Episodio 5
Para dar el primer paso
La vida de Carmen cambia en el momento en que conoce a Nour, una niña marroquí que no puede caminar por culpa de una enfermedad rara. Dispuesta a ayudarla cueste lo que cueste, Carmen pone patas arriba su vida y un hospital entero
Transcripción
José Ángel Esteban: ¿Qué tal? Bienvenidas y bienvenidos a nuestras historias.
JAE: Estamos en Yéchar, una pedanía de Mula de apenas 370 habitantes en el interior de la Región de Murcia. Es una zona rodeada de antiguas calzadas romanas, rutas senderistas y la piscina natural de Fuente Caputa. Es un pequeño pueblo. Tiene un puñado de calles, una iglesia y varias decenas de casas antiguas. En una de ellas, la puerta siempre está abierta.
Carmen Fernández: Mis puertas no se cierran. Porque yo no desconfío de nadie y a mí no me ha pasado nunca nada. ¿Entonces por qué las voy a cerrar?
JAE: Es la casa de Carmen Fernández. Tiene dos plantas, seis dormitorios, tres baños, tres cocinas, una pequeña sala de estar y un amplio comedor en la planta baja.
CF: Mi padre y mi madre nos dejaron una casa a cada uno. Yo nací aquí en esta casa y mis hermanos también.
JAE: Hay un árbol poderoso que protege la fachada y a su lado toda clase de macetas, donde los gatos callejeros se pasean buscando comida. Bajo su sombra se puede escuchar el ir y venir de los inquilinos y la voz de Carmen, todo el día pegada al teléfono.
CF: Entonces mi hermano me dice que soy una ONG y que esto es la Posada de La Estrella. ¿Qué te parece?
JAE: Carmen lleva hoy el brazo en cabestrillo y debe guardar reposo. Hace unos días pasó por el quirófano. Otra operación que se suma a una larga lista.
CF: Porque yo me caigo sin saber que me caigo, ni me da trastorno ni nada, nada más que se me desploma el cuerpo y me caigo.
JAE: Los huesos de Carmen son débiles, pero con un brazo le basta para atender llamadas desde una pequeña sala de estar.
CF: Antes era la tita, pero ya soy la abuela. Si, tengo 77 años, cariño mío.
JAE: Y aunque su hermano Juan Pedro intenta que por fin le dé una tregua a su cuerpo, no hay forma de que le haga caso. Él es un poco más joven que ella, un hombre impetuoso y recio al que llaman ‘el feo’, un apodo heredado de su padre.
CF: Ahora me ha dicho ya que no me va a dejar salir, que ya ni voy a ir a Mula, ni voy a ir a Murcia, ni voy a ir a ningún lado. Que él me va a hacer la compra y va a hacer las cosas, que no me va a dejar salir. Y yo digo sí, estate listo, que me vas a sujetar a mí.
JAE: Porque Carmen tiene mucha faena. Muchísima. Y de eso va esta historia: de los trabajos y los días de Carmen. De sus empeños solidarios con migrantes y refugiados, padres, madres, niños, voces en diferentes idiomas que resuenan en la tranquilidad de las calles de ese pequeño pueblo.
CF: Y entonces mi hermano se ríe dice qué categoría tienes, hija mía… ser presidenta.
JAE: En Yéchar, Carmen es voluntaria de Cáritas. Bueno, en realidad es la única voluntaria que hay.
CF: Mi hermana, presidenta de Cáritas, dice, pero no está nada más que ella en el pueblo.
JAE: La sede, de hecho, es su casa, la misma en la que nació en los años 40. Y Carmen es la única socia de Cáritas y va por libre.
CF: Casi siempre lo hago yo directamente. Se enteran ya cuando las tengo aquí. Porque a lo mejor me entero de los servicios sociales… Por ejemplo, ayer hablé con el director general de Murcia de Cáritas y no sabía que tenía a esta gente aquí.
JAE: Esta gente de la que habla Carmen son, por ejemplo, dos familias ucranianas desplazadas por la guerra. Y son solo sus últimos inquilinos. Porque la casa ha recibido huéspedes de casi todos los continentes.
CF: Yo tengo niños en los Estados Unidos, niños que son mozos. En Inglaterra, en Francia, en Alemania...
JAE: Carmen es mucho más que una trabajadora social. Hace de todo: arregla papeles, ofrece un hogar, gestiona con los servicios sociales la comida… porque con su pensión no le llega.
