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Will Smith (Filadelfia, 55 años) no se ponía delante de una cámara de cine desde el 27 de marzo de 2022. Aquella fatídica noche, el actor se hizo con su primer Oscar a la mejor interpretación masculina por su trabajo en 'El método Williams', donde encarnaba al padre de las tenistas Venus y Serena. Sin embargo, el logro quedó totalmente enterrado por el bofetón que minutos antes había arreado al humorista Chris Rock. Rock estaba en el escenario presentando la relación de nominados al mejor largometraje documental y aprovechó el momento para lanzar una broma a la esposa del actor, Jada Pinkett Smith. «Jada, te quiero. Me muero de ganas de ver 'La teniente O'Neil 2'», dijo en referencia a su cabeza rapada. En ese momento, el actor subió al escenario y abofeteó al cómico ante un público aturdido y confuso. «¡Guau! Will Smith me acaba de dar una buena hostia», acertaba Rock a decir mientras Smith volvía a su asiento. «¡Mantén el nombre de mi esposa fuera de tu puta boca!», le respondía este último visiblemente alterado.
A través de sus redes sociales, el actor se disculpó al día siguiente con Rock y con la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, pero eso no evitó que la institución sancionara a Smith con la expulsión de la misma durante diez años. En julio de ese mismo año, en otro vídeo, volvió a pedir perdón: «Me comuniqué con Chris, y el mensaje que recibí es que él no está dispuesto a hablar por el momento, y que cuando lo esté, se comunicará. Así que te diré Chris, te pido disculpas, porque mi comportamiento fue inaceptable, y estoy aquí para cuando estés listo para hablar».
A raíz del incidente Netflix y Sony paralizaron dos proyectos que tenían con el actor, 'Fast and Loose' y 'Bad Boys: Ride or Die', respectivamente. Del primero, sigue sin saberse nada, pero en enero del pasado año Will Smith confirmó que la cuarta entrega de la franquicia se rodaría finalmente, convirtiéndose en su primera película después de aquella noche para olvidar. Los números mandan pues 'Bad Boys For Life' (2020), la cinta anterior, recaudó 424,6 millones de dólares, convirtiéndose en el último taquillazo antes de que la pandemia de covid cerrase los cines. La cuarta entrega de la franquicia llega este viernes a la cartelera.
Dirigida nuevamente por Adil El Arbi y Bilall Fallah, responsables de la tercera entrega, 'Bad Boys for Life' (2020), Will Smith y Martin Lawrence (Fránfort del Meno, Alemania, 59 años) vuelven a meterse en la piel de Mike y Marcus tan solo cuatro años después de su última aventura, un tiempo récord dado que la segunda data de 2003 y la primera, de 1995. «Tuvimos la oportunidad de hacer una tercera película muchas veces, pero no fue hasta 'Bad Boys for Life' que encontramos algo a la altura de nuestras expectativas», explica Smith en las notas de producción. «Esa película hizo que se desbloquease algo. Los personajes nos parecían frescos. Hay algo en su relación que nunca va a cambiar, pero podíamos llevarles a muchos sitios nuevos. Nos parecía que podíamos hacer otra película palomitera, pero tenían que ser palomitas gourmet».
Pese a que tan solo han transcurrido cuatro años, las cosas han cambiado tal y como los primeros compases de la película establecen: Mike y Marcus, enredados en una de sus habituales discusiones, circulan a toda velocidad por las calles de Miami porque el primero llega tarde a su propia boda. Tras un encontronazo con un ladrón, debido a la adicción de Marcus por las golosinas y las grasas saturadas, un Mike, algo menos engreído y más maduro, finalmente asienta la cabeza y se casa. La boda sirve además para recordar al espectador la muerte del capitán Conrad Howard, fallecido en la anterior película, y sienta el punto de partida de otro de los cambios: Marcus sufrirá durante la fiesta un infarto del que se repondrá físicamente sin problemas, pero que le llevará a despertar con un nuevo entusiasmo por la vida y un temerario sentimiento de invencibilidad que le llevará a ser mucho más impredecible.
Ambos elementos retuercen las dinámicas en la pareja de policías y tratan de renovar el aire a una película de la franquicia que, si no fuera por los excesos de la cámara y los drones y el acercamiento al lenguaje del videojuego en algunas de sus secuencias, bien podría haber sido rodada en los noventa. De hecho, la trama de esta cuarta entrega no deja de ser muy arquetípica. Todo comienza cuando acusan injustamente al capitán Howard, que ya no se puede defender, por un crimen relacionado con el tráfico de drogas. Detrás de la acusación, hay un caso de corrupción que los dos policías rebeldes van a tratar de resolver, pero a medida que Mike y Marcus se acercan a la verdad, son incriminados y se convierten en fugitivos no solo de la justicia sino también de distintos cárteles, que recibirán una recompensa si les dan caza.
La música latina es la banda sonora fundamental de una película en la que la comedia y la acción siguen conformando la espina dorsal del proyecto. Casi treinta años después, la química entre Smith y Lawrence permanece intacta. Fue Lawrence quien a mediados de los 90 llamó a Smith para proponerle que fuera su pareja en la cinta original cuando el también rapero protagonizaba la popular 'El príncipe de Bel-Air'. «Es la mejor llamada que haya hecho nunca», reconoce Lawrence.
«Conocíamos el trabajo que había hecho el otro, pero nunca habíamos coincidido. Siempre nos hemos respetado enormemente y quedó claro desde el principio que teníamos mucha conexión. Han pasado 30 años y seguimos siendo grandes amigos. Nos conocemos desde hace muchísimo tiempo, pero seguimos teniendo claro que podemos contar con el otro para lo que sea». «¿No es eso lo que todos queremos? Alguien con el que podamos contar ocurra lo que ocurra, ¿no?», añade Smith, quien sabe si haciendo referencia a lo ocurrido hace ahora dos años. «Eso es lo mejor de estas películas, que 'Bad Boys for Life' realmente significa para toda la vida».
Con cameos del tiktoker Khaby Lame y de Michael Bay, director de las dos primeras entregas, 'Bad Boys: Ride or Die' busca el humor a través de los arrebatos glotones de Marcus, los ataques de pánico de Mike, en una trama que toca de refilón la salud mental y el trauma -aquí, por cierto, es Marcus quien abofetea a Mike varias veces para hacerle reaccionar-, y las habituales discusiones de dos personajes destinados a estar siempre a la gresca pero también a apoyarse hasta el final. «Son compañeros hasta la muerte», dice Lawrence. «Harían lo que fuese por ayudar al otro, por hacer que brille. Se tienen mucho respeto, han crecido a la vez y estarán juntos hasta el final». Sin embargo, la risa no siempre llega, pese a tener algún que otro momento hilarante -ese encontronazo con los 'rednecks' racistas o el final en ese «Jurassic Park en plan paleto» del que habla Marcus-.
'Bad Boys: Ride or Die', con título muy de película de James Bond, se desempeña mejor cuando aborda las secuencias de acción. Tras un comienzo un tanto decepcionante, secuencias como las del traslado del preso, la emboscada en la casa de Marcus o el final en el parque de atracciones de los caimanes resultan trepidantes y enérgicas, incluso cuando apuestan por la estética videojueguil. Tras unas semanas de taquilla decepcionantes, Sony tiene cierta esperanza de que, al menos en Estados Unidos, la película funcione notablemente. ¿A su favor? Que ahora mismo ningún otro estreno le hace sombra. Lo que está claro es que si la cinta triunfa en taquilla, Will Smith podrá volver a respirar tranquilo.
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