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Ep. 10 · T6

La infiltrada y el inhumano

Un retrato complejo y aterrador del jefe de policía que tuvo como misión introducir a Aranzazu Berrade en el 'comando Donosti' de la banda terrorista ETA: «Nunca puedes asegurar la seguridad al 100%»

Transcripción

FUERA DEL RADAR | EL INHUMANO Y LA INFILTRADA

JOSÉ ÁNGEL ESTEBAN: He guardado esto porque me parece importante.

JESÚS HERNÁNDEZ: La primera vez que quedamos pues quedamos en un pueblo perdido a las 11:00. Le reconocí porque me dijo que iba a traer un sombrero panameño. Sin foto, sin grabadora. No va a ser fácil.

JAES: Es la voz de Jesús Hernández, el periodista que me cuenta aquella primera entrevista con Julio. Tenemos que llamarlo así, sin apellidos. Aquella primera cita con un sombrero Panamá fue este pasado verano, en el mes de julio. Así que ese sería su nombre. Tuvieron una segunda cuatro meses después. Y fue en esa es cuando Julio accedió a que se escuchara su voz por primera vez.

JULIO: Es que tengo que ir recordando. Pero es que cada vez tengo que ir pensando lo que te digo, porque hay cosas que no te puedo decir.

JAES: Julio es un hombre todavía lleno de secretos. Su propio nombre, sus apellidos, son algunos de ellos. Su vida entera es una de las piezas claves de la lucha antiterrorista.

J: Claro que tengo que pensar. Ahora, aquí no puedo decir algo… No, no puedo decirlo porque no lo voy a decir nunca.

JAES: Pero hay mucho que sí puede contar. Historias increíbles.

J: Al comando Andalucía de ETA lo detenemos en Zaragoza cuando iban a coger el coche con explosivos para llevarlo al Corte Inglés de Sevilla y hacer lo mismo que en el Hipercor de Barcelona, era exactamente lo mismo.

JAES: Secretos, cautelas, maneras de espía.

J: Cuando vigilas a una persona, sea la que sea: terrorista, o sea de una organización de fuera, no te tienes que fijar en su cara nunca, sino en los andares.

JAES: Fijarse en todo eso, acumular detalles, imaginar posibilidades, desarrollar argumentos, cruzar datos para construir una historia. Al cabo, esta es la historia de un creador de historias, una especie de arquitecto, de diseñador de realidades.

J: Y entonces la jueza de Central Instrucción solicitaba que quién es esa persona, que se la identifique plenamente. Y la contestación es que esa persona no existe. Claro, no existía en las bases del DNI ni en los ficheros policiales.

JAES: Él crea gente que no existe. Inventar personajes para que trabajen para él.

J: Como todas las operaciones que se montan las dispones para que sean 100% seguras, pero sabes que el 100% no lo puedes asegurar.

JAES: Julio ha dirigido operaciones de infiltración, ha elegido a quienes las han protagonizado, los ha controlado, les ha cuidado, les ha presionado, ha sido su único contacto con la verdad. Hay una película con mucho de todo eso, pero es la primera vez que él cuenta, de viva voz, su historia. Julio tiene un trabajo de cine. Pero él es real.

CABECERA | FUERA DEL RADAR - EN ESTE EPISODIO: EL INHUMANO Y LA INFILTRADA

JAES: Hay muchas condiciones para la cita… Sólo será un café lejos de la zona donde vive, lejos de cualquiera que pueda reconocerle. No baja la guardia nunca Porque Julio no pierde los gestos que le salvaron la vida cuando estaba en la primera línea de la lucha contra ETA. Y en esos gestos hay mucho oficio, mucha anticipación..

J: Si fuera aquí la cita, ya lo tendría todo hecho. Desde aquella montaña de allí ya habría dos vigilando con prismáticos. Una persona que viene aquí lo último que se va a fijar es en los árboles de allá.

JAES: No importa que ETA ya no exista. Julio lo hace de forma natural. Todavía. Durante décadas ha sido su trabajo, y no puede dejar de hacerlo.

J: No le llega la vista prácticamente, con lo cual va… ahí no, porque ahí precisamente está muy cerca y además se ve, se observa. Es lo primero que va a ver una persona.

JAES: Sabe situarse para tener ventaja, conoce la mejor manera para seguir a una persona.

J: Entonces lo único que tienes que hacer es mirar para otro lado, pero estarte fijándote en los andares de la persona y en cuanto lo hayas controlado un día viéndole bien los andares, ya no se te pierde nunca.

JAES: Y todo eso solo es el primer paso. Sigue contando la historia, claro, Jesús Hernández.

JESUS HERNÁNDEZ: Julio, el hombre que conoce los andares de los etarras más buscados. Un tipo al que apodan de una manera algo incómoda.

J: Por lo que fuera yo era responsable de un grupo que llevábamos el terrorismo de ETA, el terrorismo independentista y el terrorismo de extrema derecha, con lo cual teníamos que trabajar y redoblar esfuerzos para salir adelante, para investigar y proceder a la identificación y detención de todos esos terroristas. Con lo cual, en un momento determinado nos empezaron a llamar el grupo de los Inhumanos.

JH: A Julio en su equipo le conocen como 'el inhumano'.

J: Porque trabajábamos fines de semana, no teníamos vacaciones, no había Semana Santa, no había Navidad, estábamos a todas las horas trabajando.

JH: Noto, como en otros temas, que mide sus palabras.

J: Y en una de esas reuniones que teníamos: «Pues tú como eres el responsable, tú eres el inhumano» y ya está.

JH: Estamos en Ezcaray, un pintoresco pueblo riojano de dos mil habitantes, a 1.130 metros de altitud. Es martes, temprano, el pueblo está casi vacío. La niebla sigue pegada al suelo cuando llegamos al bar de la estación. Es cerca de aquí, junto a la ermita, donde Julio nos va a contar su historia.

J: Quizás la heroicidad de Arantxa, del planteamiento que se hizo de aguantar durante todos esos años, tuvo una gran firmeza. Tuvo el talento para que no sospecharan de ella en ningún momento y que supo hacerlo muy bien y probablemente no, y así además pasó, ningún otro lo pudo hacer.

JH: Arantxa, la única mujer que logró infiltrarse en ETA.

J: En aquel momento sabíamos de la dificultad que había para infiltrar una persona en cualquier organización, pero sobre todo en ETA, porque era una organización muy cerrada y había que tener un pedigrí especial para que la organización te admitiera.

JH: Por eso deciden cambiar el enfoque. No buscan que se infiltre.

J: Empecé a darle vueltas a la cabeza pensando que mejor que un agente interno quisiera entrar en la organización, que fuera la organización terrorista la que le captara, la que quisiera que entrara con ellos a participar en esa organización.

JH: ETA no quería a cualquiera en sus filas. Ni fichados ni radicales conocidos.

J: No quería saber nada de ellos porque son personas que saben que están controladas por la policía y por lo tanto les va a llevar a descubrir parte de su organización. Entonces no quería saber nada de ellos, lo que quería era personas que no estuvieran fichadas, que no tuvieran conocimiento de ellos, las fuerzas de seguridad, personas que pasaban totalmente desapercibidas. Eso es lo que quería ETA.

JH: Este creador de personajes y realidades no hizo una sola vez aquella jugada maestra. Fueron cinco.

J: Aquellas cinco personas a las que les propuse el trabajar contra ETA dentro de ETA, las cinco me dijeron que estaban de acuerdo. Las cinco se dispusieron para hacer lo que fuera con tal de derrotar a ETA y desde ese momento se les empezó a formar en aspectos de presión psicológica y en aspectos de trabajo que hasta ese momento no habían realizado.

JH: Cinco personas, una por barrio.

J: Una vez que ya se habían formado en ello, pues lo que hice fue darles una una identidad supuesta a cada uno y después ya entrar en San Sebastián y a cada uno les propuse un barrio para que fueran trabajando en ese barrio.