CF: Yo de mantenerlos no puedo, porque yo, por ejemplo, estas familias que vienen, me están ayudando los servicios sociales, ¿me entiendes? Aunque yo le estoy poniendo también comida.
JAE: Uno de ellos es Abdelkarm Maataqui
CF: No lo busqué. Vino aquí a buscarme él a mí.
JAE: Fue en 2008. Abdelkarm emigra entonces desde Marruecos hacia España en busca de trabajo y una vida mejor. En principio, es uno más de quienes llegan hasta la puerta de Carmen. Otro más de sus empeños solidarios.
CF: Vino a buscarme él a mí con el objetivo muy pensado para que le arreglara todos los papeles para traer a la familia.
JAE: Era su objetivo en España: reunirse con su mujer y sus hijos. Y Carmen se pone manos a la obra.
CF: Yo siempre estoy arreglando papeles que unas veces voy y otras veces… los teléfonos gracias que los tengo tarifa plana, porque si no los fundía.
JAE: Tardaron más de 10 años en hacerlo realidad, pero en 2019 Abdelkarm consigue traer a su familia hasta Yéchar. Y todos se instalan bajo el techo de Carmen. Una familia más. Pero cuando Carmen ve entrar a la hija más pequeña, se queda paralizada.
CF: Sentí una cosa aquí, en la boca del estómago… que no sabía lo que era. Es que no te sé explicar lo que era.
JAE: La niña se llama Nour y no puede andar.
CF: Una cosa muy grande, que yo sentí, de ver que la cría vino, que andaba con las rodillas y que le tenían que cortar las piernas…
JAE: Nour tiene tres años y sufre una enfermedad rara que afecta a uno de cada millón de nacidos. Solo se puede mover arrastrándose, y ahí Carmen siente un flechazo. No puede quitarse de la cabeza las imágenes de esa chiquilla arrastrándose por el suelo. Ya no se trata de papeleos o de ayudas porque en ese momento, se decide: va a conseguir que esa niña pueda caminar. Y en esta apuesta Carmen va a empeñar mucho más que su casa o su tiempo.
CABECERA: Fuera del radar. Historias más allá de la noticia.
En este episodio: Para dar el primer paso
JAE: Carmen tiene 77 años pero conserva un espíritu juvenil. Está aquejada de problemas en los huesos y se mueve con pasos lentos pero decididos. Lleva gafas y el paso del tiempo le ha teñido el pelo de blanco.
CF: Otro niño que vino con dos meses y se fue también de cuatro años. Y me decía el ángel rubio digo no, pero ya soy el ángel canoso.
JAE: De ese ángel canoso sigue contando Carlos G. Fernández.
CGF: Si algo define a Carmen es la vocación altruista que heredó de sus padres.
CF: Es que mis padres eran así, que recogían a todo Dios.
CGF: Si alguien les buscaba o les necesitaba, ellos hacían lo que estuviera en su mano para ayudar.
CF: Venía un pobre y ellos le daban el plato de comida. O aquí, por ejemplo, había unos vecinos que no tenían casi qué comer, que trabajaban con mi padre en la tierra.
CGF: Su padre se ganó la vida en el campo, igual que su hermano. Todos son de Yéchar, un pueblo donde Carmen regentaba desde joven y hasta la jubilación la típica tienda de ultramarinos donde se podía encontrar de todo. Un bazar.
CF: Yo he tenido siempre comercios. Tenía como una especie de supermercado.
CGF: Carmen también presume de haberse sentido siempre una mujer independiente, soltera. La costumbre de casarse pronto y formar una familia nunca le ha condicionado.
CF: Yo he tenido muchas oportunidades, nada más que no servía yo para eso. Que yo soy la hermana más libre que ha habido.
CGF: Ella no pide nada a cambio cuando ayuda a las personas que acoge, pero aprende de ellos, de su forma de ser, de sus diferentes culturas. Y, sobre todo, se crea un vínculo para siempre. Cada inquilino es un nuevo miembro de una familia que no para de crecer.
CF: Entonces yo los acojo con mucho cariño, pero sé que me tengo que desprender de ellos. Aunque les doy cariño, pero como sé que no se van a olvidar de mí…
CGF: Con todo tipo de detalles y regalos, siempre intentan devolver lo que ella les ha dado. Muchos trabajan en el campo, así que suelen pasar a dejarle limones, naranjas, mandarinas…
CF: Otro que coge lechuga, pues me deja la lechuga, si estoy aquí bien, y si no... Como esto es la casa de socorro, pues lo mismo que doy, recibo.
