'Dream Scenario': Nicolas Cage en el país de los sueños

'Dream Scenario' exprime a conciencia su premisa y se revela, no tardando mucho, como una lúcida sátira sobre la cultura de la cancelación, entre otras materias de estudio de plena actualidad. Empieza con buen pie, perdiéndose ligeramente en su tercer acto, pero cumple con creces con la reflexión y el entretenimiento, sobre todo gracias al esfuerzo actoral de Cage, a ratos inquietante sin apenas mover un dedo. El público está acostumbrado a que el camaleónico artista, rey de la pista, reparta cal y arena a mansalva. Su inusual filmografía nos trae rarezas delirantes como 'Mandy', 'Prisioneros de Ghostland' o 'Willy´s Wonderland', pero también curiosas aportaciones recientes como 'El insoportable peso de un talento descomunal' o la reivindicable 'Pig', un emotivo drama sobre la pérdida que interpreta con extrema sutileza. Sin duda, el rarito de los Coppola es uno de los rostros más desconcertantes del cine actual, prolífico a rabiar. Aquí pasa a ser el foco de millones de extraños que le idolatran de la noche a la mañana, pero la gestión de la fama es una tarea sumamente dificultosa que este recomendable estreno describe como una posible pesadilla irracional.

Al rol de Cage le crecen demasiado las pelusas en el ombligo. Domesticar el ego se torna un suplicio en tiempos de viralidad. 'Dream Scenario' también ofrece al espectador algunas llamativas secuencias que sirven de ejemplo de cómo integrar bien los efectos visuales en un filme que se mueve en el terreno del realismo mágico con algarabía. Que Matthews sea Cage añade un plus a un show que parte de una idea genial. Cage es mucho Cage. Absolutamente impredecible e impagable. Si no existiera habría que inventarlo.