Episodio 5
La fuente de la vida
Cristina es una madre primeriza que produce mucha más leche de la que necesita su bebé. Llevará su cuerpo al límite al donar más de 200 litros
Transcripción
LA FUENTE DE LA VIDA
JOSÉ ÁNGEL ESTEBAN: ¿Qué tal? Bienvenidos y bienvenidas a nuestras historias.
JAE: Estamos en Blanca, un pequeño municipio de la Región de Murcia. Es mayo, pero las aguas del río Segura que fluyen por el Valle de Ricote suavizan el calor murciano.
CRISTINA LÓPEZ: Te has saltado el desayuno y el almuerzo. Vamos ya directamente a la comida.
JAE: Cristina López y Arturo Monxó viven con ilusión sus primeros meses como padres. Hace poco que han tenido a su hijo, Ian. Es un bebé inquieto y fuerte, y como dice su madre: está hermoso y tiene 'papitis'.
CL: Te has despertado tarde. Ay! cosica, mi cosica pequeña.
JAE: Es una familia humilde y trabajadora. La llegada de Ian ha llenado de alegría su casa, donde se viven momentos delicados. El padre no puede trabajar por un accidente que le dejó tocada la rodilla y sobreviven con la ayuda familiar que recibe Cristina.
CL: Ven aquí tú mi chiquitito…
SONIDO MÁQUINAS RESPIRACIÓN
JAE: A 40 kilómetros de distancia, en Murcia, Rosa María Graña y José Illán también se acaban de convertir en padres primerizos.
ROSA MARÍA GRAÑA: No era viable, luego podía pasar cualquier cosa. En paritorio nos dijeron que no sabían si llegaría a la UCI.
JAE: Sin embargo, aquí no hay ni abrazos ni besos para su hija Julieta. El único rumor que se escucha es el de los mecanismos de oxígeno de las máquinas de la UCI neonatal. En esta planta del hospital de La Arrixaca, las enfermeras que la tratan apenas hacen ruido.
RMG: Cuando la primera vez que íbamos a hacer piel con piel se puso muy malita y no pudimos cogerla, tuvimos que aguantar hasta 72 días si la tocábamos.
JAE: Julieta tiene dos meses menos que Ian. Pero en realidad, de tamaño, es mucho más pequeña que él.
RMG: Era un bebé más pequeñito de lo normal, claro. Medía pues si nació con 20 centímetros o así, no era mucho más grande.
JAE: Julieta nació en la semana 23 de embarazo con 525 gramos, cuando lo normal es sobrepasar los tres kilos y llegar a la semana 40 de gestación. Nunca había sobrevivido un bebé tan prematuro en La Arrixaca.
RMG: Cuando te dicen que no es viable o que tu hija va a la basura como me dijeron, pues no sabía qué hacer.
JAE: Para ellos la ilusión de tener su primer hijo se ha transformado en un miedo que lo inunda todo.
RMG: Tenía mucho miedo, no quería perderla. Yo sabía que ella estaba bien porque se movía dentro…
JAE: Un miedo que batalla permanentemente contra el deseo de contacto.
RMG: Es la necesidad de jolin, es mi bebé. ¿Por qué no cogerla? ¿Por qué no sentirla? ¿Por qué ella no puede sentir que somos sus papás y podemos tocarla?
JAE: Son dos vidas que no han dado sus primeros pasos todavía. Aparentemente no tienen nada en común. Pero lo que no saben ni la una ni el otro, ni Julieta ni Ian, ni tampoco sus padres, es que los dos van a estar conectados. Julieta necesita fuerzas. Que sus defensas le ayuden a crecer. Y la mejor herramienta en estos momentos para ella, dicen los que saben, es la leche materna.
RMG: Yo tenía leche. Pero llega un momento en el que no tienes.
JAE: Al estar Julieta en la incubadora, perdió el contacto con Rosa y ésta dejó de poder producir leche. Ahora necesita una especie de nodriza del siglo XXI. Es decir, necesita a otra madre reciente, a Cristina.
RMG: Como Julieta toleraba bien, en su estómago, no había nada que le hiciera daño, ellos seguían dándole comida y decían que la leche era lo que la estaba salvando.
JAE: Porque si Rosa ya no tiene leche, Cristina tiene de sobra. Mucha más de la que necesita Ian, su hijo.
CL: Digo yo quiero donar, que estoy viendo que estoy sacando de más y es que no daba a basto porque el crío se tomaba al día si acaso un litro de leche cuando era chiquitito.
JAE: Efectivamente. Le sobra. Así que Cristina empieza congelando sus propias bolsas de leche en un arcón de su casa.
