Borrar
podcast background

Episodio 8

El río que mata gente

Abderramán comenzó un largo periplo migratorio desde Guinea-Conakri. Pasó por Marruecos y Canarias, pero al llegar a San Sebastián intentó cruzar a Francia por el río Bidasoa. Fue un obstáculo insalvable

Transcripción

Fuera del Radar.

El río que mata gente.

José Ángel Esteban: ¿Qué tal? Bienvenidas y bienvenidos a nuestras historias.

JAE: Hay apenas 50 metros, 50 metros que separan Irún de Hendaya. Dos ciudades. Dos países diferentes: España y Francia. Y entre los dos lados un río, el Bidasoa, que hace de frontera física natural.

[Sonido ambiental del río Bidasoa]

JAE: Es de apariencia tranquila, pero en los últimos dos años este río se ha convertido en una trampa mortal, el último destino para muchos migrantes que intentan pasar del lado español a territorio francés.

Mamadou Bah: Yo no sabía que hay un río aquí que mata gente…

JAE: En el mes de junio de 2022, en el último verano, estas aguas se cobraron su última víctima, la número 9. Se llamaba Abderramán Bah, y era un joven de 25 años que venía desde Guinea Conakry, en el Atlántico africano. Mamadou lo conocía muy bien, eran casi familia.

MB: Como si fuera mi hermano. A Abderramán lo considero casi como un hermano.

JAE: Los dos vivieron juntos y durante muchos años compartieron hogar y amistad hasta que Mamadou dejó Guinea y se marchó a vivir a Barcelona. Abderramán quiso seguir sus mismos pasos. Salir de África, buscar una vida mejor para él y su familia.

MB: En África la cosa es muy difícil. Por eso muchos arriesgan su vida, dicen que bueno, yo prefiero intentarlo que quedarme así viendo lo que estoy viendo.

JAE: Y ese riesgo se traduce en muerte en más ocasiones de las que

gustaría contar.

Josune Mendigutxia: Llegan a Irún, y en Irún se encuentran, curiosamente, que es la peor frontera que han tenido casi en el camino.

JAE: Ella es Josune Mendigutxia, voluntaria de la red de apoyo a personas migrantes de Irun. Ofrecen comida, ropa, aseo o acompañamiento a las personas que llegan a esta ciudad fronteriza.

JM: Aquí en la plaza pues les damos pequeña información, un poco de dónde están, un poco los derechos que ellos tienen, porque independientemente de todo, ellos tienen derechos como todas, y bueno un poco las vías seguras que pueden coger para poder llegar a Francia.

JAE: Al no poder superar los controles policiales franceses, muchos de estos migrantes se lanzan al río Bidasoa: es una ruta alternativa que les permite escapar, imaginan, de la vigilancia fronteriza. Pero la fuerte corriente y el hecho de que muchos no saben nadar, o no muy bien, hacen de la vía una ruta realmente peligrosa, a veces mortal, como en el caso de Abderramán.

JM: Esto es como el agua, ¿vale? Que siempre encuentra un camino por donde ir, pero las vías son menos seguras y por ejemplo, el Bidasoa es la peor.

JAE: Una llamada de teléfono le puso en alerta. La noticia de la muerte había llegado hasta África a través de las redes sociales. Y todavía hoy a Mamadou le cuesta creer que su viejo amigo Abderramán haya sido una de las víctimas de este río.

MB: Un lunes me dijo que ha visto una foto de Abderramán, que ha muerto sobre un río en Francia y España.

JAE: Un río cuya existencia ni siquiera conocía.

MB: Y yo le digo que no, que es mentira. Yo no sé, no hay río ahí.

[Sonido noticia muertes Bidasoa]

JAE: Pero lo había. El río que para Abderramán fue su tumba. Mamadou, que vive en Barcelona, viajó a Gipuzkoa para reconocer el cadáver y tramitar los papeles para la repatriación.

MB: Pero hasta que llego aquí para ver el cuerpo yo… no creo.

JAE: Ese día descubrió que el Bidasoa es un río maldito, un río que mata.

Fuera del radar. Historias más allá de la noticia.

En este episodio: El río que mata gente

NG: El protagonista de esta historia ha atravesado varias fronteras. La primera de ellas la que se encuentra al noroeste de Guinea Conakry, muy cerca de Senegal, donde se levanta la ciudad de Labé.

[Escuchamos sonidos de Guinea]

Sus 150.000 habitantes se dedican a la agricultura, cultivan arroz, mijo y frutas, naranjas y limones; y cuidan el ganado. Abderramán nació allí, en Labé.

MB: Su padre y madre… ha nacido dentro de una familia, puedo decir, muy pobre.

NG: La mayor parte de la población de este país africano gana lo justo para subsistir. Algunos ni eso. Los padres de Abderramán apenas tenían recursos para cuidar de él cuando nació, como recuerda Mamadou. No eran familia, no había lazos de sangre, pero muchos años de vida juntos, le convierten en el narrador perfecto de la vida de su amigo. Y Daniel Soriazu continúa con la historia.

Daniel Soriazu: La familia de Mamadou se hizo cargo de criar a Abderramán desde que era prácticamente un bebé. Sus padres no podían darle la atención y los cuidados necesarios.

MB: El abuelo, abuelo de Abderramán tenía buena relación con mi padre, pero el abuelo de Abderramán ha fallecido muy pronto y el padre de Abderramán casi no ha podido levantarse.

DS: El padre de Abderramán estaba enfermo, incapacitado físicamente para poder trabajar y llevar dinero a casa. Cubrir las necesidades de un bebé recién nacido.

MB: Casi tiene el cuerpo un poco deformado, no puede trabajar, hacer todos los trabajos. Por esto mi padre lo ha ayudado para educar a Abderramán.

DS: Mamadou tenía 23 años cuando Abderramán llegó a su hogar.

MB: Abderramán era un joven muy tranquilo. Nos gustaba mucho jugar al fútbol.

DS: Lo vio crecer y lo cuidó como a su hermano pequeño durante siete años.

MB: A veces yo trabajaba, yo compraba ropa para él. No duró en el cole, pero cuando estaba en el cole estaba muy bien.

DS: Estudiar en el colegio no es una opción para muchos jóvenes en Guinea Conakry. Para poder sobrevivir hay que trabajar y eso es incompatible con los estudios.

MB: Porque había llegado un momento donde la familia no puede avanzar. Los jóvenes están obligados a trabajar en el campo, a ayudar a madre y padre.