JH: Va dejando que formen parte del paisaje, que no llamen la atención.

J: Se fueron dando a conocer para que pudieran estar durante un tiempo, porque esto iba a ser una operación a largo plazo, mimetizando con con el ambiente.

JH: No todos aguantan.

J: De los cinco en unos meses cuatro ya me dijeron que no podían aguantar la presión, que no podían seguir trabajando.

JH: Hasta que sólo quedó uno. Una. No era él, era ella.

J: Solamente Arantxa, a la cual le había proporcionado el trabajo en el Casco Viejo de San Sebastián, fue la única que continuó sin dar muestras de ningún agotamiento psicológico ni físico.

JH: Hay que tener un carácter, una pasta especial, para un trabajo así.

J: Son policías que tienen un cierto talento especial para estas cosas. Tienen un perfil que no resalta por ningún sitio, ni por arriba ni abajo.

JH: Personas afables en público, pero reservadas.

J: Son personas extrovertidas, pero a la vez son introvertidas y tienen un celo especial por su profesión. Son capaces de dinamizar tanto su personalidad propia con una personalidad supuesta. Eso es una de las cosas más difíciles de hacer. Es decir, que en un momento determinado seas una persona y en otro momento determinado seas otra persona y bajo un nombre supuesto.

JH: Arantxa tenía el perfil para infiltrarse. O para ser captada. Nada menos.

J: Muy bien introducida en los ambientes abertzales, en la Herriko taberna de la calle Juan de Bilbao. Prestaba allí servicios de vez en cuando como camarera o como ayudante y bueno, pues participaba en alguna manifestación, pero siempre en tercera o cuarta fila.

JH: Este fue el comienzo de los siete años que convirtieron a Elena, una policía nacional riojana, apenas una veinteañera, en Aranzazu Berrade, Arantza, la infiltrada del comando Donosti.

J: Era muy duro porque se encontraba sola. Al no conocer a nadie ni saber nadie de ella, pues simplemente, por ejemplo, entraba en un bar o en una taberna y inmediatamente la dejaban sola en la barra, tomándose un café o tomándose la cerveza, porque era una persona extraña

JH: Tiene que ganarse la confianza de un entorno hostil. Son los años 90 en Gipuzkoa. En 1991 la banda ha matado a 46 personas, una cifra que ha bajado hasta las 26 en 1992, el año de la Expo y las Olimpiadas. Nadie habla. Nadie confía.

J: Pero poco a poco, en lo que con un hombre no hubiera ocurrido, con una mujer sí que ocurrió. Determinadas mujeres se le acercaban y le preguntaban por su vida, ¿que hacía allí? También se le empezó a acercar algún hombre, también para preguntarle qué hacía allí, qué es lo que había venido a hacer a su Sebastián. Y poco a poco fue haciendo, entre comillas, unas amistades con algunas de estas personas de la izquierda abertzale.

JH: El personaje de Berrade está diseñado al milímetro. Julio y los suyos han creado un pasado para ella. Se presenta como activista del Movimiento de Objeción de Conciencia de Logroño, lugar al que regresaba para ver a su familia, lo que permite ausentarse de San Sebastián sin levantar sospechas.

J: Y eso duró tiempo, estamos hablando de dos años hasta que se pudo mover tranquilamente por esos medios abertzales. A la vez consiguió ir trabajando en algunas cosillas de ayuda en algún bar y posteriormente entró a trabajar en una carnicería de personas que militaban en Batasuna, en la izquierda abertzale y también en los titiriteros de Sebastopol…

JH: Arantza contaba que tenía una rama familiar guipuzcoana en la zona entre Azpeitia y Azkoitia. Era su enlace sentimental con Euskadi. Se convierte en una habitual de la herriko de la Parte Vieja.

J: Muy bien introducida en los ambientes abertzales, en la Herriko taberna de la calle Juan de Bilbao prestaba estaba allí servicios de vez en cuando como camarera o como ayudante.

JH: Dos años. Dos años tardó en dar frutos. La mayor victoria de la Policía Nacional se concretó en algo pequeño, en un trozo de papel.

J: Sospechábamos que siempre había alguna persona que hacía contacto con la organización y esta persona fue la que en un momento determinado le entregó una nota cerrada con celo y le dijo que la leyera y que si estaba de acuerdo con esa nota, pues lo que le dijera que hiciera y nada más. Ella abrió la nota, me llamó por teléfono y venía en euskera.

JH: Arantxa llevaba tiempo en el euskaltegi, la academia donde estudia euskera. Era parte de su cobertura.

J: La tradujo porque ya sabía bastante ya de euskera.

JH: Es un mensaje en nombre de ETA. Van a picar el anzuelo.

J: Le ponían una cita en el reloj de la Concha de San Sebastián si estaba de acuerdo con colaborar con la organización y se la ponían a una hora determinada, un fin de semana.

JH: Esta es también una historia de números. Dos años para llegar, siete años de doble vida. Y una mujer entre cinco infiltrados, la que resistió.

J: En el momento que ella recibe la nota, bueno, es de una alegría tremenda el haber conseguido después de siete años, de seis años, siete años prácticamente de trabajo silencioso, de un trabajo anónimo, el haber conseguido que la organización se fije en ella y que le pongan una cita, pues bueno, fue una alegría tremenda.

JH: Tocaba ponerse en marcha.

J: Entonces yo propongo ya la formación de un grupo de trabajo para hacer esta operación y lo que hago es comunicarlo a la dirección y a determinados mandos de la dirección para formar ese grupo, y les pido una confidencialidad total y absoluta sobre este dispositivo.

JH: Más números. Un dispositivo policial de doce agentes. Todos de confianza.

J: Y les llamé a algunos de ellos les comenté porque sí la conocían a ella de cuando estuvo de prácticas con nosotros y a otros no les comuniqué absolutamente nada. Es decir, que dentro del grupo había unos que sabían que era policía y otros desconocían por completo que lo era.

JH: Solo algunos sabían… quién era Arantxa mientras la seguían y escuchaban

J: Pues cinco de los 12, cinco. Los otros siete no sabían que era policía. Lo primero que les comenté era que lo primordial era la seguridad de ella, total y absoluta: a los cinco que sabían que… a los otros siete no les comenté nada.

JH: Una hora, un lugar, una contraseña. El lugar es el reloj de la Concha. Buena parte de los que un día tomaron la decisión de unirse a ETA lo hicieron bajo ese reloj o en el pórtico de la catedral del Buen Pastor.

J: A la una y tres minutos aparece una persona que le da la contraseña que se había fijado en el papel que le habían entregado: «¿Eres amiga de Iñaki?» «¿Sí, soy el amigo de Iñaki? ¿tú eres Jon?» «Sí, soy Jon» Y automáticamente ya bajan la rampa que hay desde el reloj de la concha hacia la playa y estuvieron como unos 40 minutos andando por la playa.

JH: Le pregunta a Arantza si tiene un coche para llevarle y le pide algo más.

J: Que necesita un piso donde alojarse, que en el piso en el que está no puede permanecer ya mucho tiempo.

JH: Arantxa lo tiene. La Policía tiene un piso para ETA. Un caballo de Troya.

J: Que tiene una vivienda que no reúne muchas condiciones, pero que en principio que puede alojarse allí y que dispone de coche y entonces le dice que perfecto, que en una semana, es decir, el siguiente sábado, que ella vaya con el coche, que le recoja y le lleve al piso donde le va a albergar durante esa semana.

JH: Aquel será el primer piso, pero hubo más. Son la mejor baza que tuvo nunca la Policía contra ETA. Un inmueble plagado de micros donde se asentará el comando Gipuzkoa, muy cerca de otro desde donde son vigilados por una docena de policías.

J: Es decir, la calle Urbieta pongamos que es aquí, en Isaba, en este césped, pues en el árbol era la casa de ellos y nosotros estábamos aquí en una vivienda que alquilamos.

