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CARLOS G. FERNÁNDEZ
Lunes, 21 de noviembre 2022, 08:36
El punto de partida está claro: estamos inundados de refritos, remakes, franquicias, adaptaciones y reinterpretaciones de las mismas historias una y otra vez, ¿será gracioso plantear una sitcom sobre ese mismo hecho tal cual? Probémoslo. Y así ha hecho Steven Levitan, conocido sobre todo por ... la exitosísima 'Modern Family'.
Este afán de retomar el pasado es solo la excusa para arrancar la maquinaria: nunca se hace una verdadera crítica a esta tendencia cultural, más allá de una larga enumeración de culpables en el segundo minuto de metraje. La serie a relanzar es la ficticia —ha habido equívocos y hay quien ha buscado la original sin éxito— 'Step right up', una sitcom de mala muerte sobre una familia disparatada, con dos o tres platós recurrentes y emocionado público en directo. El rey de la tontería es uno de los actores, famoso y querido por todos gracias al humor físico y simple, pero que quince años después se ha vuelto prácticamente Stanislavski y quiere ser un actor respetado, profundo y serio. Se trata de Reed, interpretado solventemente por Keegan-Michael Key (de 'Key and Peele' o 'Parks and Recreation').
Reed es uno de los pocos personajes a los que los espectadores podemos asirnos para identificarnos, porque la mayoría de los demás protagonistas son clásica carne de sitcom: personas altamente disfuncionales, con vidas imposibles y sin atisbo de madurez o independencia (pero después, con esa materia mágica de las que están hechas estas series, les pasa un pequeño drama y hasta puede que consigan enternecernos). Quienes se salvan son Hannah (Rachel Bloom), la que lleva la propuesta a la cadena, y Gordon (Paul Reiser), el creador original de la serie, que además —sorpresa— son padre e hija y no se llevan bien. También podemos identificarnos con ellos, los showrunners, al fin y al cabo los más inteligentes en la cadena trófica de la televisión.
La clave que se busca está en la confrontación entre el pasado y el presente, la forma de escribir televisión antes y ahora. Por eso, padre e hija traerán cada uno un equipo de guionistas que tendrán que coexistir encontrando, si es que es posible, algo parecido a un humor universal. Lo cierto es que no hay mucha maldad en la serie y todo el mundo es más o menos amable, así que este gran conflicto se resolverá también, como todos, de forma bastante suave.
Alguno de los momentos más finos están en una discusión entre Gordon y Reed: comedia versus drama. El que se lo toma todo a broma para no enfrentarse a los problemas y el que no le sabe dar valor a alegrarle un rato la vida a los demás. Dos buenos actores con algunos diálogos muy decentes.
Es una 'sitcom' sobre una 'sitcom', pero ahora se ruedan cámara en mano (en este caso sin ruptura de la cuarta pared) y en localizaciones naturales, así que parecen algo más elaboradas. En el fondo es una producción baratísima de rodar, una serie de Hollywood hecha en los propios estudios sin siquiera tener que decorarlos. Hay muchos chistes sobre la propia industria, aunque pocos nos suenan nuevos porque de un tiempo a esta parte somos todos expertos en cómo funciona el mundo de la televisión. La vanidad de los actores, los estudios de mercado que condicionan el casting, las guías de recursos humanos sobre emparejarse en el trabajo o las tensiones con la cadena (en este caso Hulu-Disney, como en la realidad) son algunos ejemplos.
Lo peor, la musiquita de 'cervatillo saltarín corre alegre por el bosque' que impone el tono entre las secuencias. Ya sabemos que es una sitcom, no hay ninguna necesidad de subrayarlo tanto. Hay otros momentos musicales mucho más decentes (dos o tres con Kool and the Gang) que engrandecen la serie. Se mueve 'Reboot' en un terreno un poco extraño, a medio camino de todo, pero que puede acabar en buen puerto aunque la temporada haya avanzado poco. Parece que la nueva forma de hacer cliffhangers es estar de risas toda la temporada y terminarla con todos deprimidos, dejando algo por resolver. Viendo este caso, un poco apresurado, quizás echamos de menos una temporada algo más larga, con más siembra y más cosecha, aunque aparente volver una y otra vez al punto de partida.
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