DS: Además, Abderramán quería ayudar a sus padres, que no atravesaban un buen momento en su relación.

MB: Su padre y madre se han divorciado. Pero Abderramán quería juntar a su madre y padre.

DS: Y creía que la única manera de conseguir que volvieran a estar juntos era reunir el dinero suficiente…

MB: Abderramán, tenía un proyecto para que su madre vuelva con su padre. Casi era su sueño.

DS: Un sueño que solo se podía cumplir si salía de Labe, su pueblo natal. Y la mejor opción, y casi la única, pasaba por ir a Conakry, la capital. Lo hizo nada más cumplir los 18 años.

MB: Consigue comprar una moto como hacen muchos jóvenes de Guinea, hacen taxi-moto, lleva a gente a cambio de dinero.

DS: Y así aguantó durante unos años.

MB: Pero en un momento ha desaparecido y no sabemos dónde está.

DS: Ocurre en 2019, cuando Abderramán tiene unos 23 años. Desaparece sin dejar rastro. Nadie sabe cuál es su paradero. Ni siquiera sus padres.

MB: Él nunca ha hablado con su padre, no habla, no habla con su padre.

DS: Son pocos los que se atreven a contar a sus padres cuáles son sus verdaderos planes. Porque ningún padre quiere que su hijo se embarque en una aventura tan peligrosa.

MB: Seguro que por esto Abderramán no quiere hablar con él.

DS: El drama, la preocupación, es real y fundada. Diferentes organismos calculan que han fallecido en torno a 2.200 migrantes en el último año intentando llegar a Europa a través de su frontera sur.

MB: Sabiendo que en este camino cada día estamos viendo jóvenes muriendo y hasta en mi pueblo tenemos muchas familias que han tenido a su hijo fallecido ahí, en este mar.

DS: Pero al igual que Abderramán, muchos jóvenes guineanos solo pueden mejorar su vida si salen de África. Allí las opciones de progresar son muy reducidas.

MB: Así pasa en África. Los más ricos se quedan siempre más ricos, los más pobres siempre más pobres.

DS: Los jóvenes guineanos conocen los riesgos de embarcarse en este tipo de viajes. Pero prefieren intentarlo porque no ven alternativa…

MB: Tú puedes trabajar un día entero, entero, para solo conseguir comida, comida de un día y sin poder ayudar a tu familia y viendo a tu familia sufriendo.

DS: Para ellos Europa se convierte en la tierra prometida.

MB: Y la gente, muchos piensan que cuando llegas aquí todo esto cambia automáticamente. Es lo que muchos piensan aunque tú lo explicas…

DS: La realidad en África es demasiado cruda. Por eso ni se imaginan que por el camino hacia Europa pueden encontrarse con un escenario peor.

MB: Muchos no quieren venir, pero… muchos vendrán.

DS: Es lo que Abderramán quería intentar. A los pocos meses consiguen noticias suyas a través de un amigo. Está bien, está en Marruecos. En las rutas migratorias más frecuentes, esta es la parada previa antes de cruzar a España. Allí pasará más de un año hasta que se lanza a aguas del Atlántico.

MB: Él llama a uno diciendo que él está por Marruecos. Está intentando cruzar el mar para llegar a España.

DS: Su patera llega hasta territorio español a través de Arrecife, en Lanzarote, en el mes de mayo. Una vez allí, consigue contactar con Mamadou.

MB: Desde que se ha marchado de casa era la primera vez. Me ha contado muchas cosas…

DS: Mamadou es consciente de los riesgos que ha corrido Abderramán para llegar a territorio español. Le anima a que se quede en Canarias un tiempo. Que no vuelva a jugarse la vida.

MB: Has estado tres años sin tener dónde dormir y comer. Ahora ya donde estás tú vas a dormir, va a comer. Quédate ahí. Tranquilízate. Y luego pasa por Barcelona y veremos lo que vamos a hacer.

DS: Por aquel entonces Mamadou vivía en Barcelona. Llevaba nueve años en la ciudad condal, a donde llegó con un visado de turista gracias al dinero que había ahorrado.

MB: Porque no es lo que la gente piensa. Europa también no es fácil.

DS: Al poco tiempo encontró trabajo en el sector de la construcción y consiguió quedarse. Una suerte que muy pocos tienen. Buena parte de su sueldo lo envía a su mujer y a sus tres hijos, que siguen en Guinea Conakry. El resto lo usa para salir adelante.

MB: Ahora mismo un kilo de carne son siete euros en mi país. Y aquí tú puedes conseguir un kilo de carne también a siete euros. Pero siete euros allí yo te puedo decir… son setenta mil euros.

DS: Asegura que no es una vida fácil ni el ideal que muchos migrantes tienen en mente.

MB: El mensaje que yo puedo decir primero a los jóvenes que están en África, que piensan que cuando tú llegas a Europa y es como si tú estás en el paraíso, pero no lo es. Y yo trabajo cada día entre nueve y diez horas.

DS: Abderramán lo sabía, ya se lo había escuchado decir a Mamadou. Pero quería probar esa suerte, en su país lo daba todo por perdido. No iba a parar hasta conseguir su objetivo: llegar a Francia.

MB: Cada día me llamaba diciéndome que lo ayude para ir a Francia, porque él tenía contacto con un amigo que está en Francia y hablaba con él y me dijo que quería ir, que quería ir…

JAE: Fue entonces cuando Mamadou le mandó a Abderramán 300 euros para ayudarlo. Pero le puso una condición: tenía que pasar por Barcelona para juntarse con él.

MB: Y un día él me llama y me dice que está por aquí, por San Sebastián, que se va a Francia.

JAE: Con el temor de que pudiera hacer alguna tontería, Mamadou le aconsejó que hiciera bien las cosas, que intentase cruzar la frontera entre España y Francia en autobús.

MB: Yo le dije escúchame: Si la policía te para, te van a devolver a España, no te van a encarcelar, no te van a hacer nada.

JAE: Y esa fue la última vez que habló con él.

Enseguida retomamos el relato.

PAUSA

JAE: El 1 de junio de 2022 Abderramán cumplió 25 años. Las autoridades trabajan con la hipótesis de que por esas fechas intentó cruzar hasta Francia por carretera, pero una vez allí sufrió una expulsión exprés. Es decir, fue devuelto a Irún por la gendarmería gala. Y poco después, Abderramán se lanzó al río Bidasoa en un intento desesperado de cruzar al país vecino. Pero nunca lo consiguió. A las pocas horas su cuerpo apareció sin vida en el agua.