JH: Los policías siguen a aquel hombre que todavía no tienen identificado. No tardarán mucho en saber que se trata del miembro de ETA Kepa Etxebarria.

J: Que había atentado contra un funcionario de prisiones en Rentería meses atrás y que había huido porque era miembro de un comando legal.

JH: Aquel funcionario pudo escapar y Etxebarria dejó pistas tras de sí.

J: Al descubrirse su identidad porque la moto que habían usado en el atentado iba a su nombre, pues tuvo que huir y formaba parte de uno de los comandos legales que llevaba el miembro de ETA liberado conocido como Txapote.

JH: Por eso, Etxebarria quiere un coche. Para desplazarse a Orio, donde Txapote tenía fijado el punto de encuentro en caso de ser desarbolados en una operación policial. La cita se repite cadenciosa cada semana, a las 12 horas en la playa de Orio. Pero Txapote nunca llega. No se fía.

J: El otro no ofrecía la seguridad total y además para nosotros tampoco era el piso adecuado para vigilar y controlar.

JH: La vida dentro de aquel piso no es sencilla.

J: Yo le había comentado que cuanto menos estuviera en la vivienda con él más seguridad había, porque así no hablaban ni él se entrometido en su vida. Y ella lo que hacía era salir por la mañana temprano o diciendo que tenía que ir a trabajar y volvía prácticamente por la noche, salvo algún día que le llevó comida y dos cosas más que le solicitó.

JH: Arantxa ya no vuelve a casa. Ni siquiera en Navidades. Su otra vida comienza a ser su vida.

J: En los primeros años yo le doy autorización para que vaya con su familia un día o dos días la Nochebuena… pero lo demás no, una vez que ya tiene su círculo de abertzale de amistades dentro del círculo y ya más cuando empieza a estar con los miembros del comando ya no hay, ya no hay salida.

JH: Desde que Arantza comienza a vivir con el comando, su único contacto con la realidad es Julio. Sus charlas son contadas, breves y siempre discretas.

J: Durante todos los años ha habido contactos y los contactos eran pues casi siempre, casi siempre, los solía tener en las salas de espera de hospitales, clínicas o bien en las áreas de servicio de las autopistas o en áreas específicas de las carreteras donde hubiera un restaurante, pero siempre, eh, o alejados de San Sebastián o dentro de San Sebastián en en los hospitales.

JH: Por vez primera, la Policía tiene micros dentro de la casa de un comando.

J: El mejor micrófono, es Arantxa, porque está allí, es la que escucha todo y lo que no pueda escuchar no lo vamos a escuchar de ninguna manera.

JH: los policías escuchaban las conversaciones desde el piso de control. Pero temen que, si encuentran los micros, la maten.

J: Es ya peligroso introducir determinados medios, por muy técnicos que fueran, porque siempre se pueden descubrir. Que los descubrieran iba a llevar a una sola alternativa que descubrieron que Arantxa era un topo de las fuerzas de seguridad en ese caso.

JH: En los siguientes pisos optan por algo menos arriesgado.

J: Con lo cual lo que ponemos esos micrófonos fuera de la vivienda.

JH: La historia, como todo, cambia de rumbo un día cualquiera.

J: El enlace le pasa la nota a Kepa Etxeberria el que tiene que acudir a Isaba, a la Iglesia de Isaba.

JH: ETA está reorganizando el comando Donosti. El de la infiltrada.

J: Un día a una hora fijada, en la cual recibirá o llegarán uno o dos liberados para pasar a formar parte del comando Donosti.

JH: En el dispositivo de vigilancia hay doce policías, algunos vestidos de montañeros. Están situados, han ocupado sus posiciones a la espera de que la célula terrorista se disponga a cruzar la frontera.

J: Salimos de Isaba y yo le comento que los que vayan a pasar van a pasar armados y posiblemente con explosivos.

JOSÉ ÁNGEL ESTEBAN: El riesgo de la situación es evidente. Vida o muerte.

JULIO: No puede hacer el viaje desde Isaba hasta San Sebastián con los liberados con las armas, porque eso es un gran peligro, porque si hay un control policial o de la Guardia Civil, lo primero que van a hacer los liberados es enfrentarse a ellos poniendo en peligro la vida de ella.

JAES: Las instrucciones son claras.

J: Cuando salgas de Isaba con ellos te metes por este camino, paras allá y les dices si llevan armas: si llevan armas, te dirán que sí entonces les dices: «Dármelas para esconderlas en el maletero». En el caso de que te las den, las coges, las escondes…

JAES: Saben que es probable que tenga que enfrentarse a ellos.

J: En el caso que te digan que no te las dan, tú te pones en tu sitio y dices pues yo si no me dais las armas, no hago el viaje porque puede haber un control.

JAES: Pero lo que nadie espera es que quien cruce la frontera sea un etarra muy conocido. Uno de los más buscados.

J: Reconozco las caras. Yo me estudiaba mucho los álbumes de fotos de los miembros de ETA, de los liberados, me las estudiaba mucho. Me quedaba tiempo viendo sus fotografías, sus caras.

JAES: Julio les conoce bien, sabe quiénes son. Y entonces, la enorme sorpresa.

J: Creo que es Sergio Polo, así que mucho cuidado porque es un liberado y peligroso.

JAES: Enseguida volvemos.

PAUSA

JAES: Julio, el inhumano, ha preparado la apuesta con delicadez durante mucho tiempo. Y ahora el trabajo de la inflltrada parece que puede dar frutos. Un objetivo inesperado. Sergio Polo es uno de los etarras más buscados por la Policía. Uno de los duros.

JULIO: El enfrentamiento que hubo entre Sergio Polo y Arantxa en la salida, en el Camino Norte, donde dijo que le diera las armas, posteriormente me lo dijo Arantxa lo que había ocurrido y fue un enfrentamiento verbal duro en el que él se oponía a darle las armas, en el que le manifestó que era el jefe, que tenía que hacer lo que él le dijera, pero al final doblegó y le entregó las armas y las ocultó en el maletero y salieron ya hacia San Sebastián. Durante todo el viaje ya no le dirigió la palabra.

JAES: A Sergio Polo no le gusta aquella chica ni el papel que juega.

J: «Si yo soy el jefe ya está, es una legal que me tiene que obedecer» Pues ya se enfrentó a ella y bueno, cuando llegó al al piso se encerró con Kepa Echeverría y de las pocas cosas que oyó fue que quién era ella, que parecía que mandaba cuando no era nadie…

JAES: Polo es un hombre difícil de llevar.

J: Es que este es muy guarro, dice: «No limpia el baño, deja toda la comida por las mesas, tira todo, todo sucio y pretende que yo sea la sirvienta y la limpiadora y yo eso no lo voy a permitir.»

JAES: Sigue contando la historia de mentiras y lealtades, Jesús Hernández

JESÚS HERNÁNDEZ: En algún momento se llegó a especular que hubo una lucha de 'machos alfa' en aquella casa. Que Arantxa pudo estar con alguno de ellos.

J: No, no hay relación ninguna entre Kepa y Arantxa. Ni la hay, ni la hubo, ni la habría.

JH: Arantxa tiene un objetivo claro. Saber contra quién quiere atentar el comando Donosti. Sospecha que está en una carpeta.

J: En una de esas salidas que hacen ellos dos, pues Arantxa me baja la carpeta azul e inmediatamente mando que fotocopien todo lo que hay en el interior para devolvérsela a Arantxa y que la ponga en el mismo sitio donde lo ha dejado Sergio Polo.

JH: Carreras, nervios, riesgo…

J: Son momentos tensos porque aunque están ellos controlados y vigilados, pues en un momento determinado puede pasar cualquier cosa: que un papel quede anclado en la fotocopiadora, que se caiga y se manche. Es decir, que todo eso conlleva un cierto riesgo pero había que hacerlo.

