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Repite parte del elenco -ahí están Emma Stone, Willem Dafoe o Margaret Qualley- de 'Pobres criaturas', pero en 'Kinds of Kindness' apenas se vislumbra nada del magnetismo de su anterior película. Al contrario, la cinta, que desembarca este viernes en las salas de cine con el título en inglés (algo así como 'Tipos de amabilidad' o 'Tipos de bondad'), reúne tres fábulas diferentes que, desde distintas coordenadas y siempre con un delicioso puntito entre fantástico y surreal, abordan asuntos como las relaciones tóxicas, el control o el sometimiento, a través de una galería de personajes unidimensionales, que conectan con la crueldad y el sarcasmo que supura buena parte de la obra del subversivo cineasta griego. No en vano, Lanthimos vuelve a colaborar en la escritura del guion con Efthimis Filippou, con quien ya ha trabajado en títulos como 'Canino' (2009), 'Alps' (2011), 'Langosta' (2015) o 'El sacrificio de un ciervo sagrado' (2017).
Explica el cineasta en las notas de producción que a lo largo de los años 'Kinds of Kidness' adoptó múltiples formas narrativas hasta convertirse finalmente en esta antología. «Habíamos empezado con una historia, pero mientras trabajábamos en ella, pensamos que podría ser interesante hacer una película que tuviera una estructura diferente a la que habíamos hecho antes», desarrolla Lanthimos. «A medida que identificábamos las historias siguientes, queríamos mantener un hilo temático, para que pareciera que todo se recogía bajo el mismo paraguas».
Con una duración completa de 2 horas y 44 minutos, como en toda antología, cada cuento tiene sus fortalezas y sus debilidades, siendo el más redondo de ellos el primero, titulado 'La muerte de R. F. M.'. R. F. M. son las iniciales, precisamente, de un personaje totalmente secundario que sirve de ancla todo el conjunto, pues es el único que aparece en los tres cuentos, a pesar de que los distintos personajes que pululan por ellos están interpretados por el mismo grupo de actores y actrices. Este primer episodio describe una relación de autoridad, control y sometimiento angustiosa e imposible entre Raymond (Willem Dafoe), el dueño de una constructora, y Richard (Jesse Plemons), uno de los arquitectos a su cargo.
Pronto el espectador entenderá que va mucho más allá de lo estrictamente laboral. Richard come, bebe, folla y se comporta tal y como Raymond se lo exige, y una risa incómoda se apodera del espectador, que no da crédito a lo que se sucede en pantalla. Pero la cuerda se tensa cuando Richard, que ansía recuperar el control de su vida, se niega a ejecutar la última imposición de su jefe. Es entonces cuando el maestro da la carta de libertad al discípulo y este, sin asideros, se pierde. Las cosas se pondrán aún más interesantes cuando, ya fuera de sí, conozca a Rita (Emma Stone), una joven que sí parece estar dispuesta a seguir las indicaciones de Raymond hasta sus últimas consecuencias. Es un capítulo incómodo, tenso y terrorífico, con Dafoe y Plemons excepcionales, y un regusto ciertamente amargo.
Más problemas de ritmo parece tener el segundo, 'R. F. M. está volando'. En él Dafoe da vida al padre de Liz (Stone), una joven que ha desaparecido mientras trabajaba en su barco, con sus colegas biólogos. Su esposo Daniel (Plemons) es un policía que desde entonces no ha vuelto a ser el mismo. Todo le recuerda a ella e incluso trata a los sospechosos con el mimo y cariño que trataba a Liz. En una cena con otra pareja de amigos, les insiste en ver un vídeo juntos para recordarla, en uno de los chistes más salvajes y divertidos de una historia que cambia cuando regresa la esposa y la trama se acerca a un clásico como 'La invasión de los ladrones de cuerpos'. La bondad, el amor y la amabilidad de ella chocan frontalmente con los delirios de él.
«Con un largometraje que sólo tiene una historia, el público puede participar más activamente porque hay espacio para pensar en lo que está sucediendo y aplicar su propia lógica», apunta el cineasta griego. «Con una antología, trasladas todo lo que has estado pensando desde la primera historia a la siguiente. Es más complejo y más atractivo. Diferentes personas identifican diferentes temas, lo que constituye una estructura enormemente interesante».
Concluye este tríptico el episodio 'R. F. M. se come un sándwich'. En esta ocasión, Plemons y Stone dan vida a Andrew y Emily, una pareja sin lazos afectivos que, desde el interior de una secta liderada por Omi (Dafoe) y Aka (Hong Chau), dedica sus esfuerzos a hallar a una mujer capaz de revivir a los muertos. Solo el recuerdo casi constante de su pasada vida familiar -abandonó a su esposo y a su hija-, se interpondrá en el camino de Emily para lograr todas sus metas. Es un capítulo interesante, con un final que es puro goce, después de la obsesión casi enfermiza que ha mostrado su protagonista, pero para entonces es posible que el espectador ya esté derrotado.
En definitiva, 'Kinds of Kindness' es un conjunto más bien irregular, que no pasará de anécdota en la, por otro lado, interesante carrera del realizador.
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