JAE: Esta historia, como el río Bidasoa, tiene dos voces, dos lados, dos orillas. La de aquellos que llegan a nuestro país, como Abderramán, intentando encontrar un futuro mejor, y la de aquellas personas que tratan de ayudarles desde aquí.

Josune Mendigutxia: Su viaje es muy complicado. El paso por el Atlántico, pues genera muchas víctimas.

JAE: Josune Mendigutxia es una de ellas. Como voluntaria de la red de apoyo a migrantes de Irún, conoce bien la realidad sufrida por Abderramán.

JM: El viaje es difícil, pero claro, una vez que llegan a Europa, que llegan a Irún, pues se encuentran aquí con una frontera, frontera ahora mismo intransitable.

JAE: En 2018 se empezó a incrementar el flujo migratorio por esta ciudad fronteriza. Y desde ese año, Josune y sus compañeras dedican su tiempo a ayudar y asesorar a estas personas.

JAE: Sigue contando esta historia Daniel Soriazu.

DS: Los miembros de esta ONG acuden a la estación de autobuses para esperar y ayudar a los migrantes que llegan. Por la mañana se colocan en la plaza San Juan, en un espacio cubierto al aire libre. Es su oficina improvisada.

JM: En frente del Ayuntamiento, a destacar en la calle con el día que hace hoy, con la lluvia y todo.

DS: Aquí orientan a estas personas sobre la ruta que tienen que seguir.

JM: La mayoría de la gente que ha venido son de Guinea Conakry, de Mali y de Costa de Marfil. Ahora empieza a haber un volumen un poquito más alto de senegaleses y luego vienen bastantes sudaneses también, que es un perfil nuevo.

DS: Las razones que les llevan a abandonar sus países son muchas.

JM: Las mujeres, muchas de ellas, se han escapado con niñas porque han querido evitar que les practiquen la ablación a esas niñas, porque se les obliga a casarse con personas que ellos no quieren. Muchachos que tienen carreras universitarias, no tienen oportunidades de trabajar. Guerras, diferentes guerras…

DS: Y la motivación que tienen para hacer este largo recorrido es tan fuerte que nada puede frenarles, ni siquiera el miedo al fracaso o a la muerte.

JM: Nosotros también les decimos que Europa no es lo que ellos se piensan que es, que los mensajes que les llegan no son, no son reales. Que muchas de las personas con las que hemos hablado les hemos dicho que van a acabar en la calle, que nadie les va a ayudar, que nadie les va a hacer caso. No obstante, esto es una realidad. Ellas están abocadas a salir de su país, por miles de razones.

DS: Cada día, a la estación de autobuses de Irún, de media llegan una decena de migrantes:

JM: La mayoría de esos son franco parlantes, por lo tanto el idioma supongo que les empuja y después pues muchos de ellos tienen familia, conocidos, amigos en Francia.

DS: Buscan fórmulas para poder llegar a Francia. Buscan alternativas a la ruta por carretera para evitar que les pillen y les expulsen.

JM: Esto no lo van a parar porque pongan controles y pongan vallas… esto no se va a parar. Lo que van a conseguir con todo eso es que haya más tragedia, que haya más muertos, que haya más estrés en toda esta gente, pero pararlo no lo van a parar.

DS: Y cuando se dan de bruces con los controles franceses, el río Bidasoa es la única opción que les queda…

JM: Y dicen, joe, cómo no voy a poder pasar por ahí si me he cruzado el Atlántico en una patera y me he jugado la vida y no me ha pasado nada… ¿me va a pasar aquí?

DS: Desde la red de apoyo les advierten de los riesgos de cruzar el río. Pero no es suficiente.

JM: Pues sí, aquí se han muerto, aquí se han ahogado. Es un río que tiene un historial largo de muertes. Larguísimo.

DS: La primera muerte de este tipo de la que se tiene constancia tuvo lugar en abril de 2021. Por aquel entonces, ONGs como la red de apoyo a migrantes ya había alertado de la presión migratoria que había en la localidad fronteriza. El fallecimiento de otro migrante un mes después demostró que no se trataba de un caso aislado. Después vendrían otras. En poco más de un año, las víctimas mortales ya eran 9. Abderramán fue la última de ellas.

MB: Yo acuso mucho a las autoridades francesas…

DS: Mamadou, al igual que las ONGs, atribuye a los controles de la Policía francesa la muerte de Abderramán. Cree que este tipo de actuaciones son las que hacen que estas personas se vean obligadas a utilizar rutas menos seguras para conseguir su objetivo.

MB: La policía francesa lo ha pillado para devolverlo a España, para morir, para volver a morir.

DS: Josune y el resto de responsables de la red de apoyo de Irún están convencidos de que Abderramán pasó por el puesto que montan en la plaza.

JM: Creemos que sí, que estuvo aquí, que sí que habló con nosotras, que sí que estuvo. Creemos… a ciencia cierta no lo podemos decir. Algunas personas de las que han fallecido en el Bidasoa sí hemos sido conscientes de que hemos estado con ellos.

DS: Y aunque no recuerde concretamente aquel caso, le vienen otros a la cabeza que inevitablemente le han removido la conciencia. Como el de Abdullah, que también falleció en agosto de 2021.

JM: Yo recuerdo que hablé con el chaval a la mañana y me pidió que le cruzara yo la frontera y le dije que yo no podía hacer eso, que lo consideraban ilegal y que para mí tendría consecuencias penales.

DS: Y al final, el peor desenlace…

JM: Estaba desesperado. Ese chaval se fue al río y se ahogó.

JM: A mi personalmente me fastidia que se ahoguen todas las personas o que pasen malos ratos, todas las personas. Pero si ya le he visto la cara y he hablado con él y en el caso de este chaval he visto su agobio y su estrés en la mirada. Fue horrible.

DS: Junto al Gobierno Vasco y a ayuntamientos de la zona, reclaman corredores humanitarios que eviten este tipo de tragedias en la frontera. Temen que nuevos episodios se vuelvan a producir en cualquier momento.

[Testimonio Xabier Legarreta, director de Migración y Asilo del Gobierno Vasco sobre el dispositivo de rescate]

DS: La noticia de la muerte de Abderramán no tardó en llegar a su familia en Guinea. Una llamada de su hijo desde África puso en alerta a

Mamadou.

