Borrar
podcast background

Episodio 1

La ola invisible

Carmen López recuerda observar la espuma del mar cuando era pequeña, pero después perdió la vista. Lleva casi veinte años sin poder ver una ola, pero en 2020 ganó el campeonato del mundo de surf

Transcripción

Fuera del radar.

La ola invisible

José Ángel Esteban: ¿Qué tal? Bienvenidas y bienvenidos a nuestras historias.

JAE: Esta es la playa de Salinas, uno de los arenales más largos y turísticos de Asturias, una de las mejores zonas para practicar surf.

Porque esta historia tiene que ver con el mar. Y con la oscuridad y la sensación de libertad. También con la discapacidad, con el deporte y con la superación.

Porque tiene que ver con Carmen López.

Carmen López: Yo me tengo metido lloviendo o metido con sol y me da igual. O sea, yo ya he parado de mirar el tiempo, ahora miro el parte de olas.

JAE: Carmen tiene 25 años. Es una chica rubia y menuda, mide sobre uno cincuenta. Vive en Oviedo aunque hace surf aquí, en Salinas.

Es una playa grande y abierta, en el Cantábrico. El agua suele estar fría: en verano alcanza los 22 grados, pero en invierno baja hasta los 12.

CL: Yo en invierno puedo llegar a salir de un baño con la nariz y los labios morados, con las yemas de los dedos azules, y me da exactamente igual…

JAE: Carmen se pone el traje de neopreno, pilla la tabla, entra al agua y coge olas. Y se le da bien, muy bien. El surf es su pasión.

CL: Pues sí, realmente sí, es adictivo, totalmente.

JAE: Y eso que, curiosamente, a esta surfista no le gusta la playa.

CL: No me gusta la playa. No, no, no me gusta.

JAE: La arena le da grima…

CL: Una grima, que me muero. Mi playa ideal sería una arena en una playa de asfalto sin arena por ningún lado.

JAE: Vamos, que tumbarse a tomar el sol no va con ella.

CL: Y que sople un poco de aire, que se te llene la toalla de mierda. ¡No, no, no, no, no, no, qué va, qué va! No, la playa no tiene sentido.

JAE: Pero el mar….

CL: Ufff, es que es una sensación…cuando me meto al agua es algo que no se puede describir con palabras, es algo... Es una paz, una libertad, es que es no pensar en nada. No tienes problemas de nada. No hay nada, solo el surf.

JAE: Dentro del mar se siente como pez en el agua, libre. Y con sensaciones que son siempre cambiantes: su olor, su temperatura, su bravura… Lo siente, lo disfruta, pero no puede verlo. Porque, desde hace muchos años, Carmen es ciega. No ve nada. Convive con la oscuridad, interpreta la vida con los sonidos, el tacto, los olores y los sabores, con la memoria. El mar, por ejemplo, lo recuerda de cuando era muy niña y podía verlo.

CL: Pues con mucha espuma. A mí de pequeña me daba mucho miedo la espuma, porque no sabía lo que había debajo.

JAE: Ahora ya no lo teme. Lo reta.

CL: El surf me atrajo simplemente porque tiene la adrenalina de que cambia todos los días.

JAE: En el agua, sobre la tabla de surf, se guía a través de los silbidos de su entrenador. Si escucha uno, la ola viene por la derecha. Si escucha dos, por la izquierda.

CL: Una vez que estamos en la zona buena pues Lucas lo que hace es ir diciéndome cuándo es el momento exacto de remar…

JAE: Ha domado olas de varios continentes. Esta es la historia de Carmen, una surfista que vive en una ciudad sin mar y que odia la playa. Una deportista que ha roto barreras y estigmas. Una mujer que ha encontrado su vocación sin verla.

FUERA DEL RADAR. Historias más allá de la noticia.

En este episodio: La ola invisible.

JAE: La vida de Carmen López siempre ha estado llena de dificultades, desde que nació el 4 de julio de 1997.

Marián García: Yo trabajaba de limpiadora en un hospital y estuve no llegó a diez días antes de que ella naciera, trabajando.

JAE: Esta es Marián, la madre de Carmen.

MG: Pues el mazazo fue muy fuerte porque yo tuve un embarazo muy bueno.

JAE: El mazazo al que se refiere es que Carmen nació con un glaucoma congénito de los dos ojos. El bebé pasó sus quince primeros días de vida ingresado en la Unidad de Neonatos del hospital.

MG: Claro, en las ecografías los ojos no se veían, no se ve si vienen mal o no. Entonces cuando nació se vio que había algo raro.

JAE: Y para certificarlo, para enfrentarse a eso, comenzaron los viajes a Madrid. La periodista Susana Neira sigue contando la historia.

Susana Neira: Novecientos kilómetros, ida y vuelta. Todas las semanas. Cada lunes. Marián y Carmen llegaron a viajar incluso tres veces en la misma semana.

MG: Y cuando llegábamos a Oviedo, a casa, los tenía rojos pero inyectados, no sé, aquello era horrible. Y a ella le dolía, apretaba. Claro, igual teníamos que volver a Madrid.

SN: Un camino largo, difícil y sin hoja de ruta. A nadie le enseñan cómo cuidar y educar a una hija ciega.

MG: Lo mejor que se pueda porque, claro, no hay ningún libro de instrucciones de hacer o no hacer.

SN: Pero todo sin compadecerse, porque Marián siempre quiso que Carmen fuera como los demás niños, independiente. Que solo pidiera ayuda tras haberlo intentado por sí misma.

MG: La vida no es color de rosa como la quisieras pintar.

SN: Y que su día a día fuera lo más cotidiano posible, sin grandes contemplaciones.

MG: Digo aquí, como los demás, favoritismos que no vea ni uno. La verdad que en ese sentido nunca, nunca se aprovechó de la situación. Bueno, tampoco la dejábamos.

SN: Carmen creció y fue explorando el mundo. No le faltarían estímulos.

MG: El caso era que ella fuera feliz y que hiciera las cosas que le gustaban.

SN: Era una niña inquieta. Le gustaba mucho jugar.

CL: Yo no paraba. A mí me gustaba jugar a polis y ladrones.