JH: Y qué se hace cuando se sabe a quién van a matar.

J: No, son informaciones sobre esas personas con los domicilios y lo que tenían que hacer ellos es empezar a controlarles y vigilarles para cuando se terminara la tregua atentar contra ellos. Digamos a las futuras víctimas, no se les dice ni se les avisa.

JH: No les avisa hasta que ha pasado el peligro.

J: Les va a asustar, lo van a comentar. En fin, que la operación se puede ir al traste. Sí que notamos que van a controlar a varios de ellos a las salidas de sus casas por las mañanas temprano.

JH: Pero los agentes saben que por el momento no va a pasar nada. No va a pasar nada porque ETA acaba de declarar una tregua. Y no una cualquiera, la de 1999.

J: Sí, Sergio Polonio lo dice a Kepa y Arantxa porque se lo ha dicho Kantauri, que era una tregua trampa, que era una tregua que se iba a romper.

JH: Una tregua trampa. Seguro que han escuchado esa expresión. (más cortes de audio de tregua trampa) Descubrir que eso era lo que planeaba ETA era de una importancia vital.

J: Era una tregua trampa para dar tiempo a los comandos a reorganizarse y hacer las vigilancias y a controlar a los futuros objetivos para atentar contra ellos.

JH: Arantxa habla con Julio y Julio no tarda en hacerlo llegar a sus superiores.

J: A Mayor Oreja, sí. Yo se la transmito al Secretario de Estado de Seguridad y este al ministro.

JH: Es uno de los grandes éxitos de la infiltrada, saber que aquella era una tregua trampa —que ETA solo tenía intención de reagruparse para volver a matar— pero hay más. Hubo logros desde el principio.

J: Cuando menos logros había que fueron en sus primeros años aún así, daba informaciones muy buenas porque daba informaciones sobre personas que estaban en el ambiente abertzale, que simpatizaban con la organización, que algunos de ellos querían entrar en la organización y entonces te daba nombres o fotografías…

JH: Hubo muchos más.

J: Gracias Arantxa y a las citas que mantiene con Kepa Etxeberria, podemos conocer los enlaces franceses que vienen a España y que son legales de la organización terrorista ETA. También conseguimos, gracias a Arantxa, identificar a los miembros del Comando Legal de Guipúzcoa.

JH: Lo más valioso que Arantxa descubre en la casa es esa carpeta azul que contiene unos nombres. Son los próximos objetivos de la banda.

J: Sergio Polo lo que trae en una carpeta de color azul, trae documentación de la organización y trae documentación sobre personas a las que hay que controlar y vigilar para atentar en cuanto acabe la tregua.

JH: Pero una vez más, todo puede cambiar, como cambia la vida, en un segundo.

NOTICIA DETENCIÓN KANTAURI

JH: Sergio Polo se vuelve loco. Quiere abandonar el piso a toda prisa.

J: Ella les espera con el coche, los recoge con el coche y los lleva a la zona de la universidad y allí ya se despiden y quedan para al cabo de un mes en la zona de la Concha, otra vez, encontrarás allí. Pero al cabo de un mes pueden pasar muchas cosas, el comando va con armas, puede haber cualquier cosa o un atentado: Hay que detenerlos. Doy la orden de detención y se acaba la operación.

SONIDO DISPAROS

JH: Apenas se escuchan disparos.

J: Sergio Polo va por una zona y Kepa Etxeberria por otra, el GEO acota las dos zonas, les da el alto junto con el grupo operativo de los inspectores y Kepa Echeverría trata de huir, pero es detenido por el GEO y Sergio Polo se enfrenta haciendo un par de disparos pero bueno, es reducido inmediatamente también.

JH: Uno se pregunta cómo se consiguió proteger a Arantxa aquel día.

J: A los inspectores que lo sabían ya les comunico que tienen que dejar marchar a Arantxa con el coche y cuando el GEO o los demás inspectores pregunten que dónde está, pues que ha huído y que no saben por dónde se ha podido marchar. Imagínate el enfado que tuvieron los del grupo especial de operaciones. Pero bueno, al cabo de unos días ya se les se les comentó y ya no hubo problema.

JH: Arantxa se reúne con Julio y logra huir.

J: En todas las operaciones que se montan las dispones para que sean 100% seguras, pero sabes que al 100% no puedes asegurar.

JH: La desaparición de Arantxa levanta sospechas.

J: Una vez que el comando Donosti es detenido y ella desaparece la gente con la que se codeaba, con la que estaba, con la que tenía amistad de los ambientes abertzale empezaron a pensar o a sospechar algo porque no se presentaba.

JH: Y a esas sospechas se suma un error que pudo resultar fatal.

J: En el juicio no, antes, en las diligencias previas, claro, figura que hay alquilado un piso de la calle Urbieta y figura que la que lo tiene alquilado era Arantxa.

JAES: Aquel error hizo que la burocracia judicial, un papel, un documento, hiciera saltar la liebre, que apareciera el fantasma…

J: Y entonces la jueza del Central Instrucción solicita que quién es esa persona que se la identifique plenamente. Y la contestación es que esa persona no existe. Claro, no existía en las bases del DNI, ni en los ficheros policiales.

JAES: Porque Aranzazu Berrade no existe. Una respuesta que nunca debió conocerse; un error de coordinación lo emborronó todo…

J: Yo ya había hablado con el fiscal jefe de la Audiencia Nacional y le había comentado ya que esa persona era una funcionaria policial que había estado infiltrada en la organización.

JAES: Que Arantza no existe se traslada a las partes del juicio, incluida la defensa de los etarras. Así, ETA sabe que es policía. Y comienza a buscarla.

J: La seguridad total no existe y hubo un error o digamos un paso en falso, y ella tuvo un accidente con el vehículo llevando la documentación auténtica.

JAES: Había sido un golpe en la chapa del coche años atrás, cuando llegó a San Sebastián. Cuando aún no habían cambiado su documentación por la del 'alias' de Arantxa. Y ETA fue tirando del hilo.

J: Es una investigación por parte de ellos que dura muchos meses y al final, pues claro, hablan con unos, hablan con otros… llegan a conocer que efectivamente es de Logroño.

JAES: Se llama Elena. El mundo alrededor de ETA descubre de dónde es y dónde vive su familia. Una revista publica su foto y dónde viven sus padres. Tiene que salir de España.

J: Ella es una funcionaria policial con carácter con temple con talento y sabe que eso podía pasar en un momento determinado. Lo toma como lo tiene que tomar una buena policía y…

JAES: Poco se sabe de qué ha sido de Arantxa o de Elena. Poco se sabe del dónde ni del cómo.

J: Sigue siendo funcionaria del Cuerpo Nacional de Policía y trabaja. Pero bueno, hay muchas formas de trabajar para la policía, es decir, hay organismos administrativos y organismos internacionales donde se puede trabajar para la policía y estar con la seguridad total.

JAES: Es la historia de Arantxa, la infiltrada. El personaje más difícil y brillante que creó el inhumano. La mujer que acabó con el comando Donosti y desapareció en la niebla.

J: Ella es una persona con un gran talento y sabe que si habla, los periodistas van ahí a donde esté y es un sufrimiento que no debe de volver a pasar.

JAES: Por eso sólo el inhumano puede contar esta historia. Ella nunca hablará.

J: Y además es que en ello le va la tranquilidad familiar y yo así se lo pedí en su momento cuando acabó todo.

JAES: Para el inhumano todavía no.

Jueves, 19 de diciembre 2024, 00:18

Un juego de mentiras y lealtades. 'Julio', así le hemos bautizado, consiguió inventar un personaje que pasase desapercibido pero que, al mismo tiempo, llamase lo suficiente la atención de ETA. Ahora habla por primera vez y nos cuenta desde su punto de vista la historia de Aranzazu Berrade, la única infiltrada que consiguió entrar en la banda terrorista y conseguir grandes victorias para la policía.

