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Series en Movistar |  Crítica de 'El Inmortal': narcos a la madrileña

Crítica de 'El Inmortal': narcos a la madrileña

Luchas entre bandas, violencia, tiros, palizas, fieras peleando a dentelladas por el territorio... Lo que diferencia esta producción de otras similares es que se desarrolla en España

Lunes, 31 de octubre 2022, 01:17

Aunque hoy el ascensor social esté estropeado, lo cierto es que, si la moral no te lo impide, aún hay un par de montacargas que te pueden llevar hasta la azotea del rascacielos: uno es casarte por dinero y, el otro, traficar con drogas. El ... problema es que el segundo suele bajar mucho más rápido de lo que sube. Pero eso no le importó a Juan Carlos Peña, líder de la banda de los Miami, aquellos matones que se adueñaron de la noche madrileña en los 90 y la convirtieron en una larguísima raya de coca. Y se formó la gozadera. Hasta que se acabó la fiesta.

La serie de Movistar Plus+ se basa, muy libremente, en la vida del tal Peña, un tipo apodado 'El Inmortal' (título de la producción) porque sobrevivió a varios intentos de asesinato. Relata los diez años de auge y caída del capo de los Miami, transmutado aquí en Jose Antonio, un chaval humilde que trapichea con farlopa para un jefe de medio pelo con el fin de sacar adelante a su familia y salir del barrio. Entre cubata y cubata, Jose Antonio ve cómo los Titanes (aquí todos tienen nombre de equipos de fútbol americano) son los reyes del mambo: cochazos, champán, reservados en las discotecas de moda y chicas guapas. Jose Antonio cree que él también tiene derecho a esa vida, así que echa mano de su hermano y de sus colegas del gimnasio para dar un golpe de estado, eliminar a su jefe y empezar una guerra contra los narcos rivales.

A partir de ahí, y durante los ocho episodios escritos por Diego Sotelo y David Moreno, y dirigidos por David Ulloa y Rafa Montesinos, el tipo va subiendo pisos gracias a los arrestos que le echa a la cosa, a su ambición desmedida y las conexiones que establece con la socialité de la época: buena parte del mundo del fútbol, del cine, de la televisión y de la burguesía madrileña tenía relación, propia o a través de terceros, con los Miami, hasta el punto de que el clan saltó de la sección de sucesos a la de corazón. Que se lo digan a Ana Obregón y a Jaime Cantizano.

Aunque en la serie nos falte el desenlace como tal (el final queda listo para una segunda temporada), 'El Inmortal' es el camino del héroe. Y es la historia que ya hemos visto tantas veces: luchas entre bandas, violencia, tiros, palizas, fieras peleando a dentelladas por el territorio. Lo que diferencia esta producción de otras similares es que se desarrolla en España.

Y cuanto más costumbrista es, mejor resulta. Ahí está todo: los móviles como ladrillos, los flash golosina y las chaquetas de Chevignon salpicadas con el estallido de la televisión espectáculo y con una radio que emite combates de Poli Díaz, crónicas de Pérez-Reverte, partidos del Atlético de Madrid en los que aún jugaba Caminero (atención a la escena del bar entre Jose Antonio y el comisario Corvarán) y temazos de la época. Porque la música nos ayuda a situarnos: suena desde el pijerío blandengue de 'Voyage Voyage' hasta la crudeza poética del 'Jesucristo García' de Extremoduro. Y aún hay más temazos que suenan, mucho y bien, en los créditos finales de cada episodio y que subrayan lo acontecido en el mismo. Por eso funciona 'El Inmortal', porque no es solo es la narración de un grupo de narcos que lucha por llegar al poder y mantenerse, sino también el retrato social de una época que, por cercana y vivida, resulta difícil hacer creíble.

Pero lo consiguen a través del vestuario, de la ambientación y de unas localizaciones que van desde los bares cutres hasta las discotecas de moda, de los barrios marginales a las zonas residenciales, de los gimnasios que huelen a sudor y testosterona hasta los restaurantes de postín a los que quiere ir Jose Antonio. Y Jose Antonio acaba yendo. Y chupa las patas de los centollos haciendo ruido.

Imponente Álex García

La serie se sustenta, sobre todo, en la presencia imponente de su protagonista, Álex García, que interpreta a una bestia contenida, hasta que la deja salir y empieza a morder. Lo acompañan la gran Mariola Fuentes interpretando a su madre, Teresa Riott en un papel del que molaría un 'spin-off' (también queremos ver mujeres escalando las montañas de coca para llegar hasta arriba), Claudia Pineda encarnando con convicción a una chica de barrio a la que Jose Antonio lleva por el camino de la amargura, un estupendo Marcel Borràs dando vida al mejor amigo del protagonista, un Jon Kortajarena que no solo puede con un terrorífico pelo surfero, sino con el papel de un presentador que sirve de enlace entre los Miami y la alta sociedad madrileña, y una María Hervás convertida en una de esas pijas a las que le encantan los chungos, como dice Sebas, el hermano de Jose Antonio, que está interpretado con muchísimo desparpajo por Emilio Palacios. Y más curiosidades: una Chanel pre Eurovisión y un Óscar Higares que, definitivamente, ha cambiado los toros por la interpretación.

Entre los personajes hay química, y los diálogos lo mismo suenan a extrarradio que a colegio privado. Porque lo mejor de 'El Inmortal' es que consigue que nos importen más las relaciones con la familia y los miembros clan que saber quién va a ganar cada una de las batallas por el poder. Eso ya nos lo han contado en muchas otras ocasiones, y con otros muchos acentos. Pero solo en esta hemos visto a un personaje decirle a otro «Me vas a decir tú que te compro una casa con más baños que la casa de la Preysler y no te va a gustar».

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