SN: En casa, en el cole....

CL: Me gustaba jugar al escondite, al pilla, a los tazos, a todo lo que me decían que no podía. El médico me decía 'No puedes correr', pues yo corría. 'No puedes saltar', pues yo saltaba...

SN: Y como cualquier niña de su edad, también tenía sueños de futuro…

CL: Yo quería ser cardióloga de urgencias. Porque me gustaba mucho 'Hospital Central'. Eso, o neurocirujana, pero también de urgencias.

[Sonidos de hospital]

SN: Carmen está familiarizada con los hospitales, ha tenido que pasar nueve veces por quirófano para operarse de los ojos. La última intervención fue en la primavera de 2022, y ya tiene otra pendiente. Ahora mismo, en su día a día sufre unos dolores intensos, pero por las mañanas va a clase. Estudia instrucción de perros de asistencia y siempre la acompaña alguien muy especial.

CL: 24/7 conmigo. Se llama Luna y tiene diez años, es un Golden Retriever.

SN: Es su perro guía y casi siempre salen juntas.

CL: Sí, sobre todo porque si no la llevo conmigo, luego tengo que pagar sus venganzas.

SN: ¿Se te enfada o qué?

CL: Bastante.

SN: Carmen suele dedicar las tardes al deporte. A lo largo de su vida ha practicado muchos.

CL: Desde muy pequeña hice de todo: desde montar a caballo hasta natación, montar en bici, hacer patinaje artístico...

SN: Y fue adaptándose a cada uno de ellos.

CL: Te voy a confesar: yo probé gimnasia rítmica.

SN: Ahora va tres veces por semana al gimnasio, a spinning y a hípica, pero fue entre las olas, sobre la tabla, donde descubrió su vocación.

[Sonido de olas]

SN: El primer contacto de Carmen con el surf fue en el 2012. La invitaron a participar en unas jornadas de surf adaptado en la playa de San Lorenzo, en Gijón.

CL: Sólo iba a acompañarles y me acabaron liando para que me metiese yo también al agua.

SN: Normalmente subirse a la tabla el primer día es casi imposible, pero…

CL: En mi primera ola me puse de pie hasta la orilla y ahí dije 'oh...esto mola mucho. Voy a intentar seguir'.

SN: Le gustaba y tenía aptitud. Lo intentó durante tres años, fue a campamentos, siguió practicando hasta que se quedó sin entrenador.

CL: Dejé el surf porque nadie se atrevía a darme clases por ser una chica ciega.

SN: Un parón.

CL: Hasta que en 2018 me contactaron.

SN: Un amigo la invitó a participar en otras jornadas de surf adaptado y ni se lo pensó.

CL: Me dijo que había estas jornadas y que si quería ir. Y fui a un fin de semana a Cantabria, a la playa de Somo.

SN: Esa llamada iba a cambiar su vida.

CL: Me lo pasé tan bien que dije 'bueno, esto es lo mío, claramente'.

SN: Ya no hubo vuelta atrás. Regresó a Oviedo, a su casa, y se apuntó a la Federación Asturiana de Surf. Ahí es cuando le presentaron a su actual entrenador.

Lucas García: Y entonces la Federación se puso en contacto conmigo para ver si podía entrenarla.

SN: Lucas García cogió su primera ola con 9 años y ha sido campeón de Asturias, de España, de Europa, y subcampeón del mundo en dos ocasiones. El surf es su estilo de vida. Pero nunca había entrenado a una persona ciega. Y al principio, dudó.

LG: Dije yo, bueno, de mano tienes tus prejuicios, dices tú, bueno, a ver yo cómo le enseño a una persona ciega, estás acostumbrado a enseñar mucho basándote en el tema visual...

SN: Ni siquiera conocía las reglas de competición del surf adaptado. Pero él es una persona tenaz y competitiva...

LG: Muchas veces las limitaciones las ponemos nosotros y no es tan difícil, solamente hay que tener la intención de hacerlo.

SN: Su primer encuentro en persona fue en mayo de 2018.

LG: Quedé con ella en Salinas y la verdad es que desde el minuto uno me encontré que fue bastante fácil.

SN: Aunque Carmen no se llevó la misma impresión...

CL: El primer día que me lo presentaron yo dije 'por Dios, este hombre, qué mal rollo, lo serio que es, tal…'.

SN: Carmen quería más olas y menos teoría.

CL: Porque yo iba con ganas de surfear y quedamos, y sólo me hablaba que si el punto de marea, que si el tipo de ola, que si la playa de Salinas...

SN: Así que quedaron para el día siguiente, a las once de la mañana: era la primera clase de las diez contratadas en la Escuela de Surf que Lucas dirige con su mujer. Esas primeras impresiones a veces fallan...

CL: Porque era todo comedia, todo cachondeo, unas risas...

SN: Y entraron al agua.

LG: Ese día había algo de mar, había algo de espuma y digo bueno, lo que hice fue facilitarle las cosas, y cuando una vez que la lance a la primera ola, vi que se puso de pie, que iba recto y dije el siguiente paso es... ¿que gire, no? Y dije 'derecha' gritaba yo ahí... pero claro, entre el ruido de las olas, el viento, etc... era muy difícil que me escuchara.

SN: No importó que la comunicación fuera difícil, Carmen enseguida lo tuvo claro.

CL: A la primera ya le dije que quería que fuera mi entrenador para siempre. No me dijo que sí directamente, si no que cogió y me abrazó fuerte.

LG: (Risas) Sí, porque me prestó mucho, porque me llenó.

SN: La conexión fue instantánea.

CL: Ya parecemos un matrimonio más que un entrenador y una alumna. Cualquiera que nos ve flipa, porque ya es una amistad.

SN: Encontrar un lenguaje propio nunca es fácil… En sus clases han vivido momentos de mucha confusión.

CL: Yo estaba en la orilla recogiendo la tabla y de repente oigo a Lucas algo, pero no le oigo del todo. Él me había dicho 'vaya olón' y yo entendí 'un tiburón'. Solté tabla y todo, con la tabla atada al tobillo por el invento…

SN: …y de muchas risas.

