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Sexta entrega

Partículas aceleradas

En este sexto cruce de postales hay momentos y situaciones en los que vale todo: nietos y noruegos, moda de verano y naturismo de andar por casa, camisillas encogidas y superhéroes

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Andrea Morán | José Ángel Esteban

Viernes, 12 de agosto 2022, 09:40

  1. Expectativas

Amigo, he hecho una parada técnica en el extranjero. Una de esas ciudades idílicas de la Vieja Europa en las que tú eres la única nota de imperfección. Así lo sentí cuando me presentaron a una pareja encantadora que salió de un coche, pero bien ... podían venir de una película: un noruego llamado Thor (no me lo estoy inventando) y una francesa con antepasados irlandeses, Elleen. Resulta que ella creció al lado de Cap d'Agde, una villa naturista que da al Mediterráneo, cerca de la frontera. Si lo buscas en Google, verás titulares definiéndola como «la capital del vicio», aunque lo que ella me contó es que allí la gente va desnuda a la playa y también al supermercado. Lo que no gastas en ropa lo inviertes en protector solar.

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Hubo un momento en Cap D'Agde donde todos iban vestidos, pero eso solo duró hasta los años 50. Entonces se instaló un camping nudista y venció el turismo de piel y roce. El día que Elleen llevó a Thor a la casa familiar los padres estaban dándose un baño… Imagínate las expectativas en el salón comedor donde se estaba contando esta anécdota. Verás, no sabía que los superhéroes también se sonrojaban. Dejamos atrás el té helado y abrimos un vino para disfrutar del desenlace.

  1. Un eslogan

Querida. Cuando yo me fui, ellos, los de entonces, mis amigos y mis amigas –del barrio, del colegio, de las conspiraciones y la poesía– se quedaron. Cada vez que vuelvo hay un nieto más. Como estamos de vacaciones ajustadas me he ido de compras con hijos e hijas adolescentes para no escuchar el desasosiego de sus padres, tan parecido al mío. Hemos visto las claves modernas del verano: shorts estampados, que maridan con cualquier camisa blanca; gafas con mucha pasta; alpargatas, ideales para bermudas estampadas de tiro alto y que decoren bien la pierna; sombreros de rafia para la playa y la tormenta; vestidos ingleses muy vaporosos y románticos; joyas muy grandes, mucho, para que disfracen el estilo, eso nos han dicho; y crop tops, esas camisetas escasas, para cualquiera, que el ombligo no tiene género. Había uno con eslogan impreso: soy un hombre rico. Todo estaba gastado, casi rancio. De personas muy mayores. El verano en la moda es un acelerador de partículas de tiempo.

No hemos comprado nada. Nadie lo necesitaba. Me han dejado solo a media tarde y aquí me tienes, en un centro comercial, con un té frío – es lo que parece— esperando a que se acabe el día y podamos escribirnos.

Long Island iced tea

Trampantojo. Cinco destilados distintos, en proporciones iguales con posibilidad de variar al gusto: ginebra, tequila, ron blanco, triple sec y vodka. Para mezclar, un poquito de limón, sirope de azúcar y pintar con Coca-Cola. Hay quien dice que se inventó en plena Ley Seca para que pareciera un inocente té. ¡Cuidado!. Por Carlos G. Fernández

Créditos

  • Narración y textos Andrea Morán, Carlos G. Fernández y José Ángel Esteban

  • Producción técnica Iñigo Martin Ciordia

  • Edición y mezcla Carlos G. Fernández

  • Remezcla y postproducción Rodrigo Ortiz de Zárate

  • Ilustraciones Adrià Ramírez