Yo cheto, tú chetas, ¿de que me estás hablando?
Yo cheto, tú chetas, ¿de que me estás hablando?
Marta San Miguel
Miércoles, 27 de diciembre 2023, 09:06
Uno sabe que está a punto de llover porque algo en la luz y en el aire anticipan lo que viene; pues así supe que iba a morir. El médico dobla la pierna, la vuelve a estirar, y antes de subir hacia el brazo se ... detiene para mirarme.
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Es imposible prever un accidente, me dice, es algo fortuito, y más el que te sucedió a ti, que ni lo viste venir ni escuchaste un frenazo porque el otro coche ni frenó.
Los pitidos de las máquinas de un par de pacientes suenan entre nosotros. La sala está medio vacía a esa hora. Cuando arranqué el coche aquella mañana tenía esa certeza de que iba a enfrentar algo no elegido. Brillaba demasiado el aire, algo tenso y lúcido me ocupaba por dentro; lo sé, no tiene sentido, pero supe que ese día algo iba a suceder.
El médico toca el codo y, como si apretara un interruptor, los dedos de la mano derecha salen despedidos;
al fin responden a la primera, dice.
Luego me incorpora, cruza un brazo sobre otro, rodea mi cuerpo y va dejando caer el tronco hasta generar un chasquido consecutivo de vértebras sobre la camilla.
Me acuerdo del sonido, le digo. Solo hubo eso, sonidos. El estallido de los cristales. No grité, había demasiado ruido, el coche gritaba por mí. Intenta doblar ahora el brazo, me dice, y lo hago.
¿Tuviste miedo? El chaval que siempre lleva camisetas de fútbol levanta una pesa con el tobillo y chirría la polea. Me giro, pero él sigue mirándose el pie. Es la primera vez que habla desde que coincidimos en rehabilitación.
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No lo sé, no recuerdo nada.
Pero has dicho que recuerdas el sonido.
Eso creo.
Su voz se acelera al decir si tampoco recuerdo cuando los bomberos abrieron el metal y me sacaron.
No, nada.
¿Y cómo es posible que estés aquí, contándolo?
Al fin me mira y su gesto contiene miedo y fascinación y envidia; me mira como si yo fuera una diosa o un vampiro, algo poderoso y aterrador que no controla pero anhela.
Porque estoy chetada, le digo.
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Así que ese es el truco, dice.
Por hoy estamos, me dice el médico.
Y mientras me calzo, la polea retoma su chirrido algo más rápido que antes, más rápido que otros días, como si el chaval supiera al fin que en cualquier momento puede llover.
(Santander, 1981) Es periodista, escritora y guionista. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, trabajó durante años en El Diario Montañés y en la actualidad es columnista tanto de ese periódico en el que desarrolló su trayectoria profesional como en el resto de medios de Vocento. Es autora de la obra de narrativa de no ficción 'Una forma de permanencia' (Libros del K.O.) y de la novela 'Antes del salto' (Libros del Asteroide). Recibió el XXIX Premio José Hierro de Poesía por su poemario 'Meridiano' (2010) y es autora también de 'El tiempo vertical' (2015). Fue finalista del XIII Premio Cosecha Eñe de Relato en 2018.
Narración Raquel Peláez
Producción técnica Íñigo Martín Ciordia
Diseño sonoro y mezcla Rodrigo Ortiz de Zárate
Ilustración Manuel Romero
Coordinación José Ángel Esteban
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