CL: Otra vez no sé qué me dijo de las espumas y de los olones. Y yo le dije '¿pero cómo te pueden apetecer mejillones a las once y media de la mañana?'.

SN: Así, entre ola y ola, las diez clases pasaron muy rápido. Enseguida llegó el campeonato nacional.

CL: yo quería ir a toda costa, con posibilidades o no.

SN: Pero resulta que, una vez allí, Carmen no tuvo con quien competir. Era la única de la categoría femenina para invidentes.

CL: Sí, la verdad es que fue un poco heavy, ganar el Nacional así del tirón.

SN: A la vuelta siguieron los entrenamientos. Carmen lograba coger las olas, ir sola… pero quería llegar más lejos.

CL: Al principio me gritaba en plan 'izquierda, derecha', pero yo no me enteraba de nada…

[Suenan silbidos]

SN: Hasta que idearon un método de entrenamiento novedoso.

LG: ¿Cómo lo hacemos? A través de silbidos. No teníamos pinganillo ni teníamos nada de agua…Entonces dije yo, porque no me escucha, yo silbo fuerte. Venga, digo 'Carmen, un silbido por la derecha, dos por la izquierda' y empezamos a trabajar sobre eso.

SN: Y funcionó.

CL: Cuando tú entras a un medio que cambia tanto y tan rápido como es el mar, y dependes de otra persona que sea tus ojos, tienes que tener una confianza plena

SN: Ahora la confianza entre Lucas y Carmen es plena.

LG: Entonces, claro, yo tengo que estar siempre al lado de ella para evitar este tipo de sustos y para que ella esté cómoda y para avisarle de todos los peligros y que esté alerta.

JAE: Tras ganar el primer campeonato nacional de surf adaptado, Carmen López logró otro oro en el de Asturias. Ahí tampoco había rival en la categoría de invidentes, pero no podía confiarse… Porque luego llegaría una cita grande. Palabras mayores.

CL: Fue cuando ya me llamaron de la Federación Española y me dijeron que estaba convocada para el Mundial.

JAE: Estaba a punto de hacer historia. Enseguida retomamos el relato.

PAUSA

[Suena un teléfono]

JAE: En noviembre de 2018, seis años después de coger su primera ola, Carmen recibió una llamada: había sido seleccionada para participar en un mundial de surf adaptado.

CL: A mí de golpe se me cerró el estómago.

JAE: Era la primera española que lo lograba.

CL: Y yo, 'mamá, que me acaban de llamar para ir al Mundial de surf'.

JAE: Susana Neira sigue contando la historia.

[Sonido de avión]

SN: Carmen solo llevaba seis meses entrenando cuando aterrizó en California, en el aeropuerto de Los Ángeles. Allí todo era nuevo.

CL: Cuando salimos a una autopista de siete carriles ya dije 'mira, hasta luego'. Nos quedamos en una casa enorme...

SN: Una casa cerca de la playa de La Jolla, donde se disputaba el campeonato mundial. Por primera vez, se dividía en categorías de hombres y mujeres, pero no todos se subían a la tabla con las mismas condiciones.

CL: Mujeres con discapacidad visual, esto implica que competía con chicas que tenían algo de vista. O sea, la que ganó ese año veía por un ojo, y la que quedó segunda tiene no sé qué enfermedad degenerativa en la vista, pero vaya que ve algo.

SN: Eso no quiere decir que Carmen lo hiciera mal. Logró pisar el podio.

CL: La verdad es que ese cobre para mí fue como ganar un oro. Creo que fui la que más lo celebró de todas las del podio.

SN: En 2019 volvió a ganar el campeonato de España y también se celebró el Europeo de Surf Adaptado. Fue en Viana do Castelo, una playa en la costa norte de Portugal. Competían dos chicas: Carmen, claro, y Marta, una surfista portuguesa.

LG: Y esa es, digamos, la rival de Carmen. Es más joven, tiene 16 años, es una chavalina que la verdad es que se le da muy bien, que es ciega total, también es una máquina.

SN: De aquel viaje, acompañada por Lucas, que ya era seleccionador nacional, Carmen regresó con la plata y con el cariño de todo el equipo luso.

CL: Ella tuvo un pequeño accidente compitiendo. Se cayó y se hizo un esguince, quedando cinco minutos de manga. Yo podría haber seguido, haber cogido dos olas más y pasarla, pero la cogí de la mano y salimos juntas.

LG: Un ejemplo increíble y la verdad es que aquel campeonato fue muy emotivo.

SN: Durante el año siguiente, en 2020, Carmen continuó los entrenamientos con Lucas en la playa de Salinas. Ambos seguían con su compromiso, su dedicación... Hasta que un día de febrero, de nuevo, una llamada volvió a revolucionar su vida: la selección española de surf la convocó para ir por segunda vez al Mundial, esta vez con un equipo más grande.

CL: Fue como una explosión de cosas porque tanta gente nueva, tantas cosas nuevas, aunque fuera en el mismo sitio, en La Jolla…

SN: A diferencia de 2018, ahora ya había dos categorías para mujeres: discapacidad visual y ceguera.

CL: En mi categoría de ceguera total solo estábamos tres.

SN: Todo parecía ir sobre ruedas, pero no. Era marzo de 2020…

LG: Madrid estaba, era una locura, cogimos el avión, marchamos para allá y allí es que estabas como en una isla.

SN: Estábamos en plena explosión de la pandemia.

LG: Estaban llegando noticias de casa, que si todo el mundo está encerrado en casa, que si no se qué, y nosotros ahí viviendo en otra película.

SN: A más de cuatro mil kilómetros de distancia, Carmen se metió en la burbuja del campeonato y se centró en competir. Ante la enorme crisis sanitaria, algunos países se retiraron antes de comenzar.

CL: Porque Portugal se tuvo que retirar el jueves a última hora…

SN: Pero Carmen ni pensaba en eso.

CL: Y yo era como 'por Dios, que solo me quedo con la americana'. Yo quiero competir.

SN: En más de una ocasión, los nervios habían jugado a Carmen una mala pasada. Y esto era la final de un mundial.

