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Shirley MacLaine, en 'Irma la dulce' RC
Con la I: 'Irma la Dulce': Una sátira de la moral sexual de los primeros 60

Con la I: 'Irma la Dulce': Una sátira de la moral sexual de los primeros 60

Comedias de la A a la Z ·

Una de las comedias de Billy Wilder, a la que el paso del tiempo ha convertido en obra maestra. Está disponible en Filmin

Boquerini .

Domingo, 13 de agosto 2023, 00:55

'Irma la dulce' es una de las comedias de Billy Wilder a la que el paso del tiempo ha convertido en una obra maestra, una sátira de la moral sexual de los primeros 60. Sin embargo para poder levantarla Wilder lo pasó mal, primero ... por conseguir un buen reparto y después por las malas críticas. La película está disponible en Filmin.

Wilder siempre había admirado la película de Federico Fellini 'Las noches de Cabiria', la historia de una prostituta de gran corazón y le apetecía mucho hacer algo semejante. En 1956 se había estrenado con gran éxito un musical francés titulado 'Irma la Dulce', que estuvo en Bradway desde el 29 de septiembre de 1960 hasta el 31 de diciembre de 1961, y vió la oportunidad de llevarlo a la pantalla. Pero Wilder, cuyo mal oído para los musicales era provervial (decía que era incapaz de silbar, cantar o tocar el piano, que era totalmente 'amusical'), decidió suprimirle todos los números musicales. Sería una especie de cuento, como lo era 'Las noches de Cabiria', sobre la relación entre una ingenia y adorable prostituta parisina y un ingenio gendarme que se convertirá en su chulo y que se vuelve celoso por los 'clientes' de su chica. Evidentemente un tema muy espinoso, y más en los primeros 60 donde el Código Hays se imponía con mano de hierro sobre las producciones de Hollywood. La solución iba a ser un tono de farsa, completamente irreal con situaciones hilarantes. Y el propio Wilder y su mano derecha, I.A.L. Diamond se pusieron a escribir el guion donde, además de suprimir bailes y canciones, quedaba muy poco del musical original que había triunfado en París y Broadway.

'Irma la Dulce' cuenta la historia de Néstor Patou, un gendarme parisino inocente e idealista trasladado desde un parque infantil al barrio de Les Halles. Junto al mercado central de París, el 'barrio rojo' donde la calle Casanova está llena de prostitutas que trabajan en el Hotel Casanova. A Nestor le cuenta percatarse de la actividad de tantas chicas en la calle a altas horas de la madrugada, pero cuando se percata ordena una redada en el hoel donde las chicas desarrollan su actividad. En medio de una redada, uno de los 'clientes' detenidos resulta ser el inspector Lefevre, jefe superior de Néstor; tanto él como el resto de los gendarmes están al tanto de la prostitución, pero la toleran a cambio de dinero. El inspector consigue que Néstor sea despedido. Expulsado del cuerpo de policía y humillado, Néstor se encuentra dando vueltas por el mismo barrio en que terminó su carrera como gendarme; así, acaba en la taberna Chez Moustache, un lugar de descanso de las prostitutas y sus chulos. En medio de una mala racha, Néstor traba amistad con Irma la Dulce, la más popular prostituta, y con el propietario, un hombre conocido simplemente como Moustache, que aparentemente es un simple camarero pero que a menudo cuenta historias sobre su vida anterior al bar, en las que presume de haber sido, entre muchas otras cosas, profesor de economía en la Sorbona o tocólogo en el África Ecuatorial, y siempre termina su narración diciendo «... pero esa es otra historia». Tras defender a Irma en un altercado con su chulo un bruto de mal perder llamado Hippolyte, Néstor se traslada a vivir con ella y, llevado por su buen corazón, pronto se encuentra ejerciendo como proxeneta de Irma.

Un personaje llamado Lord X

Celoso ante la relación de Irma con otros hombres, Néstor idea un plan para retirar a Irma de la prostitución, pero pronto descubre que no va a ser tan fácil como pensaba. Así, por medio de un disfraz se transforma en un personaje llamado Lord X, un lord británico que acaba convirtiéndose en el cliente exclusivo de Irma con la que únicamente juega a las cartas. En breve, este plan se vuelve contra él, ya que tiene que trabajar más y más como Néstor, trabando todo el día descargando carne en el mercado, para pagar a Irma como Lord X; además, Irma comienza a sospechar del comportamiento de Néstor. Cuando Irma decide dejar París y marcharse con el falso lord, Néstor da por terminado el embuste; sin darse cuenta de que está siendo seguido por Hippolyte, tira al Sena su disfraz de Lord X pero Hippolyte, que no le ha visto cambiarse y sólo ve las ropas flotando, deduce que Néstor ha asesinado al lord y le denuncia. Antes del inminente arresto, Moustache le aconseja no desvelar la historia de Lord X, diciéndole: «Las cárceles están llenas de gente inocente que dijo la verdad», y Néstor admite haber matado a Lord X por su amor hacia Irma,lo que provoca que ésta le admire aun más.