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Créditos

  • Una historia de Jesús Hernández

  • Coordinación y edición Luigi Gómez y Carlos G. Fernández

  • Producción técnica Iñigo Martín Ciordia

  • Diseño sonoro y mezcla Rodrigo Ortiz de Zárate

  • Ilustraciones Adrián Astorgano

  • Dirección y producción ejecutiva José Ángel Esteban

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Ep. 10 · T6

La infiltrada y el inhumano

FUERA DEL RADAR | EL INHUMANO Y LA INFILTRADA
JOSÉ ÁNGEL ESTEBAN: He guardado esto porque me parece importante.
JESÚS HERNÁNDEZ: La primera vez que quedamos pues quedamos en un pueblo perdido a las 11:00. Le reconocí porque me dijo que iba a traer un sombrero panameño. Sin foto, sin grabadora. No va a ser fácil.
JAES: Es la voz de Jesús Hernández, el periodista que me cuenta aquella primera entrevista con Julio. Tenemos que llamarlo así, sin apellidos. Aquella primera cita con un sombrero Panamá fue este pasado verano, en el mes de julio. Así que ese sería su nombre. Tuvieron una segunda cuatro meses después. Y fue en esa es cuando Julio accedió a que se escuchara su voz por primera vez.
JULIO: Es que tengo que ir recordando. Pero es que cada vez tengo que ir pensando lo que te digo, porque hay cosas que no te puedo decir.
JAES: Julio es un hombre todavía lleno de secretos. Su propio nombre, sus apellidos, son algunos de ellos. Su vida entera es una de las piezas claves de la lucha antiterrorista.
J: Claro que tengo que pensar. Ahora, aquí no puedo decir algo… No, no puedo decirlo porque no lo voy a decir nunca.
JAES: Pero hay mucho que sí puede contar. Historias increíbles.
J: Al comando Andalucía de ETA lo detenemos en Zaragoza cuando iban a coger el coche con explosivos para llevarlo al Corte Inglés de Sevilla y hacer lo mismo que en el Hipercor de Barcelona, era exactamente lo mismo.
JAES: Secretos, cautelas, maneras de espía.
J: Cuando vigilas a una persona, sea la que sea: terrorista, o sea de una organización de fuera, no te tienes que fijar en su cara nunca, sino en los andares.
JAES: Fijarse en todo eso, acumular detalles, imaginar posibilidades, desarrollar argumentos, cruzar datos para construir una historia. Al cabo, esta es la historia de un creador de historias, una especie de arquitecto, de diseñador de realidades.
J: Y entonces la jueza de Central Instrucción solicitaba que quién es esa persona, que se la identifique plenamente. Y la contestación es que esa persona no existe. Claro, no existía en las bases del DNI ni en los ficheros policiales.
JAES: Él crea gente que no existe. Inventar personajes para que trabajen para él.
J: Como todas las operaciones que se montan las dispones para que sean 100% seguras, pero sabes que el 100% no lo puedes asegurar.
JAES: Julio ha dirigido operaciones de infiltración, ha elegido a quienes las han protagonizado, los ha controlado, les ha cuidado, les ha presionado, ha sido su único contacto con la verdad. Hay una película con mucho de todo eso, pero es la primera vez que él cuenta, de viva voz, su historia. Julio tiene un trabajo de cine. Pero él es real.
CABECERA | FUERA DEL RADAR - EN ESTE EPISODIO: EL INHUMANO Y LA INFILTRADA
JAES: Hay muchas condiciones para la cita… Sólo será un café lejos de la zona donde vive, lejos de cualquiera que pueda reconocerle. No baja la guardia nunca Porque Julio no pierde los gestos que le salvaron la vida cuando estaba en la primera línea de la lucha contra ETA. Y en esos gestos hay mucho oficio, mucha anticipación..
J: Si fuera aquí la cita, ya lo tendría todo hecho. Desde aquella montaña de allí ya habría dos vigilando con prismáticos. Una persona que viene aquí lo último que se va a fijar es en los árboles de allá.
JAES: No importa que ETA ya no exista. Julio lo hace de forma natural. Todavía. Durante décadas ha sido su trabajo, y no puede dejar de hacerlo.
J: No le llega la vista prácticamente, con lo cual va… ahí no, porque ahí precisamente está muy cerca y además se ve, se observa. Es lo primero que va a ver una persona.
JAES: Sabe situarse para tener ventaja, conoce la mejor manera para seguir a una persona.
J: Entonces lo único que tienes que hacer es mirar para otro lado, pero estarte fijándote en los andares de la persona y en cuanto lo hayas controlado un día viéndole bien los andares, ya no se te pierde nunca.
JAES: Y todo eso solo es el primer paso. Sigue contando la historia, claro, Jesús Hernández.
JESUS HERNÁNDEZ: Julio, el hombre que conoce los andares de los etarras más buscados. Un tipo al que apodan de una manera algo incómoda.
J: Por lo que fuera yo era responsable de un grupo que llevábamos el terrorismo de ETA, el terrorismo independentista y el terrorismo de extrema derecha, con lo cual teníamos que trabajar y redoblar esfuerzos para salir adelante, para investigar y proceder a la identificación y detención de todos esos terroristas. Con lo cual, en un momento determinado nos empezaron a llamar el grupo de los Inhumanos.
JH: A Julio en su equipo le conocen como 'el inhumano'.
J: Porque trabajábamos fines de semana, no teníamos vacaciones, no había Semana Santa, no había Navidad, estábamos a todas las horas trabajando.
JH: Noto, como en otros temas, que mide sus palabras.
J: Y en una de esas reuniones que teníamos: «Pues tú como eres el responsable, tú eres el inhumano» y ya está.
JH: Estamos en Ezcaray, un pintoresco pueblo riojano de dos mil habitantes, a 1.130 metros de altitud. Es martes, temprano, el pueblo está casi vacío. La niebla sigue pegada al suelo cuando llegamos al bar de la estación. Es cerca de aquí, junto a la ermita, donde Julio nos va a contar su historia.
J: Quizás la heroicidad de Arantxa, del planteamiento que se hizo de aguantar durante todos esos años, tuvo una gran firmeza. Tuvo el talento para que no sospecharan de ella en ningún momento y que supo hacerlo muy bien y probablemente no, y así además pasó, ningún otro lo pudo hacer.
JH: Arantxa, la única mujer que logró infiltrarse en ETA.
J: En aquel momento sabíamos de la dificultad que había para infiltrar una persona en cualquier organización, pero sobre todo en ETA, porque era una organización muy cerrada y había que tener un pedigrí especial para que la organización te admitiera.
JH: Por eso deciden cambiar el enfoque. No buscan que se infiltre.
J: Empecé a darle vueltas a la cabeza pensando que mejor que un agente interno quisiera entrar en la organización, que fuera la organización terrorista la que le captara, la que quisiera que entrara con ellos a participar en esa organización.
JH: ETA no quería a cualquiera en sus filas. Ni fichados ni radicales conocidos.
J: No quería saber nada de ellos porque son personas que saben que están controladas por la policía y por lo tanto les va a llevar a descubrir parte de su organización. Entonces no quería saber nada de ellos, lo que quería era personas que no estuvieran fichadas, que no tuvieran conocimiento de ellos, las fuerzas de seguridad, personas que pasaban totalmente desapercibidas. Eso es lo que quería ETA.
JH: Este creador de personajes y realidades no hizo una sola vez aquella jugada maestra. Fueron cinco.
J: Aquellas cinco personas a las que les propuse el trabajar contra ETA dentro de ETA, las cinco me dijeron que estaban de acuerdo. Las cinco se dispusieron para hacer lo que fuera con tal de derrotar a ETA y desde ese momento se les empezó a formar en aspectos de presión psicológica y en aspectos de trabajo que hasta ese momento no habían realizado.
JH: Cinco personas, una por barrio.