MB: Me dijo que ha visto fotos de Abderramán, que ha sido publicado en el Facebook que Abderramán ha muerto sobre un río entre Francia y España.

DS: Al principio no se lo creía. Hasta donde él sabía, Abderramán ya estaba en España. Había llegado a la península desde las Islas Canarias. En teoría, ya había superado lo más difícil. A Mamadou le constaba que su hermano había llegado a Francia.

MB: Esto, esto es seguro porque Abderramán ha mandado un mensaje a su compañero, a un amigo suyo que está en Francia, que es nuestro hermano, que ya ha cruzado la frontera.

DS: Desconocía el riesgo que existía en la frontera de Irún con Francia. Cuando le dicen que Abderramán era el joven que había aparecido muerto, no se lo podía creer.

MB: Yo le digo que no, que es mentira. Yo no sé, no hay río ahí. Abderramán ha entrado entre Marruecos y España, no, que no hay río. Yo no sabía que hay un río aquí que mata gente.

DS: Pero sí, el Bidasoa se cruzó en su camino.

JM: Es un río aparentemente tranquilo, pero tiene muchas corrientes y muchos, muchos remolinos. El Bidasoa depende también de las mareas del mar. Si hay marea alta o marea baja, hay más corriente, menos corriente, más caudal, menos caudal, en fin. Y luego hay mucho lodo.

DS: Los migrantes que lo cruzan no conocen el comportamiento ni las particularidades de este río.

JM: Ellos ven un río aparentemente tranquilo y corto. Vienen cansados, vienen estresados, entonces lo que quieren es irse, irse, irse. No nos hacen caso.

[Noticia en la radio: hallado el cadáver]

DS: Se le perdió la pista un miércoles. La última vez que se le vio fue en un centro temporal de atención humanitaria. Al día siguiente saltaron las alarmas y poco después se iniciaron las labores de búsqueda en el río...

MB: Que no sabía nadar, no. No sabía nadar.

DS: El sábado los servicios de emergencia de Cruz Roja hallaron su cuerpo sin vida.

DS: La labor de las ONGs y de las autoridades vascas permitieron dar con Mamadou como pariente más cercano de Abderramán. Tuvo que viajar hasta San Sebastián para reconocer el cadáver. No había duda de que era él.

MB: Voy a San Sebastián a ver si puedo ver el cuerpo u otra prueba y es hasta cuando llego... He dicho que sí, lo que he visto, que, que ha sido él. Sí.

DS: Con todo el dolor y el golpe de la noticia, todavía quedaba el duro trance de contárselo a la familia de Abderramán, a sus padres. A aquellos a los que quería ayudar una vez llegara a Francia. El sueño que nunca pudo ver cumplido.

MB: Después de solo una palabra, no… ni yo ni él hemos podido hacer una segunda palabra. Él ha colgado su teléfono y ya.

JAE: Mamadou Bah es padre de tres hijos y no puede evitar ponerse en la piel de tantos padres que están perdiendo a sus seres queridos.

MB: Sí, ahora mismo casi todos los padres africanos tienen miedo.

JAE: Cuando su hijo mayor le dice que quiere salir del Guinea Conakry, el miedo recorre su cuerpo.

MB: Yo lo que querría es que se queden ahí. Pero ahora mismo mi hijo mayor me está presionando para venir. Pero de momento, todo lo que yo estoy diciendo, que se tranquilice, que no pasa por otro camino.

JAE: No se cansa en lanzar el mensaje que tantas veces repitió a Abderramán y que no sirvió para evitar su muerte.

MB: Que los jóvenes sepan que no hay ningún sitio en el mundo donde tú puedes ir solo para coger dinero, conseguir dinero, hay que trabajar, hay que usar la cabeza para vivir bien.

JAE: Y a las autoridades, una petición desesperada para que no se vuelvan a repetir este tipo de muertes.

MB: Los que se buscan la vida no tienen que tratarse como un criminal. Y sobre todo empujarlo a morir, a matarse.

JM: A las instituciones lo único que se les puede pedir es que presionen para que Francia quite esos controles que son absolutamente ilegales y absolutamente racistas.

JAE: También lo reclaman desde la red de apoyo de la que forma parte Josune Mendigutxia.

JM: Estamos en espacio Schengen. Aquí las fronteras no existen y esa frontera adornada de protección nacional contra el terrorismo y bla, bla, bla, bla, bla, es un control racista. Es un control para que negros y magrebíes no entren en Francia.

JAE: Miles de migrantes llegan al año a España, la mayor parte de ellos con intención de atravesar el país para llegar a otros puntos de Europa. ONGs como la red de apoyo de Irún así lo atestiguan y alertan de que en Francia se han endurecido los controles este otoño. Se está creando, advierten, un contexto propicio para que estas personas en tránsito adopten vías inseguras, como es el caso del río Bidasoa.

JAE: Esta historia está escrita y producida por Daniel Soriazu y es uno más de los episodios de Fuera del Radar, el podcast narrativo que se mueve más allá de la noticia. Soy José Ángel Esteban, gracias por escuchar.

Jueves, 8 de diciembre 2022, 09:47

Una corriente de agua separa Irún y Hendaya, España y Francia. Su apariencia es apacible, pero en los últimos años se ha revelado como una trampa mortal. En junio de 2022, Abderramán Bas falleció al intentar atravesar el río Bidasoa para llegar al país galo. ... Un amigo de la infancia y una trabajadora de una red de acogida guipuzcoana cuentan su historia, y la del «río que mata gente».