LG: Carmen la presión la aguanta relativamente mal, a ella le meto un poco de presión y se me bloquea, entonces intenté que fuera como un baño normal.

SN: Entraron al mar y, a través de los silbidos, disputaron la prueba contra la americana Barbie Pacheco.

CL: Bueno, pues yo tenía a mi favor que Lucas supo elegir la tabla para cada día…

LG: Yo lo que quería es ganarla a toda costa, porque yo soy competidor, entonces claro, eso yo lo llevo en la sangre…

SN: Marián, la madre de Carmen, siguió la final por streaming desde su casa en Oviedo. Veía a Carmen y a Lucas en el agua, con muchos nervios, con el corazón en un puño. El sueño de Carmen podía cumplirse.

MG: Claro, yo tenía los enlaces y yo estaba viéndola cogiendo las olas... y la perra me miraba y cuando cogió aquella ola tan enorme yo 'venga, no pares'. La perra me miraba y diría 'esta mujer se nos chifló del todo'.

SN: Cuando quedaban cinco minutos para acabar, Lucas lo tenía claro.

LG: Ya antes de que acabara la manga, faltando cinco, cuatro minutos, ya le dije 'Carmen, que vas a ser campeona del mundo'.

SN: Al salir del agua les confirmaron el resultado y Carmen vivió un momento único. Se sintió como nunca.

CL: Resulté la ganadora. Fue una experiencia increíble.

SN: La fotografía de la victoria, tomada en esa playa californiana, es para enmarcar. Carmen aparece a hombros de dos compañeros, con la bandera de España al fondo.

CL: Yo estaba todavía como asimilando lo que acababa de pasar. Porque esa foto está tomada justo cuando se acababa de parar el crono de la manga. Entonces es como que vale, acabo de ganar el campeonato del mundo... qué acaba de pasar. Es mi cara de felicidad.

SN: Prácticamente la misma alegría que sintió Marián desde su casa.

MG: Cuando ya vi que era la campeona, ay, no sé, es una sensación, no sé, no se puede describir y más ya cuando a ella la cogen. Esa cara de felicidad, esa cara de felicidad, nunca se me olvidará. Ahí demostró todo.

JAE: Carmen ha ganado un mundial. Se ha convertido en la primera española en conseguir un oro en surf adaptado. Ha hecho historia en el deporte español.

LG: Carmen es una pionera, ha abierto un camino brutal respecto al tema de su discapacidad y como mujer encima... pues la verdad es que ha abierto un camino que ahora lo que estamos deseando es que más chicas lo sigan.

SN: En España, en la categoría femenina, hay apenas tres surfistas ciegas compitiendo, contando a Carmen.

LG: Hay una en el País Vasco. Y creo que hay otra en Cantabria, pero están todavía, digamos, empezando...

SN: Lucas cree que se necesitan más ayudas públicas y organizar más competiciones para fomentarlo.

LG: Al final el despliegue y el gasto es mucho mayor en personas con discapacidad, con lo cual sí, sí que habría que mejorar el gasto, sí que habría que fomentar y hacer más pruebas donde ellos puedan competir y trabajar sobre eso.

SN: Aún queda mucho camino por recorrer, como la incorporación de su categoría en los juegos paralímpicos de Los Ángeles en 2028.

JAE: Pese a todos estos logros, pese a abrir camino, Carmen nunca ha dejado de sentirse como cualquier mujer, normal y corriente.

CL: Yo es que no me veo diferente de una persona que ve. O sea, yo hago lo mismo que cualquiera, entonces no, no me limita para nada.

SN: Pide que se tomen medidas para asegurar la accesibilidad de los servicios públicos. En España hay más de tres millones y medio de personas con discapacidad.

CL: Fuera, la cosa cambia muchísimo. Te encuentras que si coches aparcados donde no deben; que si te ponen problemas por ir con la perra, que si los comentarios fuera de lugar de la gente…

JAE: Carmen también quiere que la sociedad tome conciencia y rompa sus prejuicios. Que se terminen las etiquetas.

CL: Y sí que es verdad que mucha gente que te reconoce te dice 'ah sí, la surfista ciega' o 'sí, la chica ciega de la tele' o 'sí, la ciega del surf.' Madre mía, es que soy más Carmen en el agua que Carmen fuera.

JAE: Gracias Carmen, gracias Marián y Lucas... También, por supuesto, gracias a Susana Neira por haber contado esta historia.

JAE: Tras recuperarse de su última operación, Carmen López participó este verano en un circuito de surf por toda España. Para entrenar, ella y Lucas usan pinganillos, aunque todavía no es válido su uso en competición. Carmen sigue manteniendo el mismo deseo: meterse en el agua, disfrutar y seguir ganando títulos. Soy José Ángel Esteban. Gracias por escuchar.

Jueves, 20 de octubre 2022, 11:49

La asturiana Carmen López es una surfista que ha competido en todo el mundo. Además, es ciega. Para disfrutar de lo que más le gusta ha tenido que superar obstáculos y prejuicios, siempre subida en la tabla. Una historia de pasión desmedida por el deporte ... y por el mar.