CL: Me hice una rutina porque yo de esto soy nueva.
JAE: Todavía no sabe que ese gesto puede convertirse en una ayuda vital para muchos niños.
CL: A mí nadie me explicó lo de la leche ni nada, entonces digo voy a hacer una rutina, para sacarme yo mi leche, me tiraba cada siete horas, una media hora, una hora sacandome leche.
JAE: Comenzó como novata y ha acabado como una donante de récord.
CL: Y para tirarla dije yo no tiro leche. No porque ¿Para qué la vas a tirar? Si la puedes dar. ¿Para qué la vas a tirar? Eso es como el que dice: «¡Ostras! tengo 20 kg de lentejas», ¿Las vas a tirar? No las tires.
JAE: Esta es una historia de esperanzas, pero también de miedo y de incertidumbre. De noches en vela, y de ilusiones compartidas. Pero sobre todo es una historia de maternidad y solidaridad.
CL: Si tu hijo, estás viendo como está de hermoso... una mamá que quiere tener a su hijo en su casa sano, ¿No haría eso? ¿No ayudarías a ese crío a que tire pa'lante?
JAE: Una labor solidaria a la que Cristina se entregó hasta que su cuerpo dijo basta.
CABECERA: FUERA DEL RADAR. HISTORIAS MÁS ALLÁ DE LA NOTICIA. EN ESTE EPISODIO: LA FUENTE DE LA VIDA.
JAE: Cristina tiene 33 años. Es una mujer con carácter, muy activa y que trabaja duro por su familia. Dio a luz a su primer hijo, Ian, en marzo de 2022.
CL: Mi primer miedo era que tenía mucho pecho y digo si yo tengo tanto pecho y la leche que yo tenga no va a valer porque hay veces que sale agua, no sale leche, digo «Va a ser una lástima».
JAE: Vigila al pequeño mientras se acomoda en su nueva casa de Abarán. Ahora viven ahí, en el pueblo de su marido. A pesar de ser una comunidad pequeña, en pocos metros se agrupan un colegio, un instituto y un centro de mayores. Tres generaciones coinciden en un barrio en el que no es extraño ver a madres y padres con carritos.
JAE: En la nueva casa, entre las cajas de mudanza, todavía quedan los aparatos con los que empezó a extraerse la leche cuando aún no sabía nada de lo que suponía ser madre.
CL: No daba abasto y venga a llenar yo cajas, Me tuve que buscar con un combi porque no tenía donde meter la leche.
JAE: En el fondo de su nuevo salón, hay un arcón frigorífico sobre el que descansan fotografías familiares. Hace unos meses, estaba repleto de biberones y bolsas de leche.
CL: Venga a llenar yo cajas, me compraba donde los chinos, las cajas estas transparentes.
JAE: Muchos cambios en su vida. Porque, además, la maternidad no comenzó siendo un camino de rosas para Cristina. Antonio Gil Ballesta continúa con la historia.
ANTONIO GIL BALLESTA: Como madre primeriza, todo era desconocido para Cristina. Cuando le pusieron en los brazos a su bebé recién nacido no tenía ni idea de cómo darle bien de mamar.
CL: El pobrecito no se pudo enganchar, no tenía pezón, no tenía donde agarrarse. Entonces hay medios, hay pezoneras de plástico y todo, pero lo tuve una vez, media hora en La Arrixaca, chupando el plástico tol santo día, chupaba plástico.
AGB: Si el niño no se enganchaba al pecho, había que sacar la leche. Arturo, el padre, dio la solución.
CL: Mi marido estaba en el comedor y dice «Corre, cógete el sacaleches, métete al váter y empiezas a sacarte la leche, que te está saliendo la leche».
AGB: Y así comenzó una nueva rutina para Cristina. Varias veces al día le tocaba engancharse a la máquina y a su rumor constante.
CL: Me tiraba cada siete horas, una media hora o una hora sacándome leche.
AGB: Aunque fue aprendiendo sobre la marcha.
CL: Cuando yo fui a La Arrixaca y entonces le expliqué… Y me dijo «¿Cómo te sacas tu la leche?» ¡Acha! que dices que locura que estás haciendo. ¡Si te va a producir una mastitis de miedo!» Porque dicen que es cada tres horas como mucho 15 minutos.
AGB: Fue entonces cuando Cristina se dio cuenta de que algo no era normal.
CL: Mi marido tiene la broma, dice: «Me han llegado quejas de Central Lechera Asturiana y de que van a cerrar las fábricas por tu culpa». No me digas, no me digas esas cosas capullo.
