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Es la administración de Salamanca que más años lleva repartiendo suerte. La Ranita es el despacho más antiguo de la capital y se ha convertido con los años en el símbolo de la fortuna. Si encontrar la ranta en la fachada de la Universidad de Salamanca da suerte y ayuda a aprobar los exámenes del curso, cruzarte con la ranita de la calle Quintana puede convertirte en rico. «Es la que más tiempo lleva y, al principio, estaba en los soportales de la Plaza Mayor -en la parte del Mercado-, luego pasó a la calle San Pablo y más tarde se asentó aquí», comenta Abraham, uno de los trabajadores.
Desde hace algo más de un año, la Ranita cambió de responsables y renovó su equipo de empleados. Una 'muda' que no le ha ido nada mal al establecimiento del centro de Salamanca puesto que desde entonces, no han dejado de repartir suerte. «Es un trabajo muy bonito, empecé el año pasado a trabajar aquí y la verdad es que me encanta», comenta Abraham. Por los días de brindis, aunque sean pocos al año, merece la pena todo lo demás. El momento en el que son conscientes de que han sido los responsables de que alguien se haya llevado un pellizco es, para ellos, incomparable.
Negocios de toda la vida
«Es una sensación maravillosa pensar que gracias a ti una persona pueda ser un poquito más feliz», asegura Abraham. Se imaginan que es así -y seguro que el agraciado así se siente-, pero en realidad, nunca han conocido a un afortunado a pesar de haber repartido grandes premios. «Cuando son grandes cantidades la gente no dice nada y no suelen venir por aquí», comenta. También es cierto que al ser un punto tan turístico, es muy probable que no sea un vecino el beneficiado. «Está en el centro de Salamanca y es un lugar de paso que hace que entren muchos turistas», explica.
No es un souvenir de la rana de Salamanca pero sí es un décimo de La Ranita que puede ser un recuerdo para siempre de la visita a la ciudad dorada. «Mucha gente aprovecha para comprar cuando viaja y se nota en las temporadas de más turismo», explica.
Es lo bonito de trabajar en una administración de lotería, poder ser testigo de la felicidad de los demás. Así lo expresa Abraham y es una sensación que, en su poco más de un año de trabajo, ha podido vivir en varias ocasiones. La Ranita repartió el segundo premio de la Lotería del Niño en 2023, el quinto premio de la Lotería de Navidad ese mismo año, inauguraba el 2024 con el primer premio del Niño y en este último sorteo de la Navidad descorchaba el champán para celebrar el tercer quinto premio.
«Ojalá volvamos a tener suerte», comentaba días antes del pasado 22 de diciembre. Y vaya si la tuvieron. El tercer quinto premio con el número 74.778, premiado con 60.000 euros en cada serie (6.000 euros al décimo), les daba de lleno con la venta de una serie completa. Un premio que se hacía aún más especial por la dedicatoria que hacía uno de los loteros tras conocer la noticia. Fernando compartía con los medios que en las últimas semanas apenas había tenido tiempo de ver a su hija por el intenso trabajo en la administración. «Se lo dedico a ella, a mi hija Inés, recién nacida que ha estado ingresada por un problema respiratorio». Ahora esperan que ese «pan debajo del brazo» se celebre también en la Lotería del Niño.
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