Créditos

  • Una historia de Susana Neira

  • Producida por Carmen Muñiz y Mónica Yugueros

  • Ilustración de Carol Nazatto

  • Edición y coordinación de Andrea Morán con ayuda de Carlos G. Fernández

  • Producción técnica de Íñigo Martín Ciordia

  • Diseño sonoro y mezcla de Rodrigo Ortiz de Zárate

  • Producción ejecutiva y dirección de José Ángel Esteban

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

A continuación en Fuera del Radar

Siguientes episodios

Siguientes episodios

El próximo podcast es exclusivo para suscriptores

Suscríbete hoy mismo y comienza a disfrutar de todo el contenido de Salamancahoy

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

salamancahoy La ola invisible

Transcripción

Episodio 1

La ola invisible

Fuera del radar.
La ola invisible
José Ángel Esteban: ¿Qué tal? Bienvenidas y bienvenidos a nuestras historias.
JAE: Esta es la playa de Salinas, uno de los arenales más largos y turísticos de Asturias, una de las mejores zonas para practicar surf.
Porque esta historia tiene que ver con el mar. Y con la oscuridad y la sensación de libertad. También con la discapacidad, con el deporte y con la superación.
Porque tiene que ver con Carmen López.
Carmen López: Yo me tengo metido lloviendo o metido con sol y me da igual. O sea, yo ya he parado de mirar el tiempo, ahora miro el parte de olas.
JAE: Carmen tiene 25 años. Es una chica rubia y menuda, mide sobre uno cincuenta. Vive en Oviedo aunque hace surf aquí, en Salinas.
Es una playa grande y abierta, en el Cantábrico. El agua suele estar fría: en verano alcanza los 22 grados, pero en invierno baja hasta los 12.
CL: Yo en invierno puedo llegar a salir de un baño con la nariz y los labios morados, con las yemas de los dedos azules, y me da exactamente igual…
JAE: Carmen se pone el traje de neopreno, pilla la tabla, entra al agua y coge olas. Y se le da bien, muy bien. El surf es su pasión.
CL: Pues sí, realmente sí, es adictivo, totalmente.
JAE: Y eso que, curiosamente, a esta surfista no le gusta la playa.
CL: No me gusta la playa. No, no, no me gusta.
JAE: La arena le da grima…
CL: Una grima, que me muero. Mi playa ideal sería una arena en una playa de asfalto sin arena por ningún lado.
JAE: Vamos, que tumbarse a tomar el sol no va con ella.
CL: Y que sople un poco de aire, que se te llene la toalla de mierda. ¡No, no, no, no, no, no, qué va, qué va! No, la playa no tiene sentido.
JAE: Pero el mar….
CL: Ufff, es que es una sensación…cuando me meto al agua es algo que no se puede describir con palabras, es algo... Es una paz, una libertad, es que es no pensar en nada. No tienes problemas de nada. No hay nada, solo el surf.
JAE: Dentro del mar se siente como pez en el agua, libre. Y con sensaciones que son siempre cambiantes: su olor, su temperatura, su bravura… Lo siente, lo disfruta, pero no puede verlo. Porque, desde hace muchos años, Carmen es ciega. No ve nada. Convive con la oscuridad, interpreta la vida con los sonidos, el tacto, los olores y los sabores, con la memoria. El mar, por ejemplo, lo recuerda de cuando era muy niña y podía verlo.
CL: Pues con mucha espuma. A mí de pequeña me daba mucho miedo la espuma, porque no sabía lo que había debajo.
JAE: Ahora ya no lo teme. Lo reta.
CL: El surf me atrajo simplemente porque tiene la adrenalina de que cambia todos los días.
JAE: En el agua, sobre la tabla de surf, se guía a través de los silbidos de su entrenador. Si escucha uno, la ola viene por la derecha. Si escucha dos, por la izquierda.
CL: Una vez que estamos en la zona buena pues Lucas lo que hace es ir diciéndome cuándo es el momento exacto de remar…
JAE: Ha domado olas de varios continentes. Esta es la historia de Carmen, una surfista que vive en una ciudad sin mar y que odia la playa. Una deportista que ha roto barreras y estigmas. Una mujer que ha encontrado su vocación sin verla.
FUERA DEL RADAR. Historias más allá de la noticia.
En este episodio: La ola invisible.
JAE: La vida de Carmen López siempre ha estado llena de dificultades, desde que nació el 4 de julio de 1997.
Marián García: Yo trabajaba de limpiadora en un hospital y estuve no llegó a diez días antes de que ella naciera, trabajando.
JAE: Esta es Marián, la madre de Carmen.
MG: Pues el mazazo fue muy fuerte porque yo tuve un embarazo muy bueno.
JAE: El mazazo al que se refiere es que Carmen nació con un glaucoma congénito de los dos ojos. El bebé pasó sus quince primeros días de vida ingresado en la Unidad de Neonatos del hospital.
MG: Claro, en las ecografías los ojos no se veían, no se ve si vienen mal o no. Entonces cuando nació se vio que había algo raro.
JAE: Y para certificarlo, para enfrentarse a eso, comenzaron los viajes a Madrid. La periodista Susana Neira sigue contando la historia.
Susana Neira: Novecientos kilómetros, ida y vuelta. Todas las semanas. Cada lunes. Marián y Carmen llegaron a viajar incluso tres veces en la misma semana.
MG: Y cuando llegábamos a Oviedo, a casa, los tenía rojos pero inyectados, no sé, aquello era horrible. Y a ella le dolía, apretaba. Claro, igual teníamos que volver a Madrid.
SN: Un camino largo, difícil y sin hoja de ruta. A nadie le enseñan cómo cuidar y educar a una hija ciega.
MG: Lo mejor que se pueda porque, claro, no hay ningún libro de instrucciones de hacer o no hacer.
SN: Pero todo sin compadecerse, porque Marián siempre quiso que Carmen fuera como los demás niños, independiente. Que solo pidiera ayuda tras haberlo intentado por sí misma.
MG: La vida no es color de rosa como la quisieras pintar.
SN: Y que su día a día fuera lo más cotidiano posible, sin grandes contemplaciones.
MG: Digo aquí, como los demás, favoritismos que no vea ni uno. La verdad que en ese sentido nunca, nunca se aprovechó de la situación. Bueno, tampoco la dejábamos.
SN: Carmen creció y fue explorando el mundo. No le faltarían estímulos.
MG: El caso era que ella fuera feliz y que hiciera las cosas que le gustaban.
SN: Era una niña inquieta. Le gustaba mucho jugar.
CL: Yo no paraba. A mí me gustaba jugar a polis y ladrones.
SN: En casa, en el cole....
CL: Me gustaba jugar al escondite, al pilla, a los tazos, a todo lo que me decían que no podía. El médico me decía 'No puedes correr', pues yo corría. 'No puedes saltar', pues yo saltaba...
SN: Y como cualquier niña de su edad, también tenía sueños de futuro…
CL: Yo quería ser cardióloga de urgencias. Porque me gustaba mucho 'Hospital Central'. Eso, o neurocirujana, pero también de urgencias.
[Sonidos de hospital]
SN: Carmen está familiarizada con los hospitales, ha tenido que pasar nueve veces por quirófano para operarse de los ojos. La última intervención fue en la primavera de 2022, y ya tiene otra pendiente. Ahora mismo, en su día a día sufre unos dolores intensos, pero por las mañanas va a clase. Estudia instrucción de perros de asistencia y siempre la acompaña alguien muy especial.
CL: 24/7 conmigo. Se llama Luna y tiene diez años, es un Golden Retriever.
SN: Es su perro guía y casi siempre salen juntas.
CL: Sí, sobre todo porque si no la llevo conmigo, luego tengo que pagar sus venganzas.
SN: ¿Se te enfada o qué?
CL: Bastante.
SN: Carmen suele dedicar las tardes al deporte. A lo largo de su vida ha practicado muchos.
