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Una historia y sus canciones. Episodio 10

...para la nostalgia del fin del verano

No te quieres bajar de este verano. Nosotros tampoco, pero aquí te animamos a dar el salto indeseable aunque necesario. Puedes escuchar este podcast 'on the rocks' o acompañado de las canciones de la playlist

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José Ángel Esteban

Miércoles, 2 de agosto 2023, 00:25

La Playlist

  • 1. Pedro Guerra 'El Reencuentro de Viola y el Barón'

  • 2. Los Módulos 'Todo Tiene su Fin'

  • 3. Camarón 'La Leyenda del Tiempo'

  • 4. Delafé y las Flores Azules 'Enero en la Playa'

  • 5. Poolside 'Harvest Moon (Neil Young)'

  • 6. Franco Battiato 'La Cura'

  • 7. Lana del Rey 'Summertime Sadness'

  • [Entra en tu cuenta de Spotify pinchando aquí para escuchar el podcast con sus canciones]

Pues te voy a contar una historia. A ver si así consigo explicarme. Y déjame que te diga lo que te pasa. Lo que te pasa es que eres como el Barón Rampante. ¿Te acuerdas? Seguro que lo has leído, alguna vez, ahí está en ... tu memoria…

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«Al rato, por las ventanas, lo vimos encaramarse a la encina. Estaba vestido y peinado con gran propiedad, como nuestro padre quería que viniera a la mesa, a pesar de sus doce años: cabellos empolvados con lazo en la colecta, tricornio, corbata de encaje, frac verde con colas, calzones de color malva, espadín, y altas polainas de piel blanca hasta medio muslo, única concesión a un modo de vestir más acorde con nuestra vida campesina. Y así trepaba por el nudoso árbol, moviendo brazos y piernas por las ramas con una seguridad y una rapidez producto de las largas prácticas que habíamos hecho juntos.»

Exacto. Italo Calvino. Ese. El Barón: Cósimo Piovasco, ni más ni menos. Uno de los habitantes de «Nuestros Antepasados», la trilogía. Aquellas tres historias inverosímiles que ocurrían en tiempos pasados y en lugares imaginarios, como decía el propio genio italiano, nacido por cierto en Cuba, lo que, con absoluta seguridad, hace todo esto todavía más imaginario e inverosímil. Que es de lo que se trata. Como las historias con música que nos hemos contado, añado. Historias de música y pasado. ¿Será porque el verano es irreal como un cuento infantil? ¿Una fantasía? ¿Un sueño entre paréntesis? ¿Un viaje extravagante y muy, muy raro? Cósimo, barón de Rondó, rebelde y libertario, se subió a una encina del jardín familiar y ya no quiso bajarse. (1)

El barón no se bajó. Nunca. Anciano y gastado por años en los árboles, Cosimo no se rinde y no baja a tierra. Cumple su promesa hasta el final. Al paso de un globo aerostático, se agarra al ancla y desaparece en el horizonte, lanzándose finalmente al mar. Como tu, me temo, que no quieres que el verano se acabe. y, lo mismo que el joven trepador quieres que en tu encina, en tu verano, pase la revolución, te construyas una casa, tengas otra vida. Y te escapes. Desde ahí, desde lejos, dentro y fuera del mundo al mismo tiempo. Lujo, sí. Lujo. Pero no. Todo tiene su fin, no se si te has dado cuenta. Y siento que ha llegado la hora. El tiempo se nos va, la felicidad se aleja de nosotros como el humo del fuego. (2)

Y entonces llega la nostalgia. Y menos mal. Yo creo que es mejor que así sea. Hay que aprender a decir adiós, aceptarlo, y que el tiempo se pierda y lo persigamos después en la memoria como pañuelos en el aire, con el cuchillo entre los dientes. Así que pasen cinco años o ciento cincuenta. Así lo diga Lorca o Faubert. Para el francés, la nostalgia era pura necesidad sin que le hiciera falta un tiempo pasado o perdido. (3)

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Eso es. De eso se trata. No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca existió. Por eso, ahora que has aprovechado, que has vivido este extraño verano de historias y canciones, ha llegado el momento de pasar a otra cosa. Y quedarte con lo que has vivido, con lo que hemos vivido. Lo que podemos contar. Esa batalla. Que se convierta en leyenda. Así son las cosas, empezaron como un cuento y ahora parecen de ciencia ficción. Acércate entonces, ven, ya se que, aunque se avecine septiembre, en estos momentos tienes frío de enero en los huesos. (4)

Acércate un poco más y escucha bien lo que tengo que decirte. Déjate llevar. Que te lleve. Después de cada final hay otro camino que se abre. Mira al cielo esta noche y vamos a ser como los niños dormidos: podríamos soñar que nos vamos lejos. Hay un rincón después de un desvío de la carretera. Allí podemos celebrar a la luz de la luna toda la cosecha de recuerdos que los llevamos. (5)

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¿Sabés que? De todas las canciones que en este verano, tan corto y tan intenso, han sido, hay una en la que me quedaría a vivir. Una canción que es mucho más que una declaración de intenciones: ahora que te acecha la nostalgia que te envenena la melancolía, esta canción te defiende del miedo, del dolor, de las injusticias, de los fracasos, de todo eso con lo que lleva la vuelta a la realidad. Hay cura para todo eso. Yo conozco las leyes del mundo, los trucos, las trampas que hay que hacerles al espacio y al tiempo para no hacernos viejos. Para empezar de nuevo. Y te voy a cuidar. Te protegeré. (6)

Olvida esta tristeza escasa de un verano menudo, sincopado y clandestino. Venga, vamos a movernos. Baja del árbol. Sal del jardín. Ven. Yo conduciré. Como al principio. Conduciré. Conduciré. (7)

Créditos

  • Guion y locución José Ángel Esteban

  • Grabación de estudio Íñigo Martín Ciordia

  • Edición, diseño sonoro y mezcla Luigi Gómez Cerezo

  • Producción ejecutiva José Ángel Esteban

  • Ilustraciones Raúl Canales