Encerrado en la prisión, pero con el amor de Irma, Néstor es sentenciado a 15 años de trabajos forzados; a través de Moustache se entera de que Irma está embarazada, se escapa con la ayuda del tabernero y se refugia en el apartamento de Irma. Cuando la policía acude en su busca, Néstor simplemente vuelve a ponerse su uniforme de gendarme y se mezcla con el resto de agentes. Utilizando a Hippolyte, Moustache dirige la búsqueda hacia el Sena, del que emerge disfrazado de Lord X, de manera que desmonta la acusación de asesinato, puesto que el muerto está vivo. Inmediatamente corre a la iglesia para casarse con Irma. Durante la ceremonia comienzan las contracciones previas al parto, y el bebé nace apenas terminada la boda. Mientras Néstor y el resto de los invitados atienden a Irma, Moustache se fija en un invitado que permanece solo en los primeros bancos de la iglesia. Cuando se levanta y pasa junto a Moustache, éste ve con asombro que se trata del mismísimo Lord X. Moustache mira a la cámara y dice una vez más «… pero esa es otra historia».

Imagen de 'Irma la dulce'. RC

Wilder tuvo problemas para formar el reparto: Para el personaje del ingenuo policía había pensado en Gene Kelly y para el personaje de la prostituta pensó primero en Marilyn Monroe, después en Elizabeth Taylor -«demasiado enérgica para su personaje», diría Wilder- y todavía después en Brigitte Bardot, pero su inglés era muy deficiente. Finalmente el cineasta se decidió por repetir, tres años después, su pareja de 'El apartamento', Jack Lemmon y Shirley MacLaine. Ambos tuvieron una larga entrevista con Marguerite, una prostituta profesional parisina, buscando documentarse y preparar su rol, pero esto no fue necesario, ya que toda la problemática social y personal quedó aquí a un lado. Más complicado fue la elección del personaje de Moustache el tabernero que está al tanto de todo. Wilder quería a Charles Laugthon, con el que había trabajado en 'Testigo de cargo'. El actor británico, ya enfermo de cáncer, estaba entusiasmado con el personaje e incluso aportó algunas ideas sobre él a Wilder. Pero desgraciadamente Laughton falleció antes del rodaje y Wilder tuvo que buscar un sustituto a toda prisa. Finalmente se decantó por Lou Jacobi, aunque para él acortó relativamente su intervención, que funciona como narrador, que en el guion primitivo era mucho más largo.

Billy Wilder aprovechó la ocasión para criticar la moral sexual y la hipocresía del americano medio. El filme, para el que se realizó una meticulosa reconstrucción del Distrito Rojo de París, todo en decorados, contiene diálogos brillantes. El guion incluye frases que han hecho historia, como «ser honesto es como desplumar a una gallina al viento, te llenas la boca de plumas», o «en este mundo en que vivimos el amor es ilegal, pero el odio no», y gira en torno a la relación que se entabla entre un gendarme, algo ingenuo y una prostituta de buen corazón que busca redimirse y cambiar de vida.

Un final convencional

El final parece un intento de restablecer un orden social, una vuelta a la normalidad con Néstor, el personaje de Lemmon, aceptando su readmisión en el cuerpo, pero queriendo volver a cuidar el parque infantil, tarea que desempeñaba antes de llegar a París, para vivir con su reciente familia de un modo tranquilo. I.A.L. Diamond comentó: «La prostituta es una de las más penetrantes figuras en la literatura y siempre ha tenido una fascinación especial para los escritores y para el público. En la pantalla es retratada simplemente como una «hospedera» dura o como una figura trágica apoyándose contra un poste. Pero las que polulaban alrededor de Les Halles, sin importar sus problemas personales, eran una pandilla bulliciosa. Y este es el espíritu que tratamos de capturar en la película». La sordidez del tema fue muy suavizada por Wilder por la picardía, la caricatura, el humor, los diálogos, los colores, la ambientación, la banda sonora... Todo era como un cuento fantástico en el que nada puede ser real, aunque el cineasta también incluía unas cuantas cargas de profundidad: «Yo quería la acción en el mercado. Nadie nunca mencionó el simbolismo de la carne cruda para la venta. Eso también», comentaba Wilder.

La película se rodó íntegramente en los Samuel Goldwyn Studios de Hollywood en 1962 con un presupuesto de 5 millones de dólares. La película tuvo su estreno en Nueva York el 5 de junio de 1963 donde acudió el reparo completo. Fue un éxito de público pero no de crítica. Recordaba Wilder que, «los críticos no estaban felices, pero el público si lo estaba. Las únicas personas que objetaron la inmoralidad fueron hombres. Pienso que tienen mentes más sucias. Las mujeres la encontraban divertida». Su estreno en Francia se produjo el 9 de octubre de 1963 con gran éxito. Por supuesto en España fue absolutamente prohibida y no se pudo estrenar, con algún corte, hasta el 6 de octubre de 1969 en Barcelona y el 15 de diciembre en Madrid. El paso del tiempo la ha convertido en una obra maestra de la comedia, y ha eclipsado por completo el musical en el que se inspiraba..

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