Créditos

  • Una historia de Daniel Soriazu

  • Ilustración de Carol Nazatto

  • Edición y coordinación de Andrea Morán con ayuda de Carlos G. Fernández

  • Producción técnica de Íñigo Martín Ciordia

  • Diseño sonoro y mezcla de Rodrigo Ortiz de Zárate

  • Producción ejecutiva y dirección de José Ángel Esteban

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

A continuación en Fuera del Radar

Siguientes episodios

Siguientes episodios

El próximo podcast es exclusivo para suscriptores

Suscríbete hoy mismo y comienza a disfrutar de todo el contenido de Salamancahoy

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

salamancahoy El río que mata gente

Transcripción

Episodio 8

El río que mata gente

Fuera del Radar.
El río que mata gente.
José Ángel Esteban: ¿Qué tal? Bienvenidas y bienvenidos a nuestras historias.
JAE: Hay apenas 50 metros, 50 metros que separan Irún de Hendaya. Dos ciudades. Dos países diferentes: España y Francia. Y entre los dos lados un río, el Bidasoa, que hace de frontera física natural.
[Sonido ambiental del río Bidasoa]
JAE: Es de apariencia tranquila, pero en los últimos dos años este río se ha convertido en una trampa mortal, el último destino para muchos migrantes que intentan pasar del lado español a territorio francés.
Mamadou Bah: Yo no sabía que hay un río aquí que mata gente…
JAE: En el mes de junio de 2022, en el último verano, estas aguas se cobraron su última víctima, la número 9. Se llamaba Abderramán Bah, y era un joven de 25 años que venía desde Guinea Conakry, en el Atlántico africano. Mamadou lo conocía muy bien, eran casi familia.
MB: Como si fuera mi hermano. A Abderramán lo considero casi como un hermano.
JAE: Los dos vivieron juntos y durante muchos años compartieron hogar y amistad hasta que Mamadou dejó Guinea y se marchó a vivir a Barcelona. Abderramán quiso seguir sus mismos pasos. Salir de África, buscar una vida mejor para él y su familia.
MB: En África la cosa es muy difícil. Por eso muchos arriesgan su vida, dicen que bueno, yo prefiero intentarlo que quedarme así viendo lo que estoy viendo.
JAE: Y ese riesgo se traduce en muerte en más ocasiones de las que
gustaría contar.
Josune Mendigutxia: Llegan a Irún, y en Irún se encuentran, curiosamente, que es la peor frontera que han tenido casi en el camino.
JAE: Ella es Josune Mendigutxia, voluntaria de la red de apoyo a personas migrantes de Irun. Ofrecen comida, ropa, aseo o acompañamiento a las personas que llegan a esta ciudad fronteriza.
JM: Aquí en la plaza pues les damos pequeña información, un poco de dónde están, un poco los derechos que ellos tienen, porque independientemente de todo, ellos tienen derechos como todas, y bueno un poco las vías seguras que pueden coger para poder llegar a Francia.
JAE: Al no poder superar los controles policiales franceses, muchos de estos migrantes se lanzan al río Bidasoa: es una ruta alternativa que les permite escapar, imaginan, de la vigilancia fronteriza. Pero la fuerte corriente y el hecho de que muchos no saben nadar, o no muy bien, hacen de la vía una ruta realmente peligrosa, a veces mortal, como en el caso de Abderramán.
JM: Esto es como el agua, ¿vale? Que siempre encuentra un camino por donde ir, pero las vías son menos seguras y por ejemplo, el Bidasoa es la peor.
JAE: Una llamada de teléfono le puso en alerta. La noticia de la muerte había llegado hasta África a través de las redes sociales. Y todavía hoy a Mamadou le cuesta creer que su viejo amigo Abderramán haya sido una de las víctimas de este río.
MB: Un lunes me dijo que ha visto una foto de Abderramán, que ha muerto sobre un río en Francia y España.
JAE: Un río cuya existencia ni siquiera conocía.
MB: Y yo le digo que no, que es mentira. Yo no sé, no hay río ahí.
[Sonido noticia muertes Bidasoa]
JAE: Pero lo había. El río que para Abderramán fue su tumba. Mamadou, que vive en Barcelona, viajó a Gipuzkoa para reconocer el cadáver y tramitar los papeles para la repatriación.
MB: Pero hasta que llego aquí para ver el cuerpo yo… no creo.
JAE: Ese día descubrió que el Bidasoa es un río maldito, un río que mata.
Fuera del radar. Historias más allá de la noticia.
En este episodio: El río que mata gente
NG: El protagonista de esta historia ha atravesado varias fronteras. La primera de ellas la que se encuentra al noroeste de Guinea Conakry, muy cerca de Senegal, donde se levanta la ciudad de Labé.
[Escuchamos sonidos de Guinea]
Sus 150.000 habitantes se dedican a la agricultura, cultivan arroz, mijo y frutas, naranjas y limones; y cuidan el ganado. Abderramán nació allí, en Labé.
MB: Su padre y madre… ha nacido dentro de una familia, puedo decir, muy pobre.
NG: La mayor parte de la población de este país africano gana lo justo para subsistir. Algunos ni eso. Los padres de Abderramán apenas tenían recursos para cuidar de él cuando nació, como recuerda Mamadou. No eran familia, no había lazos de sangre, pero muchos años de vida juntos, le convierten en el narrador perfecto de la vida de su amigo. Y Daniel Soriazu continúa con la historia.
Daniel Soriazu: La familia de Mamadou se hizo cargo de criar a Abderramán desde que era prácticamente un bebé. Sus padres no podían darle la atención y los cuidados necesarios.
MB: El abuelo, abuelo de Abderramán tenía buena relación con mi padre, pero el abuelo de Abderramán ha fallecido muy pronto y el padre de Abderramán casi no ha podido levantarse.
DS: El padre de Abderramán estaba enfermo, incapacitado físicamente para poder trabajar y llevar dinero a casa. Cubrir las necesidades de un bebé recién nacido.
MB: Casi tiene el cuerpo un poco deformado, no puede trabajar, hacer todos los trabajos. Por esto mi padre lo ha ayudado para educar a Abderramán.
DS: Mamadou tenía 23 años cuando Abderramán llegó a su hogar.
MB: Abderramán era un joven muy tranquilo. Nos gustaba mucho jugar al fútbol.
DS: Lo vio crecer y lo cuidó como a su hermano pequeño durante siete años.
MB: A veces yo trabajaba, yo compraba ropa para él. No duró en el cole, pero cuando estaba en el cole estaba muy bien.
DS: Estudiar en el colegio no es una opción para muchos jóvenes en Guinea Conakry. Para poder sobrevivir hay que trabajar y eso es incompatible con los estudios.
MB: Porque había llegado un momento donde la familia no puede avanzar. Los jóvenes están obligados a trabajar en el campo, a ayudar a madre y padre.
DS: Además, Abderramán quería ayudar a sus padres, que no atravesaban un buen momento en su relación.
MB: Su padre y madre se han divorciado. Pero Abderramán quería juntar a su madre y padre.
DS: Y creía que la única manera de conseguir que volvieran a estar juntos era reunir el dinero suficiente…
MB: Abderramán, tenía un proyecto para que su madre vuelva con su padre. Casi era su sueño.
DS: Un sueño que solo se podía cumplir si salía de Labe, su pueblo natal. Y la mejor opción, y casi la única, pasaba por ir a Conakry, la capital. Lo hizo nada más cumplir los 18 años.
MB: Consigue comprar una moto como hacen muchos jóvenes de Guinea, hacen taxi-moto, lleva a gente a cambio de dinero.
DS: Y así aguantó durante unos años.
MB: Pero en un momento ha desaparecido y no sabemos dónde está.
DS: Ocurre en 2019, cuando Abderramán tiene unos 23 años. Desaparece sin dejar rastro. Nadie sabe cuál es su paradero. Ni siquiera sus padres.
MB: Él nunca ha hablado con su padre, no habla, no habla con su padre.
DS: Son pocos los que se atreven a contar a sus padres cuáles son sus verdaderos planes. Porque ningún padre quiere que su hijo se embarque en una aventura tan peligrosa.
MB: Seguro que por esto Abderramán no quiere hablar con él.
DS: El drama, la preocupación, es real y fundada. Diferentes organismos calculan que han fallecido en torno a 2.200 migrantes en el último año intentando llegar a Europa a través de su frontera sur.
