Borrar
Las noticias imprescindibles de Salamanca este domingo 19 de enero
Lluis Marques, Anna Castillo y Oriol Pla, en un fotograma de la película.
Crítica de 'Girasoles silvestres' | Historia de tres relaciones amorosas

Crítica de 'Girasoles silvestres' | Historia de tres relaciones amorosas

Jaime Rosales dirige esta película, un largometraje que trata de dar respuesta a algunas de las preguntas que se hizo en 'Hermosa juventud'

Iker Cortés

Madrid

Viernes, 14 de octubre 2022, 01:54

Desde el principio, Óscar no inspira mucha confianza al espectador. Se curra y se machaca el cuerpo, pero no parece tener gran interés por nada. Bueno sí, por Julia, una joven de 22 años y madre de dos niños, por la que sí que siente ... algo especial. Acerca de ella va 'Girasoles silvestres', la nueva película de Jaime Rosales, que este viernes llega a la cartelera y que, de alguna manera, entronca con 'Hermosa juventud' (2014), el retrato de aquella joven pareja, interpretada por Ingrid García Jonsson y Carlos Rodríguez, que trataba de sobrevivir en la España actual, en la precariedad, sin apenas dinero ni perspectivas. Ahora, dice el director, ha tratado de dar respuesta a las preguntas que se hacía entonces. Lo hace contando la relación de Julia, a la que da vida una magnífica Anna Castillo, con tres chicos muy distintos en un viaje de madurez a la búsqueda del amor real.

Rosales abandona aquí su vertiente más experimental y logra su película más comercial y cercana al público. Lo hace con un ensayo sobre las relaciones afectivas en el que aborda tres tipos de masculinidades muy distintas. La primera, decíamos, es la que representa Óscar (Oriol Pla), un tipo sin oficio ni beneficio, bastante conflictivo, que poco a poco va calando en la joven. Arrebatos, promesas, un amor apasionado e intenso, que pronto se convierte en tortuoso y hasta violento. Los celos, la toxicidad y la posesión salen a relucir a través de unos diálogos realistas y potentes, excelentemente interpretados, en secuencias muy bien resueltas con la cámara.

El segundo, Marcos (Quim Ávila), representa al hombre de su pasado, la persona a la que recurre cuando todo marcha mal. Es el padre de sus hijos, vive en Melilla y está en el Ejército. Coescrito junto a Bárbara Díez, el guion describe aquí, fundamentalmente, elementos como la falta de comunicación entre dos personas y la inmadurez de unos personajes que no parecen encontrarse en el mismo punto del camino en la vida. El tercero, Álex (Lluis Marques), es el más aburrido de los tres, el que menos felicidad promete, pero también el que tiene la cabeza más amueblada. Mejor posicionado socialmente, apoya a Julia en sus deseos y necesidades aunque, a menudo, ambos choquen.

Vídeo.

Por medio de elipsis -benditas elipisis, por cierto, ahora que parece que los directores y guionistas necesitan contarlo todo-, Rosales entrega su película más optimista hasta el momento, un retrato certero y real de las relaciones amorosas y de las dificultades que atraviesan los jóvenes en la actualidad, para acabar señalando que todavía hay esperanza, pero que no llega caída del cielo y hay que lucharlo y pelearlo. ​

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

salamancahoy Crítica de 'Girasoles silvestres' | Historia de tres relaciones amorosas