Décima entrega
Secciones
Servicios
Destacamos
Décima entrega
Andrea Morán | José Ángel Esteban
Sábado, 20 de agosto 2022, 14:10
Querido, a veces me gusta llevar la contraria. En pleno agosto me he ido a contemplar el invierno. Abrí la puerta y tuve escalofríos, primero por el aire acondicionado y segundo por la soledad que desprende el cuadro que te recibe: un hombre con rostro ... borroso en un callejón cubierto de nieve. Se titula 'El extraño' y lo ha pintado Carlos García-Alix. Su exposición te transporta a otro paisaje, uno ajeno a estos calores y multitudes, lejano si estás bajo la sombrilla, pero estremecedor. Por las temperaturas, sí, pero también por la melancolía, el silencio, una tristeza que se posa sobre los tejados y los helechos de los bosques.
Cuenta García-Alix que el proyecto nació en un tren camino de Bilbao, cuando se desató una tormenta de nieve y se quedó embelesado por esa mezcla de fascinación y terror. Ese primer trayecto desembocó en otro más errante que le llevó por toda Centroeuropa: Alemania, República Checa y Dinamarca. De ahí se trajo ese espíritu gélido, romántico, que la pandemia terminó por esculpir. No hay ni una sola referencia a ella pero está por todas partes. El recuerdo lo llevamos dentro. «¿Paisajes del mundo?», dice la descripción del folleto. «No, paisajes del alma».
Querida. Aquí el verano –el calor, los calores – se acaba a media tarde. O antes, si te descuidas. Más vale tener siempre a mano una rebeca de uniforme o, según los casos, una buena capucha de algodón potente. En este pueblo las casas siguen teniendo fresquera y en las habitaciones del fondo de cualquiera de ellas puede veranear un oso polar. Así que tiene poco recorrido hablar de abanicos y ventiladores, de aire acondicionado o de la crisis energética en una ciudad donde el calor tiene fugaz fecha de caducidad. Vendrá el frío y nos hará peores, me temo.
Aún así he quedado con viejos amigos en los Cuatro Reyes, cuatro estatuas exiliadas de otro lugar más noble y linajudo. La cita no tiene afán monárquico. Nada más lejos. El nuestro es un verano sin glamour ni nombres propios y nuestra amistad tenaz y roqueña. El sitio era para nosotros un cruce de sombras, el refugio más seguro en nuestra adolescencia para las escasas noches ardientes. Y ardorosas, claro. Porque también funcionaba para las primeras citas de amor y de secretos. Ahora ya solo hablamos del cambio climático y del miedo a lo que ha de venir. Yo me pido lo nuestro y bebo a tu salud y a la de los tuyos. A la fresca, claro.
Una parte de vermú blanco, otra de licor de menta y otra de ginebra (hay versión con vodka). Contundente. Podemos colocar hojas de menta antes de servir los hielos para que queden intercaladas y después verter el contenido de la coctelera ya mezclado. Un verdor intenso, un frescor que, ojo, esconde un pelotazo. Por Carlos G. Fernández.
Disponible en:
Narración y textos Andrea Morán, Carlos G. Fernández y José Ángel Esteban
Producción técnica Íñigo Martín Ciordia
Edición y mezcla Carlos G. Fernández
Remezcla y postproducción Rodrigo Ortiz de Zárate
Ilustraciones Adrià Ramírez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
A continuación en El cóctel de una noche de verano
Siguientes episodios
Siguientes episodios
El próximo podcast es exclusivo para suscriptores
Suscríbete hoy mismo y comienza a disfrutar de todo el contenido de Salamancahoy
Reporta un error en esta noticia
En este undécimo cruce de postales hay tiempo para viajar dentro de la cabeza de uno mismo. Preguntarse qué hacer, si deseamos lo imposible, lo difícil o lo secreto. Y, de paso, disfrutar de una bebida enloquecida
Pregunta para este nuevo intercambio de postales: ¿qué va a quedar de las vacaciones? Fotos, seguro. Y en ellas cabe el ridículo, el sentido común y el universo entero. También una mezcla exótica con mucho café.
Hay un momento clave en las vacaciones: la sensación de que no pasa nada. En este penúltimo cruce de postales estiramos las piernas, nos gana el sueño y todo, de repente, es posible. Incluso las estrellas fugaces
Se termina esta correspondencia de verano. Todo acaba pero todo vuelve a empezar. Hay finales abruptos y otros que sirven para abrir nuevas rutas. De remate, una despedida más dulce que amarga
Este tercer intercambio de postales habla de los inconvenientes para encontrar agua en la que bañarse a deshoras. También de magdalenas y viejas películas, piel, carne y otras reglas de comportamiento. Y, por supuesto, la clave está en la piña
Cuarto cruce de postales en el que las cosas son lo que son y tienen el nombre que tienen. Cuando todo es memoria y tradición, lo mejor es sentarse con los viejos amigos y pedir lo que tengamos más cerca
Este podcast es exclusivo para suscriptores
Suscríbete hoy mismo y comienza a disfrutar de todo el contenido de Salamancahoy
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.