AGB: Cristina descubrió que producía mucha leche.
CL: Me sacaba cuatro litros al día.
AGB: Mucha más de la que necesitaba su hijo Ian.
CL: Eso era una burrada.
AGB:Tirar esa leche era malgastar un pequeño tesoro, así que Cristina empezó a congelarla en su casa.
CL: Empecé congelando bolsas. Yo no sabía nada. Así que yo empecé congelando bolsas. Me guardé mi reserva.
AGB: Cuando comprobó cómo se llenaba su nevera, Cristina recordó un cartel que vio colgado en el centro de salud durante sus clases preparto.
CL: En la misma puerta de la ginecóloga, había un cartel 'Dona Leche' y yo le dije Pilar, si yo puedo tener leche de más, digo «¿Yo puedo llamar?« Claro que sí.
AGB: Y esa reserva, que en principio guardaba para el pequeño Ian, se convirtió en un banco de leche artesanal.
CL: Vino también una mamá de aquí de Abarán que no le podía dar la leche al crío. Se había operado el pecho o lo que sea y entonces le salía muy poco. Digo pues toma y prueba.
AGB: La noticia se extendió. Así que no solo venían madres del pueblo. También venían de otros pueblos y hasta de fuera de la Región de Murcia.
CL: Otra muchacha que estaba viviendo en Almería también se llevaba leche.
AGB: La labor solidaria a pequeña escala de Cristina se multiplicó cuando se pusieron en contacto con el hospital de La Arrixaca.
CL: «Tienes que venir, hacer una entrevista, que te analicemos la leche» Y luego empezaron a preguntarme si fumo, si bebo... Las preguntas rutinarias…
AGB: Cada donante tiene que pasar una pequeña prueba.
CL: Analizan las proteínas, la lactosa, el azúcar, todo lo que tenga la leche.
AGB: Y Cristina pasó el examen con nota.
CL: La mía estaba perfecta, la mía tenía la lactosa justa.
AGB: A partir de ese momento, fue La Arrixaca quien se encargó de toda la logística para transportar la leche.
CL: Viene el transportista, te trae tu nevera, tu vacío… Entonces te traen también los aparatos.
AGB: Y de llevar las cuentas.
CL: La Arrixaca se estaba llevando al día a la semana unas 7-8 neveras de 15 biberones.
AGB: Es un proceso pesado pero que Cristina hacía todos los días encantada.
CL: No supone esfuerzo de más. Te traen las neveras, tú lo único que tienes que hacer es preparar el biberón del crío para después y luego te limpias el pecho.
AGB: Cristina producía tanto que ni el hospital más importante de la Región de Murcia podía con la leche que ella donaba.
CL: Se tienen que llevar a la semana diez neveras en el camión, porque es lo que cogen en el congelador. Si lo tuyo ya son siete, alguna mamá que sean dos neveras y otra una y ya no puedo llevar más nada.
AGB: Tuvieron que reorganizar el dispositivo de recogida y transporte.
CL: Y hay veces que tenían que venir dos veces por semana.
AGB: En medio año, batió récords en el banco de leche. Efectivamente, lo de Cristina no era normal.
CL: Tantas mamás que somos y casi la leche es toda mía. Se te ponen los pelos de punta.
AGB: En total donó 213 litros de leche, el 10% de toda la Comunidad.
CL: Se han ahorrado muchísimas operaciones. Dice «Nos has salvado este verano».
AGB: El hospital reconoció su labor con un diploma.
CL: A mi me dices eso… se me saltaron las lágrimas. No me digáis eso…
AGB: La leche es vital para cualquier recién nacido, pero la materna tiene un poder especial para los bebés prematuros.
JOSÉ LUIS LEANTE: Son extremadamente inmaduros y en especial algunos órganos, como puede ser, por ejemplo, su sistema inmune o su intestino, son vulnerables a complicaciones que pueden ocurrir durante el tiempo que están ingresados en neonatología.
AGB: José Luis Leante es jefe de sección de la Unidad Neonatal en el hospital Santa Lucía de Cartagena.
JLL: Tienen también, pues, muchas vías, tienen sondas, todo eso son puertas de entrada por las que los gérmenes pueden llegar al organismo del bebé. Una infección en un bebé tan pequeño como estos puede tener una mortalidad del 15% o el 20%.
AGB: Pero hay madres, como Rosa, que no pueden darle esta ayuda a su bebé. Por eso los bancos de leche han supuesto un gran avance en los últimos años.