CL: Desde muy pequeña hice de todo: desde montar a caballo hasta natación, montar en bici, hacer patinaje artístico...
SN: Y fue adaptándose a cada uno de ellos.
CL: Te voy a confesar: yo probé gimnasia rítmica.
SN: Ahora va tres veces por semana al gimnasio, a spinning y a hípica, pero fue entre las olas, sobre la tabla, donde descubrió su vocación.
[Sonido de olas]
SN: El primer contacto de Carmen con el surf fue en el 2012. La invitaron a participar en unas jornadas de surf adaptado en la playa de San Lorenzo, en Gijón.
CL: Sólo iba a acompañarles y me acabaron liando para que me metiese yo también al agua.
SN: Normalmente subirse a la tabla el primer día es casi imposible, pero…
CL: En mi primera ola me puse de pie hasta la orilla y ahí dije 'oh...esto mola mucho. Voy a intentar seguir'.
SN: Le gustaba y tenía aptitud. Lo intentó durante tres años, fue a campamentos, siguió practicando hasta que se quedó sin entrenador.
CL: Dejé el surf porque nadie se atrevía a darme clases por ser una chica ciega.
SN: Un parón.
CL: Hasta que en 2018 me contactaron.
SN: Un amigo la invitó a participar en otras jornadas de surf adaptado y ni se lo pensó.
CL: Me dijo que había estas jornadas y que si quería ir. Y fui a un fin de semana a Cantabria, a la playa de Somo.
SN: Esa llamada iba a cambiar su vida.
CL: Me lo pasé tan bien que dije 'bueno, esto es lo mío, claramente'.
SN: Ya no hubo vuelta atrás. Regresó a Oviedo, a su casa, y se apuntó a la Federación Asturiana de Surf. Ahí es cuando le presentaron a su actual entrenador.
Lucas García: Y entonces la Federación se puso en contacto conmigo para ver si podía entrenarla.
SN: Lucas García cogió su primera ola con 9 años y ha sido campeón de Asturias, de España, de Europa, y subcampeón del mundo en dos ocasiones. El surf es su estilo de vida. Pero nunca había entrenado a una persona ciega. Y al principio, dudó.
LG: Dije yo, bueno, de mano tienes tus prejuicios, dices tú, bueno, a ver yo cómo le enseño a una persona ciega, estás acostumbrado a enseñar mucho basándote en el tema visual...
SN: Ni siquiera conocía las reglas de competición del surf adaptado. Pero él es una persona tenaz y competitiva...
LG: Muchas veces las limitaciones las ponemos nosotros y no es tan difícil, solamente hay que tener la intención de hacerlo.
SN: Su primer encuentro en persona fue en mayo de 2018.
LG: Quedé con ella en Salinas y la verdad es que desde el minuto uno me encontré que fue bastante fácil.
SN: Aunque Carmen no se llevó la misma impresión...
CL: El primer día que me lo presentaron yo dije 'por Dios, este hombre, qué mal rollo, lo serio que es, tal…'.
SN: Carmen quería más olas y menos teoría.
CL: Porque yo iba con ganas de surfear y quedamos, y sólo me hablaba que si el punto de marea, que si el tipo de ola, que si la playa de Salinas...
SN: Así que quedaron para el día siguiente, a las once de la mañana: era la primera clase de las diez contratadas en la Escuela de Surf que Lucas dirige con su mujer. Esas primeras impresiones a veces fallan...
CL: Porque era todo comedia, todo cachondeo, unas risas...
SN: Y entraron al agua.
LG: Ese día había algo de mar, había algo de espuma y digo bueno, lo que hice fue facilitarle las cosas, y cuando una vez que la lance a la primera ola, vi que se puso de pie, que iba recto y dije el siguiente paso es... ¿que gire, no? Y dije 'derecha' gritaba yo ahí... pero claro, entre el ruido de las olas, el viento, etc... era muy difícil que me escuchara.
SN: No importó que la comunicación fuera difícil, Carmen enseguida lo tuvo claro.
CL: A la primera ya le dije que quería que fuera mi entrenador para siempre. No me dijo que sí directamente, si no que cogió y me abrazó fuerte.
LG: (Risas) Sí, porque me prestó mucho, porque me llenó.
SN: La conexión fue instantánea.
CL: Ya parecemos un matrimonio más que un entrenador y una alumna. Cualquiera que nos ve flipa, porque ya es una amistad.
SN: Encontrar un lenguaje propio nunca es fácil… En sus clases han vivido momentos de mucha confusión.
CL: Yo estaba en la orilla recogiendo la tabla y de repente oigo a Lucas algo, pero no le oigo del todo. Él me había dicho 'vaya olón' y yo entendí 'un tiburón'. Solté tabla y todo, con la tabla atada al tobillo por el invento…
SN: …y de muchas risas.
CL: Otra vez no sé qué me dijo de las espumas y de los olones. Y yo le dije '¿pero cómo te pueden apetecer mejillones a las once y media de la mañana?'.
SN: Así, entre ola y ola, las diez clases pasaron muy rápido. Enseguida llegó el campeonato nacional.
CL: yo quería ir a toda costa, con posibilidades o no.
SN: Pero resulta que, una vez allí, Carmen no tuvo con quien competir. Era la única de la categoría femenina para invidentes.
CL: Sí, la verdad es que fue un poco heavy, ganar el Nacional así del tirón.
SN: A la vuelta siguieron los entrenamientos. Carmen lograba coger las olas, ir sola… pero quería llegar más lejos.
CL: Al principio me gritaba en plan 'izquierda, derecha', pero yo no me enteraba de nada…
[Suenan silbidos]
SN: Hasta que idearon un método de entrenamiento novedoso.
LG: ¿Cómo lo hacemos? A través de silbidos. No teníamos pinganillo ni teníamos nada de agua…Entonces dije yo, porque no me escucha, yo silbo fuerte. Venga, digo 'Carmen, un silbido por la derecha, dos por la izquierda' y empezamos a trabajar sobre eso.
SN: Y funcionó.
CL: Cuando tú entras a un medio que cambia tanto y tan rápido como es el mar, y dependes de otra persona que sea tus ojos, tienes que tener una confianza plena
SN: Ahora la confianza entre Lucas y Carmen es plena.
LG: Entonces, claro, yo tengo que estar siempre al lado de ella para evitar este tipo de sustos y para que ella esté cómoda y para avisarle de todos los peligros y que esté alerta.
JAE: Tras ganar el primer campeonato nacional de surf adaptado, Carmen López logró otro oro en el de Asturias. Ahí tampoco había rival en la categoría de invidentes, pero no podía confiarse… Porque luego llegaría una cita grande. Palabras mayores.
CL: Fue cuando ya me llamaron de la Federación Española y me dijeron que estaba convocada para el Mundial.
JAE: Estaba a punto de hacer historia. Enseguida retomamos el relato.
PAUSA
[Suena un teléfono]
JAE: En noviembre de 2018, seis años después de coger su primera ola, Carmen recibió una llamada: había sido seleccionada para participar en un mundial de surf adaptado.
CL: A mí de golpe se me cerró el estómago.
JAE: Era la primera española que lo lograba.
CL: Y yo, 'mamá, que me acaban de llamar para ir al Mundial de surf'.
JAE: Susana Neira sigue contando la historia.
[Sonido de avión]
SN: Carmen solo llevaba seis meses entrenando cuando aterrizó en California, en el aeropuerto de Los Ángeles. Allí todo era nuevo.
CL: Cuando salimos a una autopista de siete carriles ya dije 'mira, hasta luego'. Nos quedamos en una casa enorme...
SN: Una casa cerca de la playa de La Jolla, donde se disputaba el campeonato mundial. Por primera vez, se dividía en categorías de hombres y mujeres, pero no todos se subían a la tabla con las mismas condiciones.
CL: Mujeres con discapacidad visual, esto implica que competía con chicas que tenían algo de vista. O sea, la que ganó ese año veía por un ojo, y la que quedó segunda tiene no sé qué enfermedad degenerativa en la vista, pero vaya que ve algo.