MB: Sabiendo que en este camino cada día estamos viendo jóvenes muriendo y hasta en mi pueblo tenemos muchas familias que han tenido a su hijo fallecido ahí, en este mar.
DS: Pero al igual que Abderramán, muchos jóvenes guineanos solo pueden mejorar su vida si salen de África. Allí las opciones de progresar son muy reducidas.
MB: Así pasa en África. Los más ricos se quedan siempre más ricos, los más pobres siempre más pobres.
DS: Los jóvenes guineanos conocen los riesgos de embarcarse en este tipo de viajes. Pero prefieren intentarlo porque no ven alternativa…
MB: Tú puedes trabajar un día entero, entero, para solo conseguir comida, comida de un día y sin poder ayudar a tu familia y viendo a tu familia sufriendo.
DS: Para ellos Europa se convierte en la tierra prometida.
MB: Y la gente, muchos piensan que cuando llegas aquí todo esto cambia automáticamente. Es lo que muchos piensan aunque tú lo explicas…
DS: La realidad en África es demasiado cruda. Por eso ni se imaginan que por el camino hacia Europa pueden encontrarse con un escenario peor.
MB: Muchos no quieren venir, pero… muchos vendrán.
DS: Es lo que Abderramán quería intentar. A los pocos meses consiguen noticias suyas a través de un amigo. Está bien, está en Marruecos. En las rutas migratorias más frecuentes, esta es la parada previa antes de cruzar a España. Allí pasará más de un año hasta que se lanza a aguas del Atlántico.
MB: Él llama a uno diciendo que él está por Marruecos. Está intentando cruzar el mar para llegar a España.
DS: Su patera llega hasta territorio español a través de Arrecife, en Lanzarote, en el mes de mayo. Una vez allí, consigue contactar con Mamadou.
MB: Desde que se ha marchado de casa era la primera vez. Me ha contado muchas cosas…
DS: Mamadou es consciente de los riesgos que ha corrido Abderramán para llegar a territorio español. Le anima a que se quede en Canarias un tiempo. Que no vuelva a jugarse la vida.
MB: Has estado tres años sin tener dónde dormir y comer. Ahora ya donde estás tú vas a dormir, va a comer. Quédate ahí. Tranquilízate. Y luego pasa por Barcelona y veremos lo que vamos a hacer.
DS: Por aquel entonces Mamadou vivía en Barcelona. Llevaba nueve años en la ciudad condal, a donde llegó con un visado de turista gracias al dinero que había ahorrado.
MB: Porque no es lo que la gente piensa. Europa también no es fácil.
DS: Al poco tiempo encontró trabajo en el sector de la construcción y consiguió quedarse. Una suerte que muy pocos tienen. Buena parte de su sueldo lo envía a su mujer y a sus tres hijos, que siguen en Guinea Conakry. El resto lo usa para salir adelante.
MB: Ahora mismo un kilo de carne son siete euros en mi país. Y aquí tú puedes conseguir un kilo de carne también a siete euros. Pero siete euros allí yo te puedo decir… son setenta mil euros.
DS: Asegura que no es una vida fácil ni el ideal que muchos migrantes tienen en mente.
MB: El mensaje que yo puedo decir primero a los jóvenes que están en África, que piensan que cuando tú llegas a Europa y es como si tú estás en el paraíso, pero no lo es. Y yo trabajo cada día entre nueve y diez horas.
DS: Abderramán lo sabía, ya se lo había escuchado decir a Mamadou. Pero quería probar esa suerte, en su país lo daba todo por perdido. No iba a parar hasta conseguir su objetivo: llegar a Francia.
MB: Cada día me llamaba diciéndome que lo ayude para ir a Francia, porque él tenía contacto con un amigo que está en Francia y hablaba con él y me dijo que quería ir, que quería ir…
JAE: Fue entonces cuando Mamadou le mandó a Abderramán 300 euros para ayudarlo. Pero le puso una condición: tenía que pasar por Barcelona para juntarse con él.
MB: Y un día él me llama y me dice que está por aquí, por San Sebastián, que se va a Francia.
JAE: Con el temor de que pudiera hacer alguna tontería, Mamadou le aconsejó que hiciera bien las cosas, que intentase cruzar la frontera entre España y Francia en autobús.
MB: Yo le dije escúchame: Si la policía te para, te van a devolver a España, no te van a encarcelar, no te van a hacer nada.
JAE: Y esa fue la última vez que habló con él.
Enseguida retomamos el relato.
PAUSA
JAE: El 1 de junio de 2022 Abderramán cumplió 25 años. Las autoridades trabajan con la hipótesis de que por esas fechas intentó cruzar hasta Francia por carretera, pero una vez allí sufrió una expulsión exprés. Es decir, fue devuelto a Irún por la gendarmería gala. Y poco después, Abderramán se lanzó al río Bidasoa en un intento desesperado de cruzar al país vecino. Pero nunca lo consiguió. A las pocas horas su cuerpo apareció sin vida en el agua.
JAE: Esta historia, como el río Bidasoa, tiene dos voces, dos lados, dos orillas. La de aquellos que llegan a nuestro país, como Abderramán, intentando encontrar un futuro mejor, y la de aquellas personas que tratan de ayudarles desde aquí.
Josune Mendigutxia: Su viaje es muy complicado. El paso por el Atlántico, pues genera muchas víctimas.
JAE: Josune Mendigutxia es una de ellas. Como voluntaria de la red de apoyo a migrantes de Irún, conoce bien la realidad sufrida por Abderramán.
JM: El viaje es difícil, pero claro, una vez que llegan a Europa, que llegan a Irún, pues se encuentran aquí con una frontera, frontera ahora mismo intransitable.
JAE: En 2018 se empezó a incrementar el flujo migratorio por esta ciudad fronteriza. Y desde ese año, Josune y sus compañeras dedican su tiempo a ayudar y asesorar a estas personas.
JAE: Sigue contando esta historia Daniel Soriazu.
DS: Los miembros de esta ONG acuden a la estación de autobuses para esperar y ayudar a los migrantes que llegan. Por la mañana se colocan en la plaza San Juan, en un espacio cubierto al aire libre. Es su oficina improvisada.
JM: En frente del Ayuntamiento, a destacar en la calle con el día que hace hoy, con la lluvia y todo.
DS: Aquí orientan a estas personas sobre la ruta que tienen que seguir.
JM: La mayoría de la gente que ha venido son de Guinea Conakry, de Mali y de Costa de Marfil. Ahora empieza a haber un volumen un poquito más alto de senegaleses y luego vienen bastantes sudaneses también, que es un perfil nuevo.
DS: Las razones que les llevan a abandonar sus países son muchas.
JM: Las mujeres, muchas de ellas, se han escapado con niñas porque han querido evitar que les practiquen la ablación a esas niñas, porque se les obliga a casarse con personas que ellos no quieren. Muchachos que tienen carreras universitarias, no tienen oportunidades de trabajar. Guerras, diferentes guerras…
DS: Y la motivación que tienen para hacer este largo recorrido es tan fuerte que nada puede frenarles, ni siquiera el miedo al fracaso o a la muerte.
JM: Nosotros también les decimos que Europa no es lo que ellos se piensan que es, que los mensajes que les llegan no son, no son reales. Que muchas de las personas con las que hemos hablado les hemos dicho que van a acabar en la calle, que nadie les va a ayudar, que nadie les va a hacer caso. No obstante, esto es una realidad. Ellas están abocadas a salir de su país, por miles de razones.
DS: Cada día, a la estación de autobuses de Irún, de media llegan una decena de migrantes:
JM: La mayoría de esos son franco parlantes, por lo tanto el idioma supongo que les empuja y después pues muchos de ellos tienen familia, conocidos, amigos en Francia.
DS: Buscan fórmulas para poder llegar a Francia. Buscan alternativas a la ruta por carretera para evitar que les pillen y les expulsen.
JM: Esto no lo van a parar porque pongan controles y pongan vallas… esto no se va a parar. Lo que van a conseguir con todo eso es que haya más tragedia, que haya más muertos, que haya más estrés en toda esta gente, pero pararlo no lo van a parar.
DS: Y cuando se dan de bruces con los controles franceses, el río Bidasoa es la única opción que les queda…
JM: Y dicen, joe, cómo no voy a poder pasar por ahí si me he cruzado el Atlántico en una patera y me he jugado la vida y no me ha pasado nada… ¿me va a pasar aquí?