JLL: Tenemos la posibilidad de proporcionarles, en estos casos, leche materna de otras mujeres que tienen la generosidad de proporcionar leche al banco. Permiten más rápidamente quitarles accesos vasculares, quitarles la alimentación intravenosa…
AGB: Cristina es una de esas madres generosas. Pero ella sí tenía un deseo.
CL: Una de las veces le dije yo a Almudena, que es la de La Arrixaca la que me hizo la entrevista, que si yo podía ir a ver el neonato porque yo tengo que conocer los que se están tomando mi leche.
AGB: No quería quedarse sin conocer a aquellos bebés prematuros a los que estaba ayudando a salir adelante. Volvió al hospital.
CL: Y entonces me dijeron que sí. Entonces yo cuando fui me enseñaron a varios de los que estaban tomando y cómo procesaban la leche, dónde metían las neveras, el cajón, mi número de cajón, porque yo tengo un cajón para mí.
AGB: Y allí, entre cables, tubos y máquinas de oxígeno, es donde se cruzaron los destinos de las dos familias de esta historia.
CL: Te da impresión porque ver a un cría así to tapaico, to lleno de cables.
AGB: Esa pequeña que luchaba en la incubadora por salir adelante era Julieta.
CL: Lo que pasa es que yo la vi fuera, la tenía la enfermera que acababa de darle la leche con el tubito… Entonces dice «Mira, se está tomando tu leche».
AGB: Rosa nunca tuvo reparos en dejar que otra madre fuera quien alimentara a su hija. Tampoco en que Cristina conociera a Julieta.
RMG: Pues claro que no. Julieta estaba ahí para verla. ¿Por qué íbamos a negarnos? Y menos de una mamá que estaba haciendo su esfuerzo. Porque siempre viene bien que te reconozcan lo que tú haces y más esa labor tan importante para todos los niños.
JOSÉ ÁNGEL ESTEBAN: Los meses fueron pasando y Julieta superó el verano, pero seguía ingresada en el hospital, en La Arrixaca, luchando contra todos los obstáculos que tiene que afrontar un bebé prematuro.
RMG: Tenía muchas complicaciones, estuvo muy malita en varias ocasiones, pero nunca se rindió. Ella se agarró a la vida y ahí está.
JAE: El otoño tampoco fue fácil para Cristina. La donación de tantos litros de leche había empezado a pasarle factura a su salud. En octubre, cuando Ian tenía siete meses, tuvo que tomar una difícil decisión.
JAE: Enseguida retomamos la historia
PAUSA
JAE: Cristina batió todos los récords de donación de leche materna. Decenas de bebés pudieron alimentarse gracias a ella. Pero después de varios meses extrayéndose litros y litros, el cuerpo empezó a fallarle.
CL: Tengo que cortar porque es que me está llevando conmigo palante.
JAE: Además, su situación económica le forzaba a volver a trabajar.
CL: Y me tengo que poner a trabajar y todo. Mi hijo tiene que tirar palante, tiene que estar su madre sana.
JAE: Tenía que afrontar lo que estaba evitando. Sigue con la historia Antonio Gil Ballesta.
AGB: Cristina necesitaba encontrar trabajo, pero antes debía recuperarse. Estaba perdiendo mucho peso e incluso se le empezó a caer el pelo.
CL: Si hubiese podido más, si mi salud no se lo hubiese llevado palante y hubiese tenido mi mismo pecho, pelo y de to y hubiese tirado pa'lante…
AGB: La ayuda familiar de 400 euros no daba para alimentar a tres bocas.
CL: Hay que trabajar, de lo que sea. En un almacén de fruta, lo que se estila últimamente. Porque las bolsas de trabajo están todas cerradas.
AGB: Todas estas circunstancias la llevaron a una decisión inevitable y muy triste.
CL: Entonces ya por salud me quedé, me quedé, me estaba quedando en los huesos, se me veía todo el casco del pelo.
AGB: Y llegó el momento de contarlo en el hospital.
CL: Os tengo que decir una mala noticia. «No me digas» decían . Vamos a ver, les digo, «Yo quiero seguir pero es que mi salud se la está llevando por delante.
AGB: El adiós de Cristina fue una gran pérdida. El banco de leche regional había ayudado a la recuperación de 66 neonatos.
CL: De todas formas, decían «Has hecho bastante más de lo que han hecho algunas…» porque algunas sí que no han podido dar de mamar pero hay otras que dicen «No, es que mi leche no la doy».
SONIDO NEVERAS REFRIGERADORAS
AGB: Cuatro meses después, en los arcones frigoríficos del hospital todavía quedan disponibles biberones con la leche de Cristina. Y todavía se siguen usando.