CGF: Algunos se han instalado en una casa detrás de la principal pagando un alquiler a un precio muy bajo.
CF: Pero les he gestionado los papeles para que se traigan a su familia y seis familias que he tenido aquí acogidas en mi casa ya. Españoles y no españoles.
CGF: Tiene tanta demanda que a veces se queda sin hueco.
CF: Estoy con otro que es colombiano, que lo he mandado a Cáritas, a Murcia y estoy hablando con él…
CGF: Pero Carmen nunca se desentiende.
CF: Lo he mandado a Jesús Abandonado para que lo recojan, porque no puedo meterlo en ningún sitio, ¿dónde lo meto?
CGF: Y sobre todo, insiste en que el mérito no es solo suyo.
CF: Están los servicios sociales ayudándome y muchísima gente, que yo sola no hago las cosas, ¿me entiendes? No vayas a colgarme a mí medallas, que no las tengo.
CGF: Pero lo cierto es que todos acaban agarrándose a ella. Es lo que en 2008 hace Abdelkarm Maataqui, el padre de Nour. Aterrizó en Mula sin prácticamente nada. Pasó años y años trabajando y confiando en que Carmen lograra que su familia cruzara el Estrecho. Y Carmen, el ángel canoso, sumó otro logro a su larga lista solidaria.
CF: Exactamente que yo toco a la puerta adecuada, ¿me entiendes?
CGF: Pero cuando la familia llega a Mula empieza el desafío más grande para Carmen. La niña, la niña que se arrastra, Nour. Sufre una hemimelia tibial, una patología muy rara en las piernas. No tiene tibia en la pierna derecha y la izquierda está deforme. Tampoco tiene articulaciones de tobillo y los pies se doblan hacia dentro.
CGF: En Marruecos, la única solución que les habían dado a los padres era la amputación y colocar unas prótesis. Y en España, en principio, que la niña pueda caminar también es una utopía. Pero Carmen no lo acepta.
CF: Y como me conocen todos los médicos ya de La Arrixaca y todo, pues les pido muchos favores cuando voy con gente.
CGF: Así que había que buscar a alguien que le diera una alternativa.
César Salcedo: Pues sí, la verdad es que a Carmen la había conocido como paciente cuando yo hacía…
CGF: Carmen va al hospital y se planta con la niña en la puerta de la consulta del doctor Salcedo.
CS: Y ahí salí y comenté que qué pasaba con esta niña y la verdad es que fue una sorpresa encontrar esa grave deformidad que tenía la niña.
CGF: César Salcedo es cirujano traumatólogo infantil
CS: Y ella pues, con su carácter altruista, pues pensó que que este caso tan complejo había que valorarlo en la Unidad de Ortopedia Infantil de La Arrixaca.
CGF: Este hospital es el más grande de la Región de Murcia.
CS: Cuando la conocimos tenía unos callos que se llama una hiperqueratosis, unos bultitos en las rodillas y en los tobillos por apoyar en esos lugares y se trasladaba gateando de un lugar a otro con cuatro años.
CGF: La amputación es una solución extrema. Y lo único que pedían los padres y lo que Carmen quería era imaginar otras posibilidades.
CS: Pues muchas dudas, muchas dudas al inicio, porque son casos muy poco frecuentes, en torno a un recién nacido por millón de recién nacidos.
CGF: Y frente a esos casos tan radicales, es posible sin embargo otra posibilidad: una cirugía de reconstrucción de las extremidades. Un procedimiento largo y muy complicado para la niña y para la familia. Carmen se pone en marcha.
CF: Hay que llevar todos los papeles, hay que llevar la declaración de la renta, que ya ves tú como la tendría... Tiene que llevar las nóminas, tiene que llevar no sé que, toda la historia.
CGF: Como una brújula que siempre sabe hacia dónde dirigirse.
CGF: La Unidad de Cirugía Ortopédica Infantil de este hospital, la del doctor Salcedo, es uno de los cinco centros de referencia nacional en la materia y no para de recibir pacientes de otras comunidades.
CS: ¿Eso qué significa? Significa que tenemos un servicio, una unidad donde tenemos como la experiencia para tratar deformidades congénitas graves de extremidades, de miembros.