J: Una vez que ya se habían formado en ello, pues lo que hice fue darles una una identidad supuesta a cada uno y después ya entrar en San Sebastián y a cada uno les propuse un barrio para que fueran trabajando en ese barrio.
JH: Va dejando que formen parte del paisaje, que no llamen la atención.
J: Se fueron dando a conocer para que pudieran estar durante un tiempo, porque esto iba a ser una operación a largo plazo, mimetizando con con el ambiente.
JH: No todos aguantan.
J: De los cinco en unos meses cuatro ya me dijeron que no podían aguantar la presión, que no podían seguir trabajando.
JH: Hasta que sólo quedó uno. Una. No era él, era ella.
J: Solamente Arantxa, a la cual le había proporcionado el trabajo en el Casco Viejo de San Sebastián, fue la única que continuó sin dar muestras de ningún agotamiento psicológico ni físico.
JH: Hay que tener un carácter, una pasta especial, para un trabajo así.
J: Son policías que tienen un cierto talento especial para estas cosas. Tienen un perfil que no resalta por ningún sitio, ni por arriba ni abajo.
JH: Personas afables en público, pero reservadas.
J: Son personas extrovertidas, pero a la vez son introvertidas y tienen un celo especial por su profesión. Son capaces de dinamizar tanto su personalidad propia con una personalidad supuesta. Eso es una de las cosas más difíciles de hacer. Es decir, que en un momento determinado seas una persona y en otro momento determinado seas otra persona y bajo un nombre supuesto.
JH: Arantxa tenía el perfil para infiltrarse. O para ser captada. Nada menos.
J: Muy bien introducida en los ambientes abertzales, en la Herriko taberna de la calle Juan de Bilbao. Prestaba allí servicios de vez en cuando como camarera o como ayudante y bueno, pues participaba en alguna manifestación, pero siempre en tercera o cuarta fila.
JH: Este fue el comienzo de los siete años que convirtieron a Elena, una policía nacional riojana, apenas una veinteañera, en Aranzazu Berrade, Arantza, la infiltrada del comando Donosti.
J: Era muy duro porque se encontraba sola. Al no conocer a nadie ni saber nadie de ella, pues simplemente, por ejemplo, entraba en un bar o en una taberna y inmediatamente la dejaban sola en la barra, tomándose un café o tomándose la cerveza, porque era una persona extraña
JH: Tiene que ganarse la confianza de un entorno hostil. Son los años 90 en Gipuzkoa. En 1991 la banda ha matado a 46 personas, una cifra que ha bajado hasta las 26 en 1992, el año de la Expo y las Olimpiadas. Nadie habla. Nadie confía.
J: Pero poco a poco, en lo que con un hombre no hubiera ocurrido, con una mujer sí que ocurrió. Determinadas mujeres se le acercaban y le preguntaban por su vida, ¿que hacía allí? También se le empezó a acercar algún hombre, también para preguntarle qué hacía allí, qué es lo que había venido a hacer a su Sebastián. Y poco a poco fue haciendo, entre comillas, unas amistades con algunas de estas personas de la izquierda abertzale.
JH: El personaje de Berrade está diseñado al milímetro. Julio y los suyos han creado un pasado para ella. Se presenta como activista del Movimiento de Objeción de Conciencia de Logroño, lugar al que regresaba para ver a su familia, lo que permite ausentarse de San Sebastián sin levantar sospechas.
J: Y eso duró tiempo, estamos hablando de dos años hasta que se pudo mover tranquilamente por esos medios abertzales. A la vez consiguió ir trabajando en algunas cosillas de ayuda en algún bar y posteriormente entró a trabajar en una carnicería de personas que militaban en Batasuna, en la izquierda abertzale y también en los titiriteros de Sebastopol…
JH: Arantza contaba que tenía una rama familiar guipuzcoana en la zona entre Azpeitia y Azkoitia. Era su enlace sentimental con Euskadi. Se convierte en una habitual de la herriko de la Parte Vieja.
J: Muy bien introducida en los ambientes abertzales, en la Herriko taberna de la calle Juan de Bilbao prestaba estaba allí servicios de vez en cuando como camarera o como ayudante.
JH: Dos años. Dos años tardó en dar frutos. La mayor victoria de la Policía Nacional se concretó en algo pequeño, en un trozo de papel.
J: Sospechábamos que siempre había alguna persona que hacía contacto con la organización y esta persona fue la que en un momento determinado le entregó una nota cerrada con celo y le dijo que la leyera y que si estaba de acuerdo con esa nota, pues lo que le dijera que hiciera y nada más. Ella abrió la nota, me llamó por teléfono y venía en euskera.
JH: Arantxa llevaba tiempo en el euskaltegi, la academia donde estudia euskera. Era parte de su cobertura.
J: La tradujo porque ya sabía bastante ya de euskera.
JH: Es un mensaje en nombre de ETA. Van a picar el anzuelo.
J: Le ponían una cita en el reloj de la Concha de San Sebastián si estaba de acuerdo con colaborar con la organización y se la ponían a una hora determinada, un fin de semana.
JH: Esta es también una historia de números. Dos años para llegar, siete años de doble vida. Y una mujer entre cinco infiltrados, la que resistió.
J: En el momento que ella recibe la nota, bueno, es de una alegría tremenda el haber conseguido después de siete años, de seis años, siete años prácticamente de trabajo silencioso, de un trabajo anónimo, el haber conseguido que la organización se fije en ella y que le pongan una cita, pues bueno, fue una alegría tremenda.
JH: Tocaba ponerse en marcha.
J: Entonces yo propongo ya la formación de un grupo de trabajo para hacer esta operación y lo que hago es comunicarlo a la dirección y a determinados mandos de la dirección para formar ese grupo, y les pido una confidencialidad total y absoluta sobre este dispositivo.
JH: Más números. Un dispositivo policial de doce agentes. Todos de confianza.
J: Y les llamé a algunos de ellos les comenté porque sí la conocían a ella de cuando estuvo de prácticas con nosotros y a otros no les comuniqué absolutamente nada. Es decir, que dentro del grupo había unos que sabían que era policía y otros desconocían por completo que lo era.
JH: Solo algunos sabían… quién era Arantxa mientras la seguían y escuchaban
J: Pues cinco de los 12, cinco. Los otros siete no sabían que era policía. Lo primero que les comenté era que lo primordial era la seguridad de ella, total y absoluta: a los cinco que sabían que… a los otros siete no les comenté nada.
JH: Una hora, un lugar, una contraseña. El lugar es el reloj de la Concha. Buena parte de los que un día tomaron la decisión de unirse a ETA lo hicieron bajo ese reloj o en el pórtico de la catedral del Buen Pastor.
J: A la una y tres minutos aparece una persona que le da la contraseña que se había fijado en el papel que le habían entregado: «¿Eres amiga de Iñaki?» «¿Sí, soy el amigo de Iñaki? ¿tú eres Jon?» «Sí, soy Jon» Y automáticamente ya bajan la rampa que hay desde el reloj de la concha hacia la playa y estuvieron como unos 40 minutos andando por la playa.
JH: Le pregunta a Arantza si tiene un coche para llevarle y le pide algo más.
J: Que necesita un piso donde alojarse, que en el piso en el que está no puede permanecer ya mucho tiempo.
JH: Arantxa lo tiene. La Policía tiene un piso para ETA. Un caballo de Troya.
J: Que tiene una vivienda que no reúne muchas condiciones, pero que en principio que puede alojarse allí y que dispone de coche y entonces le dice que perfecto, que en una semana, es decir, el siguiente sábado, que ella vaya con el coche, que le recoja y le lleve al piso donde le va a albergar durante esa semana.
JH: Aquel será el primer piso, pero hubo más. Son la mejor baza que tuvo nunca la Policía contra ETA. Un inmueble plagado de micros donde se asentará el comando Gipuzkoa, muy cerca de otro desde donde son vigilados por una docena de policías.
