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'Venom: el último baile': una floja despedida

'Venom: el último baile': una floja despedida

Tom Hardy vuelve a meterse en la piel de Eddie Brock / Venom en el final de la trilogía del simbionte

Iker Cortés

Madrid

Jueves, 24 de octubre 2024, 19:39

Como buena parte de las películas de superhéroes en los últimos años, 'Venom: el último baile', la enésima colaboración entre Sony Pictures y Marvel, comienza con un fragmento explicativo que pone a los espectadores sobre la pista de lo que va a ocurrir: Knull, la deidad primordial que nació tras la destrucción de la sexta iteración del cosmos y creó a los simbiontes, fue encerrado por sus vástagos dentro de un planeta artificial formado por miles de millones de ellos llamado Klyntar. Ahora, ha descubierto que Eddie Brock y su simbionte alojan en su interior el códice, una llave que podría darle la libertad. Con la promesa de liberarles para siempre, Knull pide a los xenófagos, unos simbiontes bastante más terroríficos, que bien pueden recordar a los insectos gigantes de 'Starship Troopers', que crucen el universo para dar con ellos.

Así de sencilla es la trama de esta tercera entrega que parece poner punto y final a las aventuras de Tom Hardy en la franquicia. Tras la introducción, se nos cuenta que Eddie está huyendo de las autoridades, que lo consideran el culpable de los acontecimientos de la anterior película, y en estos momentos él y el simbionte se encuentran en un bar de México. Lo sabemos, atención, por la gorra con el nombre del país que porta un Eddie, borracho y resacoso a la vez, incapaz de controlar las ganas que tiene su simbionte de hacerse un cocktail, en una secuencia que pretende ser divertida, sin lograrlo y que, lamentablemente, marcará el tono de la película.

Después de un encontronazo con los responsables de unas peleas de perros callejeros, Eddie y Venom decidirán dejar de huir y regresar a Estados Unidos para tratar de restablecer su honor, pero en el viaje se toparán con uno de los xenófagos que ha enviado Knull. Así que a la persecución de las autoridades, deberán sumar la de los xenófagos, que solo son capaces de percibir dónde se encuentra la llave si Venom toma por completo el control de su huésped.

Imagen principal - 'Venom: el último baile': una floja despedida
Imagen secundaria 1 - 'Venom: el último baile': una floja despedida
Imagen secundaria 2 - 'Venom: el último baile': una floja despedida

Con un guion pobre, perezoso y excesivamente explicativo -resultan bochornosos los primeros diálogos en el Area 51, a pesar de que todo lo que rodea a la mítica base militar estadounidense es de lo más interesante de la cinta-, a cargo del propio Hardy y del director, Kelly Marcel, responsable de las tres entregas, 'Venom: el último baile' funciona como una mini 'road movie', en la que Eddie y el simbionte logran escapar casi siempre de sus potenciales captores, merced a la capacidad de Venom de 'poseer' y adulterar todo tipo de seres vivos. Nada en las secuencias de acción, armadas con un CGI de medio pelo, es especialmente espectacular o imaginativo: emboscadas en los rápidos de un río, trote campos a través, grandes saltos en motocicleta y un final algo más satisfactorio, si bien el componente emocional no acaba de funcionar del todo.

Por el camino, la pareja contactará con nuevos personajes -ojo al sin sentido del momento Bowie en la caravana hippie- y se encontrará con viejos conocidos en Las Vegas, antes de enfilar la recta final. Más allá de la poca fuerza que tienen las escenas de acción, quizá el mayor problema del largometraje está en su flojo humor y en la ausencia total de carisma de la pareja. Ver a Venom bailando Abba o disfrutando de las máquinas tragaperras no es todo lo divertido que los guionistas creen. Incluso los diálogos entre el simbionte y Eddie, que en la primera entrega tenían cierta gracia, han perdido aquí toda su brillantez. Como mandan los cánones, 'Venom: el último baile' tiene secuencia postcréditos y eso deja claro que, de alguna manera, la historia va a continuar, pero sí es probable que Hardy haya dicho adiós al personaje. Si es así, qué triste haberlo hecho con esta película tan floja.

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