DS: Desde la red de apoyo les advierten de los riesgos de cruzar el río. Pero no es suficiente.
JM: Pues sí, aquí se han muerto, aquí se han ahogado. Es un río que tiene un historial largo de muertes. Larguísimo.
DS: La primera muerte de este tipo de la que se tiene constancia tuvo lugar en abril de 2021. Por aquel entonces, ONGs como la red de apoyo a migrantes ya había alertado de la presión migratoria que había en la localidad fronteriza. El fallecimiento de otro migrante un mes después demostró que no se trataba de un caso aislado. Después vendrían otras. En poco más de un año, las víctimas mortales ya eran 9. Abderramán fue la última de ellas.
MB: Yo acuso mucho a las autoridades francesas…
DS: Mamadou, al igual que las ONGs, atribuye a los controles de la Policía francesa la muerte de Abderramán. Cree que este tipo de actuaciones son las que hacen que estas personas se vean obligadas a utilizar rutas menos seguras para conseguir su objetivo.
MB: La policía francesa lo ha pillado para devolverlo a España, para morir, para volver a morir.
DS: Josune y el resto de responsables de la red de apoyo de Irún están convencidos de que Abderramán pasó por el puesto que montan en la plaza.
JM: Creemos que sí, que estuvo aquí, que sí que habló con nosotras, que sí que estuvo. Creemos… a ciencia cierta no lo podemos decir. Algunas personas de las que han fallecido en el Bidasoa sí hemos sido conscientes de que hemos estado con ellos.
DS: Y aunque no recuerde concretamente aquel caso, le vienen otros a la cabeza que inevitablemente le han removido la conciencia. Como el de Abdullah, que también falleció en agosto de 2021.
JM: Yo recuerdo que hablé con el chaval a la mañana y me pidió que le cruzara yo la frontera y le dije que yo no podía hacer eso, que lo consideraban ilegal y que para mí tendría consecuencias penales.
DS: Y al final, el peor desenlace…
JM: Estaba desesperado. Ese chaval se fue al río y se ahogó.
JM: A mi personalmente me fastidia que se ahoguen todas las personas o que pasen malos ratos, todas las personas. Pero si ya le he visto la cara y he hablado con él y en el caso de este chaval he visto su agobio y su estrés en la mirada. Fue horrible.
DS: Junto al Gobierno Vasco y a ayuntamientos de la zona, reclaman corredores humanitarios que eviten este tipo de tragedias en la frontera. Temen que nuevos episodios se vuelvan a producir en cualquier momento.
[Testimonio Xabier Legarreta, director de Migración y Asilo del Gobierno Vasco sobre el dispositivo de rescate]
DS: La noticia de la muerte de Abderramán no tardó en llegar a su familia en Guinea. Una llamada de su hijo desde África puso en alerta a
Mamadou.
MB: Me dijo que ha visto fotos de Abderramán, que ha sido publicado en el Facebook que Abderramán ha muerto sobre un río entre Francia y España.
DS: Al principio no se lo creía. Hasta donde él sabía, Abderramán ya estaba en España. Había llegado a la península desde las Islas Canarias. En teoría, ya había superado lo más difícil. A Mamadou le constaba que su hermano había llegado a Francia.
MB: Esto, esto es seguro porque Abderramán ha mandado un mensaje a su compañero, a un amigo suyo que está en Francia, que es nuestro hermano, que ya ha cruzado la frontera.
DS: Desconocía el riesgo que existía en la frontera de Irún con Francia. Cuando le dicen que Abderramán era el joven que había aparecido muerto, no se lo podía creer.
MB: Yo le digo que no, que es mentira. Yo no sé, no hay río ahí. Abderramán ha entrado entre Marruecos y España, no, que no hay río. Yo no sabía que hay un río aquí que mata gente.
DS: Pero sí, el Bidasoa se cruzó en su camino.
JM: Es un río aparentemente tranquilo, pero tiene muchas corrientes y muchos, muchos remolinos. El Bidasoa depende también de las mareas del mar. Si hay marea alta o marea baja, hay más corriente, menos corriente, más caudal, menos caudal, en fin. Y luego hay mucho lodo.
DS: Los migrantes que lo cruzan no conocen el comportamiento ni las particularidades de este río.
JM: Ellos ven un río aparentemente tranquilo y corto. Vienen cansados, vienen estresados, entonces lo que quieren es irse, irse, irse. No nos hacen caso.
[Noticia en la radio: hallado el cadáver]
DS: Se le perdió la pista un miércoles. La última vez que se le vio fue en un centro temporal de atención humanitaria. Al día siguiente saltaron las alarmas y poco después se iniciaron las labores de búsqueda en el río...
MB: Que no sabía nadar, no. No sabía nadar.
DS: El sábado los servicios de emergencia de Cruz Roja hallaron su cuerpo sin vida.
DS: La labor de las ONGs y de las autoridades vascas permitieron dar con Mamadou como pariente más cercano de Abderramán. Tuvo que viajar hasta San Sebastián para reconocer el cadáver. No había duda de que era él.
MB: Voy a San Sebastián a ver si puedo ver el cuerpo u otra prueba y es hasta cuando llego... He dicho que sí, lo que he visto, que, que ha sido él. Sí.
DS: Con todo el dolor y el golpe de la noticia, todavía quedaba el duro trance de contárselo a la familia de Abderramán, a sus padres. A aquellos a los que quería ayudar una vez llegara a Francia. El sueño que nunca pudo ver cumplido.
MB: Después de solo una palabra, no… ni yo ni él hemos podido hacer una segunda palabra. Él ha colgado su teléfono y ya.
JAE: Mamadou Bah es padre de tres hijos y no puede evitar ponerse en la piel de tantos padres que están perdiendo a sus seres queridos.
MB: Sí, ahora mismo casi todos los padres africanos tienen miedo.
JAE: Cuando su hijo mayor le dice que quiere salir del Guinea Conakry, el miedo recorre su cuerpo.
MB: Yo lo que querría es que se queden ahí. Pero ahora mismo mi hijo mayor me está presionando para venir. Pero de momento, todo lo que yo estoy diciendo, que se tranquilice, que no pasa por otro camino.
JAE: No se cansa en lanzar el mensaje que tantas veces repitió a Abderramán y que no sirvió para evitar su muerte.
MB: Que los jóvenes sepan que no hay ningún sitio en el mundo donde tú puedes ir solo para coger dinero, conseguir dinero, hay que trabajar, hay que usar la cabeza para vivir bien.
JAE: Y a las autoridades, una petición desesperada para que no se vuelvan a repetir este tipo de muertes.
MB: Los que se buscan la vida no tienen que tratarse como un criminal. Y sobre todo empujarlo a morir, a matarse.
JM: A las instituciones lo único que se les puede pedir es que presionen para que Francia quite esos controles que son absolutamente ilegales y absolutamente racistas.
JAE: También lo reclaman desde la red de apoyo de la que forma parte Josune Mendigutxia.
JM: Estamos en espacio Schengen. Aquí las fronteras no existen y esa frontera adornada de protección nacional contra el terrorismo y bla, bla, bla, bla, bla, es un control racista. Es un control para que negros y magrebíes no entren en Francia.
JAE: Miles de migrantes llegan al año a España, la mayor parte de ellos con intención de atravesar el país para llegar a otros puntos de Europa. ONGs como la red de apoyo de Irún así lo atestiguan y alertan de que en Francia se han endurecido los controles este otoño. Se está creando, advierten, un contexto propicio para que estas personas en tránsito adopten vías inseguras, como es el caso del río Bidasoa.
JAE: Esta historia está escrita y producida por Daniel Soriazu y es uno más de los episodios de Fuera del Radar, el podcast narrativo que se mueve más allá de la noticia. Soy José Ángel Esteban, gracias por escuchar.
Fuera del radar es un podcast narrativo desarrollado por los periodistas de las cabeceras regionales del grupo Vocento. La edición y coordinación general es de Andrea Morán con la ayuda de Carlos García Fernández, la producción técnica de Íñigo Martín Ciordia. El diseño sonoro y la mezcla de Rodrígo Ortiz de Zárate y la dirección y producción ejecutiva de José Ángel Esteban.