CL: Cuando la van a gastar la pasteurizan y la meten en lotes entonces claro, mientras no la sacan, eso está congelado.
AGB: Cristina sigue pendiente de las cifras.
CL: Y van por 77 neonatos y siguen teniendo leche ahí.
AGB: Aunque es una etapa ya pasada de la vida de Cristina, eso no significa que se haya olvidado de las familias que ayudó. Ni a la inversa. La pasada Navidad recibió una foto muy especial: Julieta vestida de Papá Noel.
CL: Y entonces me manda fotos y la veo en ese estado y cada vez que veo esa zagalica crecer y que se ha criado y ha tirado palante con mi leche, es que se te rompe el alma. Es decir «Es que no tengo 20. 70 neonatos que he ayudado… así que multiplica».
AGB: Cristina continúa muy pendiente de la evolución de Julieta. Justo un mes después de que dejara las donaciones de leche, la pequeña salió de la UCI neonatal.
CL: Y gracias a la leche tiró palante
SONIDO AMBIENTE ROSA JUGANDO CON JULIETA
RMG: Julieta tiene una personalidad fuerte. Es muy, muy valiente. Muy extrovertida. Le gusta todo, actúa e interactúa con todo. Conoce quién le habla, quién no le habla, se ríe. Es buena.
AGB: Rosa y Jose ya tienen a su niña en casa. Todavía tienen que vivir pendientes de máquinas, medicación y muchas precauciones. Pero lo peor ya ha pasado.
RMG: Ella va mejorando un poquito cada día. Es una incertidumbre porque no sabes cuándo se va a acabar el que lleve una máquina o que lleve otra máquina pero...
AGB: Ahora tienen casi las mismas ilusiones y esperanzas que otros padres primerizos.
RMG: Bueno, aunque ella es una niña normal, pero no una niña normal por toda su maquinaria que haga vida normal, que conozca a su familia, que todos estén con ella.
AGB: Esta segunda oportunidad para Julieta no habría sido posible sin Cristina, sin su leche y sin su esfuerzo diario para que llegue a decenas de niños.
CL: Hay dos partes, una que lo ve muy raro, digo, igual que enganchate al hijo de otra. «¡Es que mi hijo va a chupar tu teta! Con perdón de la palabra, pero es que vas a darle tu pecho», digo «A ver, si yo puedo alimentar a tu hijo y tu hijo se va a llevar todas las defensas y todas las vitaminas que lleva esa leche. ¿Por qué no?»
AGB: A Cristina le da pena que no haya más mujeres como ella y cree que se debe a la falta de información sobre la donación.
CL: En Cieza, por ejemplo, no hay carteles y no he visto ningún cartel de 'Dona leche'. Yo he visto ahí una mamá que sí ha tenido mucho exceso de leche, pero no ha llegado a hacer eso. No sé si es porque no sabe cómo contactar o…
JOSÉ ÁNGEL ESTEBAN: El banco de leche regional se puso en marcha hace dos años y hay muchas madres que no se han unido todavía por desconocimiento.
CL: Cada vez que yo mandaba la leche a La Arrixaca, yo le echaba una foto y la subía al 'estado'. Todo lo que yo podía hacer.
JAE: De hecho, ella ya tiene planes para repetir cuando tenga su segundo hijo.
CL: Y ahora estoy con pastillas y tratamiento, ya he recuperado el pelo, ya me he recuperado de peso, pesaba 60 o 61 kilos y ahora peso 71.
JAE: Ya no será una novata y desde el primer momento tendrá claras las rutinas, pero quiere esperar.
CL: Tres o cuatro añitos de diferencia, tan juntos, no. Que la calentura la estoy pasando aún.
JAE: En el Banco de Leche, desde luego, todos la esperan con los brazos abiertos. Y los congeladores listos.
CL: Eso dije en la radio y lo sigo diciendo. Que se esperen, que dentro de cuatro años nos volvemos a ver.
JAE: En los dos años que lleva en marcha el centro de donación, 300 madres han proporcionado 1.500 litros de leche que han ayudado a más de 200 niños. Pequeños como Julieta, que se enfrentaron desde muy pronto a un futuro incierto y que gracias a mujeres como Cristina pueden afrontarlo con una dosis más de esperanza.
JAE: Este ha sido un episodio más de Fuera del radar, el podcast de periodismo narrativo que se mueve más allá de la noticia. Gracias a Antonio Gil Ballesta por contar la historia, a Iván Rosique por la producción técnica y a María García por la coordinación en Murcia. Soy José Ángel Esteban. Gracias por escuchar.