J: Es decir, la calle Urbieta pongamos que es aquí, en Isaba, en este césped, pues en el árbol era la casa de ellos y nosotros estábamos aquí en una vivienda que alquilamos.
JH: Los policías siguen a aquel hombre que todavía no tienen identificado. No tardarán mucho en saber que se trata del miembro de ETA Kepa Etxebarria.
J: Que había atentado contra un funcionario de prisiones en Rentería meses atrás y que había huido porque era miembro de un comando legal.
JH: Aquel funcionario pudo escapar y Etxebarria dejó pistas tras de sí.
J: Al descubrirse su identidad porque la moto que habían usado en el atentado iba a su nombre, pues tuvo que huir y formaba parte de uno de los comandos legales que llevaba el miembro de ETA liberado conocido como Txapote.
JH: Por eso, Etxebarria quiere un coche. Para desplazarse a Orio, donde Txapote tenía fijado el punto de encuentro en caso de ser desarbolados en una operación policial. La cita se repite cadenciosa cada semana, a las 12 horas en la playa de Orio. Pero Txapote nunca llega. No se fía.
J: El otro no ofrecía la seguridad total y además para nosotros tampoco era el piso adecuado para vigilar y controlar.
JH: La vida dentro de aquel piso no es sencilla.
J: Yo le había comentado que cuanto menos estuviera en la vivienda con él más seguridad había, porque así no hablaban ni él se entrometido en su vida. Y ella lo que hacía era salir por la mañana temprano o diciendo que tenía que ir a trabajar y volvía prácticamente por la noche, salvo algún día que le llevó comida y dos cosas más que le solicitó.
JH: Arantxa ya no vuelve a casa. Ni siquiera en Navidades. Su otra vida comienza a ser su vida.
J: En los primeros años yo le doy autorización para que vaya con su familia un día o dos días la Nochebuena… pero lo demás no, una vez que ya tiene su círculo de abertzale de amistades dentro del círculo y ya más cuando empieza a estar con los miembros del comando ya no hay, ya no hay salida.
JH: Desde que Arantza comienza a vivir con el comando, su único contacto con la realidad es Julio. Sus charlas son contadas, breves y siempre discretas.
J: Durante todos los años ha habido contactos y los contactos eran pues casi siempre, casi siempre, los solía tener en las salas de espera de hospitales, clínicas o bien en las áreas de servicio de las autopistas o en áreas específicas de las carreteras donde hubiera un restaurante, pero siempre, eh, o alejados de San Sebastián o dentro de San Sebastián en en los hospitales.
JH: Por vez primera, la Policía tiene micros dentro de la casa de un comando.
J: El mejor micrófono, es Arantxa, porque está allí, es la que escucha todo y lo que no pueda escuchar no lo vamos a escuchar de ninguna manera.
JH: los policías escuchaban las conversaciones desde el piso de control. Pero temen que, si encuentran los micros, la maten.
J: Es ya peligroso introducir determinados medios, por muy técnicos que fueran, porque siempre se pueden descubrir. Que los descubrieran iba a llevar a una sola alternativa que descubrieron que Arantxa era un topo de las fuerzas de seguridad en ese caso.
JH: En los siguientes pisos optan por algo menos arriesgado.
J: Con lo cual lo que ponemos esos micrófonos fuera de la vivienda.
JH: La historia, como todo, cambia de rumbo un día cualquiera.
J: El enlace le pasa la nota a Kepa Etxeberria el que tiene que acudir a Isaba, a la Iglesia de Isaba.
JH: ETA está reorganizando el comando Donosti. El de la infiltrada.
J: Un día a una hora fijada, en la cual recibirá o llegarán uno o dos liberados para pasar a formar parte del comando Donosti.
JH: En el dispositivo de vigilancia hay doce policías, algunos vestidos de montañeros. Están situados, han ocupado sus posiciones a la espera de que la célula terrorista se disponga a cruzar la frontera.
J: Salimos de Isaba y yo le comento que los que vayan a pasar van a pasar armados y posiblemente con explosivos.
JOSÉ ÁNGEL ESTEBAN: El riesgo de la situación es evidente. Vida o muerte.
JULIO: No puede hacer el viaje desde Isaba hasta San Sebastián con los liberados con las armas, porque eso es un gran peligro, porque si hay un control policial o de la Guardia Civil, lo primero que van a hacer los liberados es enfrentarse a ellos poniendo en peligro la vida de ella.
JAES: Las instrucciones son claras.
J: Cuando salgas de Isaba con ellos te metes por este camino, paras allá y les dices si llevan armas: si llevan armas, te dirán que sí entonces les dices: «Dármelas para esconderlas en el maletero». En el caso de que te las den, las coges, las escondes…
JAES: Saben que es probable que tenga que enfrentarse a ellos.
J: En el caso que te digan que no te las dan, tú te pones en tu sitio y dices pues yo si no me dais las armas, no hago el viaje porque puede haber un control.
JAES: Pero lo que nadie espera es que quien cruce la frontera sea un etarra muy conocido. Uno de los más buscados.
J: Reconozco las caras. Yo me estudiaba mucho los álbumes de fotos de los miembros de ETA, de los liberados, me las estudiaba mucho. Me quedaba tiempo viendo sus fotografías, sus caras.
JAES: Julio les conoce bien, sabe quiénes son. Y entonces, la enorme sorpresa.
J: Creo que es Sergio Polo, así que mucho cuidado porque es un liberado y peligroso.
JAES: Enseguida volvemos.
PAUSA
JAES: Julio, el inhumano, ha preparado la apuesta con delicadez durante mucho tiempo. Y ahora el trabajo de la inflltrada parece que puede dar frutos. Un objetivo inesperado. Sergio Polo es uno de los etarras más buscados por la Policía. Uno de los duros.
JULIO: El enfrentamiento que hubo entre Sergio Polo y Arantxa en la salida, en el Camino Norte, donde dijo que le diera las armas, posteriormente me lo dijo Arantxa lo que había ocurrido y fue un enfrentamiento verbal duro en el que él se oponía a darle las armas, en el que le manifestó que era el jefe, que tenía que hacer lo que él le dijera, pero al final doblegó y le entregó las armas y las ocultó en el maletero y salieron ya hacia San Sebastián. Durante todo el viaje ya no le dirigió la palabra.
JAES: A Sergio Polo no le gusta aquella chica ni el papel que juega.
J: «Si yo soy el jefe ya está, es una legal que me tiene que obedecer» Pues ya se enfrentó a ella y bueno, cuando llegó al al piso se encerró con Kepa Echeverría y de las pocas cosas que oyó fue que quién era ella, que parecía que mandaba cuando no era nadie…
JAES: Polo es un hombre difícil de llevar.
J: Es que este es muy guarro, dice: «No limpia el baño, deja toda la comida por las mesas, tira todo, todo sucio y pretende que yo sea la sirvienta y la limpiadora y yo eso no lo voy a permitir.»
JAES: Sigue contando la historia de mentiras y lealtades, Jesús Hernández
JESÚS HERNÁNDEZ: En algún momento se llegó a especular que hubo una lucha de 'machos alfa' en aquella casa. Que Arantxa pudo estar con alguno de ellos.
J: No, no hay relación ninguna entre Kepa y Arantxa. Ni la hay, ni la hubo, ni la habría.
JH: Arantxa tiene un objetivo claro. Saber contra quién quiere atentar el comando Donosti. Sospecha que está en una carpeta.
J: En una de esas salidas que hacen ellos dos, pues Arantxa me baja la carpeta azul e inmediatamente mando que fotocopien todo lo que hay en el interior para devolvérsela a Arantxa y que la ponga en el mismo sitio donde lo ha dejado Sergio Polo.
JH: Carreras, nervios, riesgo…
J: Son momentos tensos porque aunque están ellos controlados y vigilados, pues en un momento determinado puede pasar cualquier cosa: que un papel quede anclado en la fotocopiadora, que se caiga y se manche. Es decir, que todo eso conlleva un cierto riesgo pero había que hacerlo.