María Antonia, historiadora riojana, estudia desde hace años la trayectoria de un obispo adelantado a su tiempo. A pesar de su afinidad por este personaje, la investigación pondrá en jaque todas sus convicciones

Tomás siempre fue un gran aficionado a la pesca. Nunca pensó que, una noche cualquiera frente al mar, las fuerzas de seguridad le confundirían con quien no era. Un error que le arruinó la vida

Una mujer y su hija investigan los orígenes perdidos de la abuela, abandonada en un hospicio al nacer. A los 90 años, Vicenta necesita saber de dónde vino. Lo que descubren hace temblar a toda la familia

Acosado en el colegio y en la calle, tentado por el suicidio, un joven de 21 años encuentra en la música el arma para hacer frente a los matones y a sus propios demonios. Ahora, es el ídolo del barrio

Se han enfrentado a muchas barreras. Su mayor reto ahora es encontrar un espacio para convivir y quererse. Pero, ¿cómo ser libres cuando siempre les llamaron dependientes?

Hujjat estudió odontología en Santiago de Compostela. Cuando volvió a Kabul, vio cómo su país se desmoronaba. Ahora, un aeropuerto sitiado por los talibanes se interpone entre él y su libertad

Este podcast es exclusivo para suscriptores

Suscríbete hoy mismo y comienza a disfrutar de todo el contenido de Salamancahoy