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Pedro Almodóvar es un señor de 75 años con un estatus mundial de gran cineasta que puede permitirse rodar la historia que quiera. En su primera película en inglés, filmada entre España y EE UU, reivindica el derecho a morir con dignidad, a decidir cómo serán nuestros últimos días con una enfermedad incurable, y a decir basta y elegir el momento de la partida. A esa defensa firme de la eutanasia se añaden otras consideraciones políticas –auge de la ultraderecha, liberalismo, crisis climática– que algunos verán como sermones impostados. No son lo más logrado de una película que va de menos a más, que no se contará entre sus grandes obras, pero que reserva momentos de emoción en su segunda parte gracias a dos actrices excelsas como Julianne Moore y Tilda Swinton.
'Cuál es tu tormento', novela de la neoyorquina Sigrid Nunez editada por Anagrama, inspira el guion de un drama que reúne después de muchos años sin verse a una escritora de autoficción (Moore) y una reportera de guerra que cubrió conflictos para el 'New York Times' y que ahora libra una batalla contra el cáncer de cérvix (Swinton). El tratamiento experimental al que se somete no da los frutos esperados. Así que pide a su amiga que la acompañe en sus últimos días en una casa que ha alquilado en las afueras de Nueva York. Que esté en la habitación de al lado mientras toma una pastilla que ha adquirido en la Dark Web para poner fin a su sufrimiento.
La avalancha de información en los primeros compases del filme aturulla. No están nada conseguidos los flashbacks que repasan la vida de la periodista, en los que los españoles Juan Diego Botto, Victoria Luengo y Raúl Arévalo demuestran su nivel de inglés. La cinta se sosiega y gana enteros cuando las amigas se establecen en el precioso chalet high tech de Woodstock (en realidad es El Escorial).
'Dublineses', la adaptación testamentaria de 'Los muertos' de Joyce, que John Huston dirigió en silla de ruedas y asistido con oxígeno, resulta fundamental en su melancolía y añoranza del recuerdo de una vida. La pintura de Edward Hopper 'Gente al sol' y su singular tristeza también es esencial en un filme donde la lista de referencias artísticas que aparecen o se citan es larga: Martha Gellhorn, Maruja Mallo, Cristina García Rodero, Louise Bourgeois...
El problema con 'La habitación de al lado', León de Oro en Venecia, es que no nos arrebatan igual las criaturas del director que sentimos próximas a nosotros que estas dos mujeres sofisticadas, que se mueven en bellísimos escenarios almodovarianos, ya sea una irreal habitación de hospital o una casa de diseño. Quizá nos faltan las tripas costumbristas que han alimentado a lo largo de las 22 películas anteriores a personajes que reconocemos. La gravedad y trascendencia de una historia que debería rompernos el corazón aparecen impostadas.
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