El ayuntamiento exigirá seguridad privada en la Plaza Mayor para el fin de año universitario

La seguridad ha sido siempre una de las piezas clave en el debate sobre esta celebración. Ese día se registra una amplia afluencia, más de 21.000 personas en la Plaza Mayor, que concentra los mayores problemas. Por este motivo, y según ha explicado el concejal de Policía, Fernando Carabias, se exigirá la presencia de vigilancia privada de la organización en la Plaza Mayor. El otro punto de atención será la fiesta prevista en el Multiusos, para la que ya se comercializan entradas.

Ese detalle ha suscitado debate en la última comisión informativa municipal de Policía, en la que el concejal no adscrito cuestionó que personal de seguridad privada pueda limitar el acceso a un espacio público. El debate es complejo porque la plaza se convierte por unas horas en espacio para una fiesta. El concejal ha explicado que en los controles de acceso siempre existirá la presencia de Policía Local.

Hasta ahora, la organización, que corre a cargo de los empresarios de hostelería, había aportado personal colaborador con funciones de asistencia, pero ahora se pedirá a los organizadores que se ocupen de parte de la seguridad en el lugar de la celebración. En la última edición celebrada, la Policía Local se ocupó de los controles de acceso para no superar el aforo máximo, fijado en 21.700 personas. De hecho, el despliegue policial pretendía que no se produjera nunca un nivel de afluencia peligroso y se reservó la posibilidad de cerrar la plaza si así lo consideraba.

El dispositivo de seguridad es una de las claves de la celebración. Históricamente ha requerido de un despliegue importante de agentes de la Policía Local y la colaboración de la Policía Nacional. Los cuerpos se han centrado en la llegada previa de asistentes, el control de acceso a la Plaza Mayor, la prohibición de entrar con alcohol o determinados objetos en la plaza, la vigilancia del tráfico y consumo de drogas y los controles posteriores en bares y en el tráfico.

Además, la plaza se despeja de elementos, se pone un escenario y se retira la decoración, este año, la bola de Navidad. Se cuenta con la participación de Bomberos y Protección Civil y el despliegue de Cruz Roja para atender heridos. Por último, tras la fiesta los servicios de recogida de basuras limpian la plaza, tarea que tiene un coste y que desde hace unos años asume la organización, algo que IU ha vuelto a pedir además de la instalación de un Punto Violeta.

El regreso de la nochevieja universitaria tras el Covid podría ser una reunión masiva a tenor de las previsiones de los organizaciones. Los hosteleros calculan un impacto de 600.000 euros en los negocios del sector por la afluencia de participantes; hay ganas después de dos años suspendida, aunque en 2019, en una noche muy lluviosa, no llegó a llenar.

La Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca tomó el control de la fiesta desde 2016 que desde entonces se llama Fin de Año Universitario porque la marca sigue en poder de su impulsor original. Con este nombre organizaron las tres ediciones anteriores, pero los dos últimos años no se ha podido celebrar: en 2020 fue en plena pandemia y en 2021, cuando estaba ya lista, se suspendió por un repunte de contagios.