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Camilo Sesto murió en 2019 a los 72 años convertido en una caricatura de sí mismo. Su espacio natural en los últimos tiempos eran las páginas del corazón. Su rostro artificial de muñeco eclipsó una carrera artística con 40 discos publicados, 70 millones de copias ... vendidas y medio centenar de números uno en España y Latinoamérica. Enclaustrado en su mansión de Torrelodones, Camilo Blanes había perdido su voz y se movía con dificultad en el declinar de sus días.
'Camilo Superstar', la serie cuyo primer episodio se ha dado a conocer en el Festival de San Sebastián, reivindica el inmenso talento del autor de himnos de karaoke como 'Algo de mí', 'El amor de mi vida' y 'Vivir así es morir de amor'. La producción de Atresplayer, que estrenará sus cuatro capítulos de 45 minutos el 19 de noviembre, no aborda la decadencia del artista, sino que se detiene en uno de los episodios más celebrados de su biografía.
En noviembre de 1975, a pocos días de morir Franco, Camilo Sesto se jugó 12 millones de pesetas de su bolsillo y su carrera montando en el teatro Alcalá Palace el primer gran musical que se veía en España. El cantante había experimentado una epifanía en Londres con 'Jesucristo Superstar', la ópera rock de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice. En contra de la opinión de su manager y de su discográfica se empeñó en traer la obra a Madrid. Él sería Jesucristo, Ángela Carrasco, María Magdalena y el futuro presidente de la SGAE Teddy Bautista, Judas Iscariote.
«Un musical de melenudos con Judas de protagonista y un Jesucristo revolucionario», le recrimina en la serie su representante, temeroso de que acabara con el éxito alcanzado gracias a 'Algo de mí'. El periodista Nacho Artime, de 'El Gran Matinal' en la SER (Vito Sanz en la serie), había adquirido antes que nadie los derechos del musical. Jaime Azpilicueta (Javier Godino), que había quedado fascinado por las representaciones en Broadway, sería el encargado de dirigir el montaje español. Solo necesitaban el dinero y un protagonista.
«La serie reivindica a un Camilo joven e idealista que iba a la contra. Poca gente sabe que era un gran compositor que participaba en todo el proceso creativo de las canciones. Espero que 'Camilo Superstar' acabe con la caricatura y reivindique con justicia poética a alguien muy importante en este país», confía Curro Novallas, productor ejecutivo y codirector de la serie junto a Federico Untermann.
El primer capítulo nos sumerge en la vorágine del estreno del musical, con grupos de ultraderechistas manifestándose en la puerta del teatro. De ahí retrocedemos cuatro años atrás, cuando Camilo vive un frenesí de giras, discos de oro y el acoso de fans enfervorecidas. Sexo, resacas y también momentos de intimidad familiar hablando en valenciano. Y los tejemanejes de Televisión Española, que primero le asegura el triunfo en el Festival de la OTI en Brasil y después impide que gane para no tener que asumir la carga económica de organizar el festival al año siguiente.
Curro Novallas
Camilo quiere un cambio en su carrera, anhela llevar el rumbo de su destino. Mientras graba un disco en Londres, una noche acude al teatro. Ve 'Jesucristo Superstar' de pie porque no quedan butacas y se imagina cantando 'Getsemaní' con su voz prodigiosa. «Se acabó la España en blanco y negro. Además, si Jesús fuera de algún lugar de España, sería de Valencia», se escucha en la serie.
'Camilo Superstar' recrea con un gran esfuerzo de producción la España de los 70. Muchos actores conocidos hicieron pruebas para el papel protagonista. «Pero el espectador no debía ver a un actor, sino a Camilo Sesto», observa Curro Novallas. Cuando ya pensaban en tirar la toalla, el dramaturgo Miguel del Arco le habló al director de Alejandro Jato, un vigués de 29 años fogueado en el teatro y en los 420 capítulos de la serie 'Servir y proteger'.
Teddy Bautista (Adrián Lastra), Lucía Bosé (Eugenia Silva), Ángela Carrasco (Natalia Reyes) y Paloma San Basilio (Elena Rivera) también aparecen en la serie, que ha utilizado en las escenas de canto la misma tecnología digital que filmes como 'Elvis' y 'Rocket Man'. «Hemos cuidado todos los detalles, hasta el último cenicero», presume Curro Novallas, quien espera que Camilo Sesto vuelva sonar con tanta fuerza como cuando la empresa de cuchillas Gillette, al concluir las representaciones de 'Jesucristo Superstar', le pagó ocho millones de pesetas a Camilo Sesto para que se afeitase la barba en una campaña publicitaria.
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