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Ryan Reynolds y Hugh Jackman, son Deadpool y Lobezno.
'Deadpool y Lobezno', el simpático revulsivo que necesitaba Marvel

'Deadpool y Lobezno', el simpático revulsivo que necesitaba Marvel

Ryan Reynolds y Hugh Jackman protagonizan la única cinta del universo que llegará este año a los cines

Iker Cortés

Madrid

Miércoles, 24 de julio 2024, 01:37

'Deadpool y Lobezno', la película que este jueves llega a la cartelera, tenía que hacer frente a un complicado objetivo: renovar el interés del público por el universo Marvel. Hace tan solo unos años, cualquier película del sello era sinónimo de taquillazo, un valor seguro con el que calmabas a los exhibidores y seguías llenando las arcas de la todopoderosa Disney. Pero de un tiempo a esta parte, los ánimos por los superhéroes parecen haber descendido hasta posiciones antes insospechadas. No en vano, la de este jueves será la única película que Marvel estrene en todo el año.

Quizá por ello se han decantado por Deadpool y Lobezno, dos de los personajes más queridos del universo y no tan antagónicos como pudiera parecer a primera vista. Encarnado por Ryan Reynolds, el primero, Wade Wilson, es el más irreverente, deslenguado, ácido y violento superhéroe de la llamada Casa de las Ideas. Reynolds dio vida al personaje por primera vez en 2016, con una primera entrega que sacudía todos los estándares de Marvel. La violencia, llena de momentos gore, y el lenguaje explícitos obligaban a otorgar la clasificación R en Estados Unidos, lo que significa que no es apta para menores de 17 años. La decisión no es baladí porque implica dejar fuera a un importante número de seguidores y a una suculenta porción de la taquilla, pero se ha mantenido en el resto de entregas y es lógico: no sería una película de Deadpool si no estuvieran ahí los chistes soeces acerca de frotarse la almeja, la cocaína -«la caspa del maligno», la llega a llamar la vecina invidente de Wade- o los desmembramientos y los salpicones de sangre y vísceras.

Al segundo le vuelve a dar vida Hugh Jackman, que se metió por primera vez en la piel del personaje en el año 2000 y que, con la crepuscular 'Logan' (James Mangold, 2017), parecía haber dicho adiós para siempre al personaje. «Ni siquiera puedo explicarte el razonamiento; algo en mi instinto me hizo decirme que tenía muchas ganas de interpretar a Lobezno en este contexto porque era algo nuevo y diferente, que creía que los fans querrían ver y que yo quería hacer como actor», explicaba el actor hace unos días en una entrevista en la radio. En realidad, Lobezno es igual de violento que Deadpool, aunque sus acciones en pantalla no se reflejen de forma tan cruenta. Eso sí, el personaje carece de sentido del humor y es ahí donde ambas personalidades chocan, como bien refleja un guion acertado y un pelín enrevesado en el que, además de Rhett Reese y Paul Wernick, responsables de las anteriores entregas, han participado el propio Reynolds, que ya metió mano en la segunda parte, Zeb Wells y Shawn Levy, director de la cinta y responsable de películas como 'Free Guy' o 'El proyecto Adam'.

Que Deadpool y Lobezno acabaran juntos en una cinta era una idea que Reynolds ya acariciaba desde la primera entrega de su franquicia, pues el personaje expresaba en repetidas ocasiones, derribando la cuarta pared como acostumbra, sus ganas de verse las caras con Lobezno. Al fin y al cabo, ambas franquicias pertenecían a la 20th Century Fox, que finalmente adquirió Disney. Con la compra, el personaje a formar parte del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM), comandado por Kevin Feige, con quien Reynolds comenzó a reunirse en 2019 para llevar a buen puerto una tercera entrega. Tras varios encuentros, planteados ya desde la negativa de Jackman a volverse a meter en la piel del superhéroe, Reynolds de pronto recibió una llamada en 2022: el actor australiano había cambiado de opinión.

Tres fotogramas de la película.
Imagen principal - Tres fotogramas de la película.
Imagen secundaria 1 - Tres fotogramas de la película.
Imagen secundaria 2 - Tres fotogramas de la película.

Faltaba por ver cómo encajar ambos mundos y ahí entra en juego nuevamente la idea del multiverso, un concepto que las últimas cintas de Marvel han explorado con mayor o menor fortuna. En su afán por hablar directamente al espectador, Deadpool relata lo que ya sabemos, que Disney ha comprado Fox y que cuando surgió la oportunidad de hacer otra película pensaron en Lobezno. Pero, claro, era difícil recuperar al personaje que se sacrificó en 'Logan' sin deshonrarlo. Así que la primera secuencia de la cinta muestra al antihéroe desenterrando un cadáver que ahora mismo es solo un esqueleto de adamantium con la esperanza de que se esté recuperando.

No es así, pero no le viene mal porque tras la pequeña frustración, Deadpool aprovecha los huesos de Lobezno para hacer caldo a unos esbirros de Mister Paradox (el fantástico Matthew Macfadyen, Tom Wambsgans en 'Succession'), en una secuencia de créditos tan divertida y estimulante como una pizca bochornosa, merced a la banda sonora de boyband que la conduce y a los bailecitos que se marca Deadpool. Al parecer, Paradox ha diseñado una máquina que acelera el borrado de líneas temporales una vez que el ser vital que las protege ha muerto, y con el fallecimiento de Logan, le ha propuesto a Deadpool saltar a la Sagrada Línea Temporal, junto a los Vengadores. Lejos de aceptar la proposición y con el miedo a perder a los suyos, Deadpool se embarca en una misión para tratar de encontrar a otro Lobezno capaz de proteger el universo en el que ambos se encuentran.

Humor punzante, escatológico y chorra

Comienza así un rocambolesco 'tour de force' lleno de humor punzante, escatológico y chorra -no significa que sea para niños-, con un puñado de guiños a los amantes de Marvel, que, pese a todo, no ralentizan la narración. La búsqueda de un Lobezno más o menos apropiado, la peculiaridad del traje amarillo, los traumas que arrastran los dos, la llegada al vacío, una suerte de purgatorio con tintes de 'Mad Max' -ojo, porque hay referencias directas- donde van a parar los desechos del universo Marvel, o una suerte de crisis de la mediana edad son algunos de los asuntos en torno a los que pivota una divertida comedia que pierde fuelle, precisamente, cuando la acción pasa al primer plano.

El exceso de vísceras, tajos y palizas hacen que las secuencias más movidas pierdan contundencia. Así, las dos principales batallas -la primera, frente a la dueña del cortijo del vacío, junto a un equipo impensable de nuevo cuño; la segunda, frente a un ejército de clones- carecen de fuerza, aunque las risas logren distraer al espectador. Por otro lado, experimentos como la pelea en el interior de un Honda dejan claro que los coreanos son bastante mejores en esto de plasmar un buen combate en espacios ínfimos.

Marvel andaba necesitada de un película como 'Deadpool y Lobezno', un reclamo refrescante y tonto, que dejara a un lado el tono más solemne en el que el universo se había ido instalando a fuerza de épica y decenas de entregas con sus tramas interconectadas entre sí. No cabe duda de que a la cinta le viene de perlas ser el único largometraje que la Casa de las Ideas estrenará en 2024 en cines, tras años de cartelera saturada, pero en resumen es una estupenda película de superhéroes que reúne a dos de los personajes más queridos del sello.

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