CGF: Y César Salcedo ya sabe lo que era ayudar a pacientes como Nour, que no han podido ser tratados por nacer en países con un sistema sanitario más precario que el de España.
CS: Nosotros colaboramos con una ONG murciana muy potente que se llama Cirugía Solidaria. Es una ONG que parte del hospital Virgen de la Arrixaca, aunque ahora ya es más amplia y ahora cumple 20 años precisamente de existencia. Tienen expediciones y trabajos en toda la zona africana que lo necesita…
CGF: En esas campañas, los médicos desplazan su equipamientos y se centran en patologías que se puedan tratar en quince días.
CS: Hemos hecho campañas para tratar deformidades congénitas muy severas que también hay. Imaginaos que ahí no hay, no hay la medicina que pensamos en este momento aquí y están como muy dejadas, ¿no?
CGF: Salcedo y su equipo saben que el proceso de Nour será mucho más largo, con muchas etapas, y con la incertidumbre de pisar un terreno sin explorar.
CS: Claro, tienes que hacer una planificación muy, muy exhaustiva para valorar los pros, los contras y las posibles complicaciones que hay.
CGF: Y mientras tanto, fuera del hospital, también hay otras tareas que hacer. Abdelkarm, el padre de Nour, está buena parte del día trabajando, y la madre es una recién llegada que no conoce el idioma, así que Carmen tiene que llevar la iniciativa.
CF: Entonces también tuvimos que pasar por Murcia, donde hacen las valoraciones también. Otro paso para ver a la niña. Luego tuvimos que de ese proceso fuimos también a otro sitio, también a otra institución de nosequé, pasamos por un montón de sitios.
CGF: Carmen se encarga de todos los trámites. Todos tienen sus esperanzas puestas en el talento del doctor Salcedo.
CF: Porque ese proceso fue pues como son los procesos, porque el médico nos iba diciendo “necesitamos una silla de ruedas especial”. Pues entonces hicimos un informe con los servicios sociales.
[Sonidos de sala de operación]
CGF: Porque no es solo una operación. Darle a Nour unas piernas es un proceso médico extremadamente complejo. La forma de afrontar esta intervención es pionera en España: Antes de entrar en el quirófano, todo se planifica con un ordenador.
CS: Para que lo entendamos más, hay que operarla previamente en el ordenador y saber cómo va a quedar ese resultado, para después trasladarla al acto quirúrgico y ver cómo sucede.
CGF: La primera clave es colocar en las piernas los fijadores externos circulares, unos aparatos que permiten hacer correcciones a través de un programa informático. Se debe hacer muy poco a poco, porque las piernas de Nour están muy curvadas.
CS: Primero corregimos la deformidad a un grado o milímetro diario para que los miembros inferiores no sufran desde el punto de vista neurovascular, es decir, que no sean afectados los vasos sanguíneos ni los nervios…
CGF: Toda esta primera fase empieza en plena pandemia, en marzo de 2021, y se prolonga durante toda la primavera.
CS: Tras esos dos meses y medio iniciales para recolocar la pierna más o menos en su sitio, hicimos, allá por junio, hicimos la cirugía reconstructiva que hablábamos de recolocar el hueso del peroné debajo de la tibia.
CGF: Cada vez que intervienen a Nour, Carmen está a su lado, acompañando a la familia.
CF: Yo hablaba todos los días con el doctor Salcedo. Él me iba dando íbamos haciendo y hablaba con la ortopedia yo hablaba con quien tenía que hablar.
JAE: En el verano de 2021 es cuando llega el momento crucial en la vida de Nour. Después de ocho meses de tratamiento y de corrección en la dirección de las piernas, llega la hora de operar. Está a punto de someterse a una cirugía de más de seis horas. En la sala de espera, está su familia y Carmen, que ya se siente como su abuela.
JAE: Enseguida retomamos el relato.
PAUSA
JAE: En sus seis años de vida, Nour nunca había caminado. No había dado ni un solo paso. No se podía sostener de pie. Cuando Carmen Fernández la conoció quisó cambiar su destino y en el hospital de La Arrixaca, en Murcia, creen que pueden conseguirlo. Quieren crear dos huesos para Nour, ‘fabricarlos’. Y entran al quirófano. Sigue contando la historia Carlos G. Fernández.