JH: Y qué se hace cuando se sabe a quién van a matar.
J: No, son informaciones sobre esas personas con los domicilios y lo que tenían que hacer ellos es empezar a controlarles y vigilarles para cuando se terminara la tregua atentar contra ellos. Digamos a las futuras víctimas, no se les dice ni se les avisa.
JH: No les avisa hasta que ha pasado el peligro.
J: Les va a asustar, lo van a comentar. En fin, que la operación se puede ir al traste. Sí que notamos que van a controlar a varios de ellos a las salidas de sus casas por las mañanas temprano.
JH: Pero los agentes saben que por el momento no va a pasar nada. No va a pasar nada porque ETA acaba de declarar una tregua. Y no una cualquiera, la de 1999.
J: Sí, Sergio Polonio lo dice a Kepa y Arantxa porque se lo ha dicho Kantauri, que era una tregua trampa, que era una tregua que se iba a romper.
JH: Una tregua trampa. Seguro que han escuchado esa expresión. (más cortes de audio de tregua trampa) Descubrir que eso era lo que planeaba ETA era de una importancia vital.
J: Era una tregua trampa para dar tiempo a los comandos a reorganizarse y hacer las vigilancias y a controlar a los futuros objetivos para atentar contra ellos.
JH: Arantxa habla con Julio y Julio no tarda en hacerlo llegar a sus superiores.
J: A Mayor Oreja, sí. Yo se la transmito al Secretario de Estado de Seguridad y este al ministro.
JH: Es uno de los grandes éxitos de la infiltrada, saber que aquella era una tregua trampa —que ETA solo tenía intención de reagruparse para volver a matar— pero hay más. Hubo logros desde el principio.
J: Cuando menos logros había que fueron en sus primeros años aún así, daba informaciones muy buenas porque daba informaciones sobre personas que estaban en el ambiente abertzale, que simpatizaban con la organización, que algunos de ellos querían entrar en la organización y entonces te daba nombres o fotografías…
JH: Hubo muchos más.
J: Gracias Arantxa y a las citas que mantiene con Kepa Etxeberria, podemos conocer los enlaces franceses que vienen a España y que son legales de la organización terrorista ETA. También conseguimos, gracias a Arantxa, identificar a los miembros del Comando Legal de Guipúzcoa.
JH: Lo más valioso que Arantxa descubre en la casa es esa carpeta azul que contiene unos nombres. Son los próximos objetivos de la banda.
J: Sergio Polo lo que trae en una carpeta de color azul, trae documentación de la organización y trae documentación sobre personas a las que hay que controlar y vigilar para atentar en cuanto acabe la tregua.
JH: Pero una vez más, todo puede cambiar, como cambia la vida, en un segundo.
NOTICIA DETENCIÓN KANTAURI
JH: Sergio Polo se vuelve loco. Quiere abandonar el piso a toda prisa.
J: Ella les espera con el coche, los recoge con el coche y los lleva a la zona de la universidad y allí ya se despiden y quedan para al cabo de un mes en la zona de la Concha, otra vez, encontrarás allí. Pero al cabo de un mes pueden pasar muchas cosas, el comando va con armas, puede haber cualquier cosa o un atentado: Hay que detenerlos. Doy la orden de detención y se acaba la operación.
SONIDO DISPAROS
JH: Apenas se escuchan disparos.
J: Sergio Polo va por una zona y Kepa Etxeberria por otra, el GEO acota las dos zonas, les da el alto junto con el grupo operativo de los inspectores y Kepa Echeverría trata de huir, pero es detenido por el GEO y Sergio Polo se enfrenta haciendo un par de disparos pero bueno, es reducido inmediatamente también.
JH: Uno se pregunta cómo se consiguió proteger a Arantxa aquel día.
J: A los inspectores que lo sabían ya les comunico que tienen que dejar marchar a Arantxa con el coche y cuando el GEO o los demás inspectores pregunten que dónde está, pues que ha huído y que no saben por dónde se ha podido marchar. Imagínate el enfado que tuvieron los del grupo especial de operaciones. Pero bueno, al cabo de unos días ya se les se les comentó y ya no hubo problema.
JH: Arantxa se reúne con Julio y logra huir.
J: En todas las operaciones que se montan las dispones para que sean 100% seguras, pero sabes que al 100% no puedes asegurar.
JH: La desaparición de Arantxa levanta sospechas.
J: Una vez que el comando Donosti es detenido y ella desaparece la gente con la que se codeaba, con la que estaba, con la que tenía amistad de los ambientes abertzale empezaron a pensar o a sospechar algo porque no se presentaba.
JH: Y a esas sospechas se suma un error que pudo resultar fatal.
J: En el juicio no, antes, en las diligencias previas, claro, figura que hay alquilado un piso de la calle Urbieta y figura que la que lo tiene alquilado era Arantxa.
JAES: Aquel error hizo que la burocracia judicial, un papel, un documento, hiciera saltar la liebre, que apareciera el fantasma…
J: Y entonces la jueza del Central Instrucción solicita que quién es esa persona que se la identifique plenamente. Y la contestación es que esa persona no existe. Claro, no existía en las bases del DNI, ni en los ficheros policiales.
JAES: Porque Aranzazu Berrade no existe. Una respuesta que nunca debió conocerse; un error de coordinación lo emborronó todo…
J: Yo ya había hablado con el fiscal jefe de la Audiencia Nacional y le había comentado ya que esa persona era una funcionaria policial que había estado infiltrada en la organización.
JAES: Que Arantza no existe se traslada a las partes del juicio, incluida la defensa de los etarras. Así, ETA sabe que es policía. Y comienza a buscarla.
J: La seguridad total no existe y hubo un error o digamos un paso en falso, y ella tuvo un accidente con el vehículo llevando la documentación auténtica.
JAES: Había sido un golpe en la chapa del coche años atrás, cuando llegó a San Sebastián. Cuando aún no habían cambiado su documentación por la del 'alias' de Arantxa. Y ETA fue tirando del hilo.
J: Es una investigación por parte de ellos que dura muchos meses y al final, pues claro, hablan con unos, hablan con otros… llegan a conocer que efectivamente es de Logroño.
JAES: Se llama Elena. El mundo alrededor de ETA descubre de dónde es y dónde vive su familia. Una revista publica su foto y dónde viven sus padres. Tiene que salir de España.
J: Ella es una funcionaria policial con carácter con temple con talento y sabe que eso podía pasar en un momento determinado. Lo toma como lo tiene que tomar una buena policía y…
JAES: Poco se sabe de qué ha sido de Arantxa o de Elena. Poco se sabe del dónde ni del cómo.
J: Sigue siendo funcionaria del Cuerpo Nacional de Policía y trabaja. Pero bueno, hay muchas formas de trabajar para la policía, es decir, hay organismos administrativos y organismos internacionales donde se puede trabajar para la policía y estar con la seguridad total.
JAES: Es la historia de Arantxa, la infiltrada. El personaje más difícil y brillante que creó el inhumano. La mujer que acabó con el comando Donosti y desapareció en la niebla.
J: Ella es una persona con un gran talento y sabe que si habla, los periodistas van ahí a donde esté y es un sufrimiento que no debe de volver a pasar.
JAES: Por eso sólo el inhumano puede contar esta historia. Ella nunca hablará.
J: Y además es que en ello le va la tranquilidad familiar y yo así se lo pedí en su momento cuando acabó todo.
JAES: Para el inhumano todavía no.
Gracias a Jesús Hérnandez por trabajar esta historia. Esta ha sido una más de nuestros episodios de Fuera del Radar, el podcast de periodismo narrativo que va más allá de la noticia. Soy José Ángel Esteban, gracias por escuchar.

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