El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha anunciado la culminación de un proceso de reorganización interna que ha durado cuatro años. El servicio de espionaje español, compuesto por más de 3.000 hombres y mujeres, ha llevado a cabo una «profunda transformación de la cultura ... de trabajo» para adaptarse al proceso de digitalización y hacer frente a los desafíos presentes y futuros con mayor eficacia, señaló este lunes la directora del CNI Esperanza Casteleiro, acompañada en una comparecencia por la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el número dos de la institución, Arturo Relanzón.
Publicidad
Este plan comenzó tras el nombramiento de la anterior directora del CNI, Paz Esteban, y ha concluido bajo la etapa de su sucesora Casteleiro, que este lunes ha abierto las puertas de La Casa -denominación coloquial de esta institución adscrita al Ministerio de Defensa- para presentar esta importante modificación organizativa.
La irrupción de la pandemia de la Covid-19, cuyas consecuencias económicas, industriales y energéticas «seguirán» afectando a corto y medio plazo, y la «agresión» a Ucrania por parte de Rusia han intensificado el ritmo de los cambios en los tres últimos años. En este entorno, caracterizado por su «volatilidad», comentó Casteleiro, el CNI ha desarrollado un programa de transformación digital destinado a conseguir mejores capacidades en materia de obtención de información, integración y análisis, así como de perfiles profesionales y de procedimiento para anticiparse a las nuevas amenazas e impulsar los intereses estratégicos del país.
La novedad de esta reorganización interna es la creación de los llamados «centros de misión». Se trata de unas unidades específicas adaptadas a los objetos establecidos por el Gobierno en la directiva de inteligencia -las líneas de actuación generales de la institución-, con el fin de optimizar su funcionamiento y mejorar sus resultados.
El objetivo, resumió Casteleiro, es adoptar un modelo con el que se garantiza la coordinación y la comunicación entre los organismos que intervienen en la obtención de los datos y la adecuación continua de la metodología, los procedimientos y la distribución de los recursos.
Publicidad
En detalle, los cambios suponen un incremento de personal dedicado a la obtención de información por procedimientos técnicos y operativos, así como la potenciación de las capacidades idiomáticas y el aumento de expertos dedicados al análisis avanzado de la información y a la elaboración y difusión de inteligencia.
En definitiva, la modificación de la cultura de trabajo del CNI supone que «el principio de necesidad de saber se complementa con otro cada vez más relevante: la necesidad de compartir», señaló Casteleiro, que puso en valor los sistemas tecnológicos adquiridos por el Centro -este año cuenta con un presupuesto de 337 millones de euros- para la obtención, gestión y explotación informativa de los datos en unas condiciones de seguridad más elevadas.
Publicidad
La ministra Margarita Robles subrayó la necesidad de acercar el trabajo del Centro a los ciudadanos y asumió que el «desconocimiento» está motivado por el secreto al que obligan sus actividades. Una circunstancia que facilita «campañas de desinformación» y «conclusiones injustas», lamentó Robles.
Por su parte, Casteleiro coincidió en que la labor de los miembros del CNI es siempre anónima y discreta, pero su trabajo «ayuda a salvar vidas». «Es de todos. Es una suerte que tengamos estos servicios de inteligencia velando constantemente por la seguridad de los españoles», alabó.
Publicidad
Los servicios secretos españoles están compuestos por un 76% de personal civil, un 18% de Fuerzas Armadas y un 6% de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. De ellos, el 66% son hombres y el 44%, mujeres.
El director de Inteligencia del CNI (prefirió mantener el anonimato) explicó las cuatro áreas en las que se centra actualmente el trabajo: inmigración ilegal, contraterrorismo, contrainteligencia y contraproliferación de armas no convencionales. Respecto a la primera, explicó que la labor del CNI se centra en las mafias y en ningún caso son objetivo los inmigrantes. Y en el apartado del terrorismo, destacó la inestabilidad del Sahel, la región del África Subsahariana que se extiende a lo largo de varios países, como el gran desafío presente y futuro para la seguridad nacional.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.