CGF: La operación dura seis horas. En la pierna derecha, la tibia directamente no existe.
CS: Al no tenerla tenemos que transformar el peroné, pasarla al lugar que ocupaba la tibia, y transformar esa rodilla en un movimiento de flexoextensión, de movimiento que hace la rodilla…
CGF: En la izquierda, el peroné se desplaza hacia la tibia, que estaba arqueada, para crear un único hueso y fusionarlo con el tobillo.
[Oímos a los médicos hablando con Nour, preguntándole si está cómoda]
CGF: Es una operación inédita, surgen muchas dificultades, pero al final todo sale como estaba planeado.
CF: Ahí estás diciendo la palabra justa: indescriptible. Porque esto es indescriptible. Lo que ha pasado con esta niña no te quiero decir.
CGF: Eso sí, el camino todavía no ha terminado.
CS: Y ya en septiembre, finales de septiembre, retiramos los aparatos de fijador externo. Se inició una terapia muy importante de fisioterapia.
CGF: En diciembre de 2021, Nour ya puede andar con ayuda de unas ortesis, unos aparatos que se agarran a sus piernas y protegen sus movimientos.
CF: Es que no sé lo que sentí cuando yo la vi andar la primera vez. Es que no te puedo decir lo que sentí.
CGF: Una emoción aún más profunda que el día que la vio entrar por la puerta de su casa.
CF: Es que no sé si sentí una alegría… Sentí una cosa aquí, en la boca del estómago… que no sabía lo que era.
CGF: El tratamiento suma ya casi 10 meses. Y, hasta ahora, no ha habido contratiempos. El plan trazado por Salcedo y su equipo se está cumpliendo.
CS: Mucha satisfacción. La tenemos, desde luego. Primeramente, ver a la niña de repente de arrastrarse a ponerla en pie y caminar. Es lo más satisfactorio que podemos tener…
CGF: El camino está siendo duro. Cuando Nour llegó a La Arrixaca era una niña de 3 años, en un país nuevo.
CS: Al principio se encontraba, como podíamos decir, arisca, ¿verdad?
CGF: Tuvo que pasar una larga temporada ingresada y eso no le ayudó a aprender el idioma.
CS: No teníamos ese contacto tan, tan fluido con ella. Y además, viéndose la niña con esos sistemas externos anclados en el hueso, era complejo.
CGF: Así que, además de las operaciones, hay también un reto humano. Y en él participa todo el personal del centro. Todos tienen claro que deben prestar una atención cercana a Nour, ‘cuidar’ de ella... Debe verlos más como amigos que como sanitarios.
CS: Ya notábamos que los niños son verdaderas esponjas y enseguida pudimos tener algo de más fluidez en el trato y en el entendimiento, con lo cual poco a poco fuimos ganando confianza todo el equipo.
CGF: Una de las personas que más tiempo pasa con Nour es la maestra, para que la niña no se descuelgue a nivel escolar. Carmen siempre insiste a los padres en que no descuiden la educación.
CF: Pues yo por ejemplo le digo eso a los padres ¿me entiendes? Yo le inculco a los padres que no... Que ellos saben lo que cuesta el campo y lo que sufren, que sus hijos no lo hagan igual.
CGF: Y como la madre no se separa de Nour y el padre no puede descuidar el trabajo, Carmen tiene que apoyar a la familia en todo lo que necesiten.
CF: Y me quedé con los niños, ya te digo, tres meses aquí con los niños.
CGF: Una vez terminan las operaciones, el equipo de cirugía da un pequeño paso al lado. Han conseguido lo que parecía imposible en las piernas de Nour, pero la recuperación no tiene una fecha límite.
CS: Rehabilitadores y fisioterapeutas son los que en conexión íntima con nosotros, con los cirujanos, los que llevamos la evolución de la niña.
CGF: La rehabilitación empezó de lunes a viernes, luego se redujo a dos o tres días a la semana. Hasta ahora ha marchado mejor de lo esperado, los huesos han reaccionado bien, pero hay que seguir el crecimiento de Nour durante años.
CS: Es una paciente que a mí me va a jubilar, en el sentido de que la voy a ver crecer durante todos estos años y cuando sea adolescente yo tendré mis años también y probablemente haga alguna cirugía posterior en la niña de alargamientos de extremidades o corrección de alguna alteración.