SN: Eso no quiere decir que Carmen lo hiciera mal. Logró pisar el podio.
CL: La verdad es que ese cobre para mí fue como ganar un oro. Creo que fui la que más lo celebró de todas las del podio.
SN: En 2019 volvió a ganar el campeonato de España y también se celebró el Europeo de Surf Adaptado. Fue en Viana do Castelo, una playa en la costa norte de Portugal. Competían dos chicas: Carmen, claro, y Marta, una surfista portuguesa.
LG: Y esa es, digamos, la rival de Carmen. Es más joven, tiene 16 años, es una chavalina que la verdad es que se le da muy bien, que es ciega total, también es una máquina.
SN: De aquel viaje, acompañada por Lucas, que ya era seleccionador nacional, Carmen regresó con la plata y con el cariño de todo el equipo luso.
CL: Ella tuvo un pequeño accidente compitiendo. Se cayó y se hizo un esguince, quedando cinco minutos de manga. Yo podría haber seguido, haber cogido dos olas más y pasarla, pero la cogí de la mano y salimos juntas.
LG: Un ejemplo increíble y la verdad es que aquel campeonato fue muy emotivo.
SN: Durante el año siguiente, en 2020, Carmen continuó los entrenamientos con Lucas en la playa de Salinas. Ambos seguían con su compromiso, su dedicación... Hasta que un día de febrero, de nuevo, una llamada volvió a revolucionar su vida: la selección española de surf la convocó para ir por segunda vez al Mundial, esta vez con un equipo más grande.
CL: Fue como una explosión de cosas porque tanta gente nueva, tantas cosas nuevas, aunque fuera en el mismo sitio, en La Jolla…
SN: A diferencia de 2018, ahora ya había dos categorías para mujeres: discapacidad visual y ceguera.
CL: En mi categoría de ceguera total solo estábamos tres.
SN: Todo parecía ir sobre ruedas, pero no. Era marzo de 2020…
LG: Madrid estaba, era una locura, cogimos el avión, marchamos para allá y allí es que estabas como en una isla.
SN: Estábamos en plena explosión de la pandemia.
LG: Estaban llegando noticias de casa, que si todo el mundo está encerrado en casa, que si no se qué, y nosotros ahí viviendo en otra película.
SN: A más de cuatro mil kilómetros de distancia, Carmen se metió en la burbuja del campeonato y se centró en competir. Ante la enorme crisis sanitaria, algunos países se retiraron antes de comenzar.
CL: Porque Portugal se tuvo que retirar el jueves a última hora…
SN: Pero Carmen ni pensaba en eso.
CL: Y yo era como 'por Dios, que solo me quedo con la americana'. Yo quiero competir.
SN: En más de una ocasión, los nervios habían jugado a Carmen una mala pasada. Y esto era la final de un mundial.
LG: Carmen la presión la aguanta relativamente mal, a ella le meto un poco de presión y se me bloquea, entonces intenté que fuera como un baño normal.
SN: Entraron al mar y, a través de los silbidos, disputaron la prueba contra la americana Barbie Pacheco.
CL: Bueno, pues yo tenía a mi favor que Lucas supo elegir la tabla para cada día…
LG: Yo lo que quería es ganarla a toda costa, porque yo soy competidor, entonces claro, eso yo lo llevo en la sangre…
SN: Marián, la madre de Carmen, siguió la final por streaming desde su casa en Oviedo. Veía a Carmen y a Lucas en el agua, con muchos nervios, con el corazón en un puño. El sueño de Carmen podía cumplirse.
MG: Claro, yo tenía los enlaces y yo estaba viéndola cogiendo las olas... y la perra me miraba y cuando cogió aquella ola tan enorme yo 'venga, no pares'. La perra me miraba y diría 'esta mujer se nos chifló del todo'.
SN: Cuando quedaban cinco minutos para acabar, Lucas lo tenía claro.
LG: Ya antes de que acabara la manga, faltando cinco, cuatro minutos, ya le dije 'Carmen, que vas a ser campeona del mundo'.
SN: Al salir del agua les confirmaron el resultado y Carmen vivió un momento único. Se sintió como nunca.
CL: Resulté la ganadora. Fue una experiencia increíble.
SN: La fotografía de la victoria, tomada en esa playa californiana, es para enmarcar. Carmen aparece a hombros de dos compañeros, con la bandera de España al fondo.
CL: Yo estaba todavía como asimilando lo que acababa de pasar. Porque esa foto está tomada justo cuando se acababa de parar el crono de la manga. Entonces es como que vale, acabo de ganar el campeonato del mundo... qué acaba de pasar. Es mi cara de felicidad.
SN: Prácticamente la misma alegría que sintió Marián desde su casa.
MG: Cuando ya vi que era la campeona, ay, no sé, es una sensación, no sé, no se puede describir y más ya cuando a ella la cogen. Esa cara de felicidad, esa cara de felicidad, nunca se me olvidará. Ahí demostró todo.
JAE: Carmen ha ganado un mundial. Se ha convertido en la primera española en conseguir un oro en surf adaptado. Ha hecho historia en el deporte español.
LG: Carmen es una pionera, ha abierto un camino brutal respecto al tema de su discapacidad y como mujer encima... pues la verdad es que ha abierto un camino que ahora lo que estamos deseando es que más chicas lo sigan.
SN: En España, en la categoría femenina, hay apenas tres surfistas ciegas compitiendo, contando a Carmen.
LG: Hay una en el País Vasco. Y creo que hay otra en Cantabria, pero están todavía, digamos, empezando...
SN: Lucas cree que se necesitan más ayudas públicas y organizar más competiciones para fomentarlo.
LG: Al final el despliegue y el gasto es mucho mayor en personas con discapacidad, con lo cual sí, sí que habría que mejorar el gasto, sí que habría que fomentar y hacer más pruebas donde ellos puedan competir y trabajar sobre eso.
SN: Aún queda mucho camino por recorrer, como la incorporación de su categoría en los juegos paralímpicos de Los Ángeles en 2028.
JAE: Pese a todos estos logros, pese a abrir camino, Carmen nunca ha dejado de sentirse como cualquier mujer, normal y corriente.
CL: Yo es que no me veo diferente de una persona que ve. O sea, yo hago lo mismo que cualquiera, entonces no, no me limita para nada.
SN: Pide que se tomen medidas para asegurar la accesibilidad de los servicios públicos. En España hay más de tres millones y medio de personas con discapacidad.
CL: Fuera, la cosa cambia muchísimo. Te encuentras que si coches aparcados donde no deben; que si te ponen problemas por ir con la perra, que si los comentarios fuera de lugar de la gente…
JAE: Carmen también quiere que la sociedad tome conciencia y rompa sus prejuicios. Que se terminen las etiquetas.
CL: Y sí que es verdad que mucha gente que te reconoce te dice 'ah sí, la surfista ciega' o 'sí, la chica ciega de la tele' o 'sí, la ciega del surf.' Madre mía, es que soy más Carmen en el agua que Carmen fuera.
JAE: Gracias Carmen, gracias Marián y Lucas... También, por supuesto, gracias a Susana Neira por haber contado esta historia.
JAE: Tras recuperarse de su última operación, Carmen López participó este verano en un circuito de surf por toda España. Para entrenar, ella y Lucas usan pinganillos, aunque todavía no es válido su uso en competición. Carmen sigue manteniendo el mismo deseo: meterse en el agua, disfrutar y seguir ganando títulos. Soy José Ángel Esteban. Gracias por escuchar.
Fuera del radar es un podcast narrativo desarrollado por los periodistas de las cabeceras regionales del grupo Vocento. La edición y coordinación general es de Andrea Morán, la producción sonora de Rodrígo Ortiz de Zárate con la ayuda de Iñigo Marín Ciordia y la dirección y producción ejecutiva es de José Ángel Esteban.

