión pide a la promotora del proyecto que documente los elementos interiores de interés para una ulterior conservación. Al ser de estilo eclecticista y de un arquitecto de renombre, podrían encontrarse estructuras peculiares dignas de ser conservadas como originales.

Esto es algo que no se ha hecho, por ejemplo, en el caso del edificio de la calle Prior al que se le ha permitido levantar una medianera para abrir tres ventanas, pese a su ubicación a un paso del palacio de Monterrey. En este caso, se solició sin éxito por parte de una concejala del PSOE conservar su interior.

La edificación sobre la que ahora se va a intervenir está constituida por dos edificios de dimensiones similares unidos interiormente, aunque originalmente separados. Linda con la Iglesia de San Martin y presenta un buen estado de conservación, sin patologías relevantes. Según catastro figura como una única propiedad, sin embargo, originalmente se trataba de dos fincas independientes y así se mantiene en el catálogo de edificios de interés, en el que cuentan con fichas separadas.

En un estudio de fotos históricas se comprueba que tenían puertas de acceso independiente, así como saltos y cambios de ritmo en los huecos de fachada. La cota de coronación de cornisa tampoco es la misma, con un salto entre una y otra propiedad. En realidad se trataba de dos fincas independientes que con el paso del tiempo, y tras sucesivas reformas interiores se unieron mediante la ejecución de una escalera en planta baja.

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