[Sonidos de Carmen y de Nour jugando por la casa]
CF: Enciéndele la luz. La primera que tiene las lucecitas. Sí. Hasta que no ve la casa, no se queda tranquila. Venga. Pero tienen que llevarte a Mula, que están los hermanitos solos. ¿Bajas?
CGF: Un año después de ingresar en La Arrixaca, Nour ya corretea por el comedor de Carmen. Con la ayuda de las ortesis, se mueve sola por la vivienda, sube las escaleras y juega con su abuela.
CF: ¿Qué estás, cansadita? Venga, va, que le hables tú. Ay, que viene cansadita de hacer la gimnasia, mi vida. Yo lo noto. Que te duele la pierna, cariño.
CGF: La niña, que tiene ya cinco años y medio, llega exhausta de las sesiones de rehabilitación. Pero luego no para quieta.
CF: ¿Pero no ves que cara más guapa? Mira, mira estos señores. Dile cómo te llamas.
Nour: Me llamo Nour.
CF: Es la más feliz del mundo aquí en mi casa. La más feliz del mundo. Y su, y su abuela, ni te digo.
CGF: Todo ha sido un éxito. Ver a Nour corretear es una maravilla que ni Carmen ni sus padres se atrevían a soñar al principio. La familia El Maataqui confió en un grupo de profesionales de la sanidad pública que les ha cambiado la vida. Les estarán agradecidos para siempre.
CS: Llegamos a una relación muy buena, como he explicado, a nivel de conjunto del hospital, de compañeros de enfermería, de auxiliares, de maestras junto con nosotros y realmente finalmente sí hubo esa buena conexión. Importantísimo para que haya un buen resultado.
CGF: Carmen, el ángel canoso como la llamaba aquel niño, ha obrado otro milagro, el que le ha dejado una huella más profunda: hacer feliz a Nour.
CF: Como ella se ve andar ahora dice que es una reina porque ella es feliz. Cuando le pusieron los primeros bambos, eso fue la fiesta más grande que puede haber en el mundo.
CGF: Ya nada le borra la sonrisa. Nour ya se ha incorporado a un colegio de Mula y está perfectamente integrada con sus compañeros.
CF: Y la pobretica mira lo que dice: Yo soy una reina. Yo soy una reina. Como ella se ve andar ahora dice que ella es una reina. Porque ahora es feliz.
JAE: Dos años después de llegar a España, el futuro de Nour ha cambiado por completo, pero también lo ha hecho la vida de Carmen. Nour no es un logro más en su larga lista.
CF: Dime si esto no es feliz. Si esto no es para estar feliz, que venga Dios y lo vea. Si esto no es un milagro. Espera, espera, espera. Si este es mi caramelito, madre. Esto es la obra más hermosa que yo he hecho.
JAE: A día de hoy, Nour vive en Mula con sus hermanos y sus padres, pero sigue visitando a Carmen, juega en la casa de Yéchar, saluda a todas las vecinas.
CF: Todas las semanas. Como ahora estoy averiada ellos vienen todas las semanas, traen el cuscús hecho y nos juntamos aquí y el otro día nos juntamos 16 personas porque también vinieron unos amigos de fuera.
JAE: Y cuando toca irse, Nour no se quiere despedir de la abuela Carmen. Ella sigue planificando el futuro de su nieta adoptiva. Siempre aconseja a los padres que los hijos no sigan el duro camino de trabajar en el campo o limpiar casas.
CF: Esta sí. Esta va a hacer una carrera, si Dios quiere. La tita ya no la verá, la abuela. Pero va a hacer una carrera. Porque ya la deja ella encauzada.
JAE: Y así, la rueda solidaria de Carmen seguirá girando. Mientras hablamos en su salón, los niños ucranianos que ahora viven en su casa llegan de jugar al fútbol en la plaza. También se presenta Salam. Esa misma mañana, le han dado la buena noticia de que su hijo podrá viajar desde África para reunirse con él. Al igual que con Nour, Carmen ha removido cielo y tierra para hacerlo realidad.
CF: Pues ya estás contentico. Eh? ¡Ay, madre mía! ¡Hale! ¡Ay, madre! ¡Ay, madre! Qué contentico que está. Hale, que voy a atender a estos señores.
JAE: Gracias, Carmen. Gracias a Antonio Gil por haber escrito esta historia, gracias a Carlos G. Fernández.
JAE: Esta ha sido una más de nuestras historias de Fuera del radar. Gracias por escuchar.
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