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Martiño Rivas, como protagonista de 'Cardo 2' RC
Nacho Vidal, el emprendedor de la industria del porno

Nacho Vidal, el emprendedor de la industria del porno

Atresmedia estrena el 5 de marzo la serie dedicada al célebre actor que triunfó en el cine X y que después se ha visto envuelto en varios casos turbios | Los primeros capítulos marcan el tono de la serie, a caballo entre la acción y el humor

Mikel Labastida

Valencia

Domingo, 19 de febrero 2023, 05:57

Dentro de la revisión en todos los ámbitos que se está haciendo de los años 90 destaca una tendencia entre nuestras series de traer hasta la actualidad a personajes famosos en esa década para reivindicarlos con una lectura mucho más actual. Lo hicieron -y muy ... bien- los Javis con 'Veneno', en la que resignificaban a la colaboradora de Pepe Navarro para ir más allá y mostrarla como un referente trans de varias generaciones que hasta entonces no habían tenido a nadie popular con la que sentirse identificado. Lo hizo -también muy bien- el documental de Locomía, tomando como referencia a un grupo artificial para describir la España artificial de la época. Y lo ha hecho 'Cristo y Rey', convirtiendo a Bárbara Rey en una especie de símbolo feminista.

Esta última, no obstante, es bien diferente -en fondo y forma- a las dos anteriores citadas: es más plana, más grotesca, más evidente. No pretende tanto arrojar nuevos puntos de vista como tirar de morbo y escándalo para reconstruir al personaje. La siguiente en sumarse a la lista será la dedicada a Nacho Vidal, que también estrenará Atresmedia el próximo 5 de marzo. Vistos los primeros capítulos ya podemos concluir que esta está más en consonancia con la de Bárbara Rey y Ángel Cristo, que con las anteriores.

En 'Nacho' encontrar cualquier parecido con 'Boogie Nights' o con 'The Deuce' - por citar dos producciones que se han aproximado a la industria del porno- sí que sería pura coincidencia. No hay intención alguna de hacer crítica, de poner en cuestión el submundo que se esconde detrás de ese negocio, de desacralizar a Nacho Vidal. Al contrario, él está en el centro del relato como un triunfador sin fisuras, como un hombre venido a más gracias a la cantidad de centímetros que se asoman por su entrepierna. La serie cuenta una historia de éxito, el protagonista bien podría dedicarse al motociclismo o al derecho. Lo de que sea en el porno parece casi secundario y solo es visible, claro, cuando se trata de desnudar al personal para calentar salas y platós donde se desarrollan las tramas.

El personaje de Sara Bernat en la serie. RC

Buscarse el porvenir

A Vidal se le pinta casi, casi como un emprendedor, aunque en los 90 esa palabra estuviese poco manoseada. Alguien dotado (sí, dotado) con un don, que se ve prácticamente obligado a utilizarlo. «Nacer con un pene grande condiciona mucho tu vida», dicen al principio para justificar todo lo que ha de venir. Y lo que ha de venir es la historia de un muchacho inadaptado que trata de buscarse un porvenir aprovechándose de su físico y que, aunque huye de su familia, está preocupado constantemente en contar con su beneplácito y con su aprobación para todo. En una de esas se cruza la industria del porno y se empeña en ser el mejor, sin límites a la hora de conseguirlo.

A partir de ahí la serie protagonizada por Martiño Rivas adopta el tono de un videoclip para narrar los acontecimientos, abusa de la luz y de los tonos cálidos como también sucede en 'Cristo y Rey', dibuja a los personajes con brocha gorda, con trazos de cómic, con riesgo todo el rato en caer en la parodia. La dueña de la sala Bagdad, el productor de cine con el que Vidal rueda su primera peli, su mujer y primera actriz, la estrella destronada… todos tiran de estereotipo y están en el límite de ser creíbles. Pero da igual, la credibilidad no está entre los objetivos primordiales del proyecto. La acción avanza rápido y está construida de un modo que no pretende ser nunca generar una reflexión, sino contar una sucesión de hechos cronológicos que llevaron a Vidal a ser una estrella mundial: del nacimiento en Enguera en una familia que terminará arruinada a codearse con el mismísimo Rocco Siffredi.

Los fans y curiosos del personaje disfrutarán de la serie, los que esperen que Nacho Vidal solo sea la excusa para poder ir más allá y describir un submundo con decenas de aristas se sentirán estafados. Tampoco les gustará a los que se pongan las gafas del porno para verla. Es muy mojigata para conformar a esos usuarios. Mucho tendría que cambiar la serie en los capítulos restantes para ser otra cosa, para avanzar en otra línea, para trascender. Intuyo que no lo pretende. Se fija mucho en 'Sky rojo', por cierto, y se nota.

Para que todo entre mejor los guionistas echan mano del humor. Solo en ese código uno puede digerir líneas de texto como esta: «Si no seco la cama después del sexo es que algo he hecho mal», dice el protagonista sin sonrojarse. Hay mucha coca, mucha testosterona, mucho chiste fácil a costa del pene de Vidal y mucha fauna variopinta, basada en sujetos reales, que poblaron esa Barcelona en la que surgió la celebridad y en la que se quedaron alguno de sus cadáveres.

Actuación de Nacho y Sara en la sala Bagdad de la serie. RC

Máa allá del biopic

Las referencias a Valencia -Vidal nació en Enguera- son únicamente festivas. En ella se corre el protagonista las primeras juergas, en una época en que las discotecas de la zona estaban de moda. Aquí hay otra ruta muy diferente a la de 'La ruta'. En esta Chimo Bayo sí es una superestrella y no un 'apestado' como sugieren en el título anterior. Hay tantas rutas como personas que la vivieron. Después la acción se traslada a Barcelona y más tarde a Budapest, donde la industria del porno gana ingentes beneficios. Falta por ver hasta dónde llega a contar y sobre todo cuánta distancia puede tomar del protagonista. Si no corre el peligro de caer en el biopic, como ya se hacía antaño con otras estrellas como Lola Flores o Raphael, aunque ahora la celebridad sea una estrella del cine porno. Como pasa en 'Cristo y Rey' lo tentador es adivinar qué famosos desfilan por los distintos episodios: y por qué políticos, deportistas, cantantes y seres mitológicos se quieren sumar a este elenco.

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