El Madrigal, en Granada, es el último cine comercial de España que proyecta en celuloide y dejará de hacerlo muy pronto. La historia de una familia que literalmente vive en el cine y también la de la exhibición en salas y sus muchas crisis

Conchi tardó en descubrir que la repostería podía ser su modo de vida. Por el camino, una infancia en Las Hurdes, una madre valiente y un futuro prometedor en Madrid. Pero cuando todo va viento en popa, debe regresar al pueblo

A Mariano su nieta le pidió una historia. Y, pasados los noventa años, el abuelo comenzó a escribirla. Ha terminado siendo su primera y única novela y hoy la ve publicada, pero alguien cercano ya no la podrá leer

La vida de Carmen cambia en el momento en que conoce a Nour, una niña marroquí que no puede caminar por culpa de una enfermedad rara. Dispuesta a ayudarla cueste lo que cueste, Carmen pone patas arriba su vida y un hospital entero

Rubén, un cazatesoros al que le gusta resolver misterios, encuentra un hueso haciendo senderismo por el monte Oiz, en Bilbao. ¿A qué o a quién pertenece? Sus pesquisas le conducen hasta un avión que se estrelló en esa misma colina en los años ochenta

Algo falla cuando la competición en la gimnasia profesional no es contra otras deportistas, sino contra el número que arroja la báscula. Esta es la historia de Olatz, una adolescente a la que hicieron creer que su victoria era adelgazar

Este podcast es exclusivo para suscriptores

Suscríbete hoy mismo y comienza a disfrutar de todo el contenido de Salamancahoy