Leonor: «Me debo desde hoy a todos los españoles, les pido que confíen en mí»

Bajo el retrato de Carlos III, y tras recibir el Collar de la Orden que el monarca fundó en 1771 y que lleva su nombre, Leonor de Borbón Ortiz hizo una declaración de principios al proclamar su compromiso al servicio de los españoles con la Carta Magna como marco democrático que hace posible la convivencia en libertad y como guía de todos sus pasos. «Me debo desde hoy a todos los españoles, a quienes serviré en todo momento con respeto y lealtad. No hay mayor orgullo», aseguró ante los poderes del Estado y el Gobierno en funciones –excepto los tres ministros de Unidas Podemos– reunidos en una cita histórica en el Palacio Real.

El mismo texto constitucional que rubricó su abuelo Juan Carlos I hace 45 años y que como recordó don Felipe durante el almuerzo oficial que se celebró en honor de su primogénita –con la presencia de los dos padres de la Carta Magna que quedan vivos, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Miquel Roca flanqueando a Leonor– trajo la libertad y la democracia a España. Dos valores, advirtió no obstante el actual jefe del Estado, que «no se construyen de un día para otro», sino que «precisan de un cuidado continuo y de una mejora permanente». «El deber de Leonor, como también es el mío –remarcó–, es cumplir y respetar la Constitución».

En su primer discurso con todas las atribuciones para llegar a ser la futura Reina, Leonor dejó claro que es muy consciente de lo que implica su labor como heredera, para la que lleva preparándose desde la cuna y que espera corresponder «con la mayor dignidad y con el mejor ejemplo». También de lo que la Corona simboliza y representa: la unidad y permanencia de España. Unas palabras que toman especial relevancia en plena negociación entre el PSOE y el independentismo catalán para sacar adelante la investidura de Pedro Sánchez y en el que los soberanistas dan la amnistía por descontada mientras insisten en un referéndum de autodeterminación.

En ese camino que emprende desde ahora y en el que afronta el reto de aunar la continuidad de la monarquía parlamentaria y proyectar al mismo tiempo la institución a las nuevas generaciones, la princesa de Asturias tendrá «muy presentes» las palabras que el Rey le traslado en enero de 2018 cuando le entregó el Toisón de Oro. Con ellas le exhortó a servir a España «con humildad» siendo consciente de su posición institucional siempre bajo el manto constitucional.

Con ese espíritu, y sirviéndose del ejemplo de su progenitor, Leonor prometió conducir sus actos en todos los ámbitos de su vida «atendiendo siempre a los intereses generales de nuestra Nación» y manteniendo «un comportamiento que merezca el reconocimiento y el aprecio de los ciudadanos». Ese es el empeño principal de Felipe VI desde que asumió en 2014 la Jefatura del Estado, tras la abdicación de Juan Carlos I, ayer ausente en los actos oficiales y para quien se guardó una presencia discreta en la celebración posterior, ya de carácter privado, en El Pardo.

En el desempeño de su actividad institucional, Leonor de Borbón Ortiz «no estará sola» y encontrará en su familia «el necesario apoyo más personal». Así se lo transmitió un orgulloso Felipe VI, que tuvo continuos gestos de cariño y complicidad con su primogénita, y que aprovechó su alocución para enumerar los principios que deberá tener en cuenta Leonor cuando sea Reina. «El sometimiento al Estado de Derecho constituye una exigencia para la Corona», le dijo recordando las palabras que en 1986 pronunció el entonces presidente del Congreso, Gregorio Peces-Barba en ocasión de su propio juramento.

En el desempeño de su actividad institucional, Leonor de Borbón Ortiz «no estará sola» y encontrará en su familia «el necesario apoyo más personal». Así se lo transmitió un orgulloso Rey a la par que padre, que tuvo continuos gestos de cariño y complicidad con su primogénita, y que aprovechó su alocución para enumerar los principios que ella deberá tener en cuenta cuando sea Reina. «El sometimiento al Estado de Derecho constituye una exigencia para la Corona», le dijo recordando las palabras que en 1986 pronunció el entonces presidente del Congreso, Gregorio Peces-Barba, con ocasión de su propio juramento.

Con él, la aceptación del sistema parlamentario ,que supone el reconocimiento de las Cortes como la institución que representa al pueblo español, su compromiso de servicio a las instituciones y a los ciudadanos o la lealtad al propio Rey. «El conjunto de los españoles –a los que te debes− sabrá reconocer tu entrega y dedicación con su aliento y su afecto», indicó el monarca a su hija.

El jefe del Estado reivindicó además el «respeto a la independencia y a la separación de poderes» como «pilares esenciales de toda democracia representativa», e hizo un alegato a favor de la «unidad y permanencia de España» bajo la atenta mirada del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y de los ministros Félix Bolaños y María Jesús Montero, ambos al frente de las negociaciones para la investidura del socialista.

Sánchez, que pronunció un breve discurso protocolario antes de la concesión a la princesa de la condecoración de Carlos III, defendió la Constitución del 78. «Es la promesa que hicieron nuestros padres», resaltó el jefe del Ejecutivo en funciones, que felicitó a Leonor por «el compromiso» asumido al jurar la Carta Magna en la sesión conjunta de las Cortes ante los representantes de la ciudadanía, el Poder Legislativo.