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Demi Moore es en 'La sustancia' una estrella televisiva del fitness sometida a la dictadura de la imagen.
Demi Moore se baña en sangre joven en la película más salvaje del año

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'La sustancia' puso patas arriba el Festival de Cannes con su denuncia de la violencia estética que sufren las mujeres en clave de terror gore

Jueves, 10 de octubre 2024, 11:50

Lo primero que vemos en 'La sustancia' es una inyección a la yema de un huevo, que da como resultado una nueva yema que emerge de la anterior. Corte a una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Pertenece a una madura actriz estrella del fitness, cuyo programa se cancela porque sus carnes ya no están tan firmes y prietas como las de una chica joven. Elisabeth (Demi Moore) recurrirá a la 'sustancia', una inyección que promete la eterna juventud. Su columna vertebral se abrirá y parirá a una nueva versión de sí misma, más joven, bella y en forma (Margaret Qualley). Pero hay reglas: una semana vivirá una mientras la otra permanece como en hibernación. «Recuerda, ambas sois una», alerta un mensaje. Alterar ese equilibrio puede provocar resultados inesperados.

Estrenada en el Festival de Cannes, donde obtuvo el premio al mejor guion, 'La sustancia', en cines desde el 11 de octubre, es una cinta de terror con todas las letras. Un desparrame gore más propio del Festival de Sitges, donde ha entusiasmado estos días. Una gozosa maravilla obra de una directora, la francesa Coralie Fargeat, que no teme pasarse de frenada, que saquea mil referencias, que cuenta en imágenes y no en palabras (hay muy pocos diálogos en el filme), que aterra, divierte y asquea. Y qué valentía la de Demi Moore, jugando con su imagen en esta denuncia de la violencia estética que sufren las mujeres en el mundo del espectáculo.

Tráiler de 'La sustancia'.

El segundo largometraje de la autora de 'Revenge' bebe de un clásico de las historias de terror: la figura del doble, el 'doppelgänger', Doctor Jekill y Mr. Hyde. Esa 'sustancia' verde fluorescente que se inyecta la protagonista remite sin duda a uno de los filmes de terror más celebrados de los 80, 'Re-Animator', de Stuart Gordon, que ponía al día la figura del 'mad doctor' inspirándose en Lovecraft. El humor irónico y el erotismo hortera de 'Showgirls' de Paul Verhoeven también recorren 'La sustancia', que pone a prueba el estómago de los espectadores en un final apoteósico y excesivo, que lleva a cotas inauditas la explosión de sangre, vísceras, vómitos, fluidos y secreciones varias. Como si 'Carrie', de Brian de Palma, se encontrara con 'Society', de Brian Yuzna, y sus grotescas escenas de orgías de carne deforme alimentadas por el cine de David Cronenberg.

Una imagen de 'La sustancia'.

De tiranía de la belleza y dictadura de la imagen, de la crueldad del show business, sabe mucho Demi Moore, que a sus 61 años no teme desnudar su cuerpo y entregar su alma a un personaje llamado a inaugurar una nueva fase en su carrera. 'La sustancia' es una farsa en la que los hombres son patanes que comen como cerdos y solo ven a las mujeres como objeto de deseo: la grosera energía con la que Dennis Quaid interpreta su personaje de jefazo televisivo es divertidísima. Fargeat firma una de las películas más provocadoras del año, llamada a provocar risas nerviosas y a desatar entusiasmos incondicionales y abandonos en el patio de butacas.

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