Se encona la negociación presupuestaria en Cataluña

Semanas atrás, el Govern cerró un acuerdo sobre presupuestos con los comunes. De esta forma, pasó a tener asegurado el apoyo de 41 diputados (sobre 135). Lejos aún de la mayoría necesaria para aprobar las cuentas. El Gobierno catalán necesita el respaldo del PSC o de Junts. Su objetivo es contar con ambos y con los dos grupos mantiene abiertas las negociaciones. Pero tanto los socialistas como los junteros han enfriado este miércoles un acuerdo inminente, que la portavoz del Ejecutivo catalán quiso ayer dar casi por hecho.

Según el Govern, existe un principio de acuerdo con el PSC en el 87% de sus peticiones. Los socialistas lo niegan. Además de reclamaciones propias de las partidas presupuestarias, los de Illa han puesto sobre la mesa demandas políticas, que han obstaculizado el acuerdo. El Govern critica ahora a los socialistas que hagan reclamaciones «extra presupuestarias», que no tienen nada que ver con los números del Ejecutivo autonómico, como la ampliación del aeropuerto del Prat, el proyecto del Hard Rock en Tarragona, el cuarto cinturón de Barcelona, así como también despolitizar el CEO y que este pase a depender del Parlament y no de Presidencia, así como frenar la apertura de delegaciones del Govern en el exterior. Los socialistas exigen todas sus peticiones. «Deben aceptar nuestro paquete de medidas», ha afirmado este miércoles, la portavoz socialista Alicia Romero.

En el Govern han vuelto a apelar a la responsabilidad y al sentido común de los socialistas y de los junteros y al PSC le han advertido de que los grandes proyectos que defiende quedan «totalmente fuera» de la negociación, lo que choca con la posición de la formación liderada por Salvador Illa. El Gobierno catalán vuelve a amenazar con aprobar ya las cuentas en el consejo ejecutivo, sin un acuerdo previo con los grupos para iniciar cuanto antes la tramitación, pero el PSC replica a Aragonès que si consuma la amenaza se encontrará una enmienda a la totalidad. Las reclamaciones de unos y otros chocan entre sí. Mientras el PSC pide que se frene la apertura de delegaciones catalanes en el exterior, Junts lo critica. Y además, los comunes han advertido al Govern de que considerarán roto su acuerdo, si cede con las peticiones socialistas como el proyecto del Hard Rock.