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Jesús Domínguez
Lunes, 24 de febrero 2025, 07:04
El tópico de «renovarse o morir» no es tan sencillo cuando uno tiene voluntad, pero no demasiadas posibilidades. Así sucede en nuestro rural, donde la pérdida de oportunidades por mor del éxodo a las ciudades ha derivado en una suerte de país vaciado que lamenta Villarrabé. Y es que, aunque el Ayuntamiento se afana en intentar conseguir alternativas laborales que permitan mantener la población estable, esta sufre cada año un goteo que hace que el censo se vea reducido y que el pueblo, lamentan los lugareños, esté en riesgo de perder perspectivas de futuro. No sucede en todos los casos, no obstante, dado que más de un vecino joven ha mostrado el compromiso con su entorno y con la tradición económica del municipio quedándose a vivir en él. Frente al envejecimiento progresivo que ha afectado al municipio durante décadas, este reducto de resilientes ofrece el rayo de esperanza tan deseado para mirar al mañana con otra cara.
Y es que, si bien la mayoría de los vecinos ya están jubilados y los menores de 40 años son escasos, hay quienes han optado por quedarse y construir su porvenir en la tierra de sus padres y abuelos, valiéndose de los oficios de siempre, de la agricultura y la ganadería, que han sido tradicionalmente el motor económico del municipio. Aunque hoy en día estas actividades se han reducido a un nivel casi de subsistencia, aún persisten, en manos de quienes renuncian todavía a abandonar el campo y de nuevas generaciones que, aprovechando la irrupción de las nuevas tecnologías en estos sectores, se han sumado a ellos para forjar un Villarrabé resistente. Allí donde otros podían ver un horizonte incierto, estos vecinos han encontrado estabilidad y calidad de vida combinando tradición y modernidad; introduciendo nueva maquinaria que complemente la esencia tradicional que han conocido de sus mayores.
Además de la producción agrícola y ganadera, Villarrabé cuenta con dos industrias lácteas destacadas, como son la quesería artesanal Valle de San Juan y la Central Lechera Vega Saldaña. Estas empresas siguen generando hoy día empleo no solo en el municipio, sino también en localidades cercanas, permitiendo que muchas familias puedan mantenerse arraigadas a su tierra sin necesidad de emigrar.
Estas industrias, de un tamaño relativo, representan una alternativa laboral valorada en la zona. Gracias a ellas, los vecinos pueden seguir viviendo en sus hogares sin contribuir a la despoblación de la llamada España vaciada. Con iniciativas así, se refuerza la idea de que la vida en el medio rural no solo es posible, sino que también puede ser una opción viable y con futuro.
La agricultura y la ganadería han sido pilares fundamentales en la vida de Villarrabé. Durante generaciones, muchos han apostado por este modo de vida, y ahora, a pesar del envejecimiento de la población, unos pocos jóvenes han decidido quedarse y trabajar el campo. No es una tarea fácil, ya que requiere una gran inversión en maquinaria y mantenimiento de las tierras. Sin embargo, es alentador ver cómo una nueva generación intenta tomar las riendas de este sector, algo impensable hace algunos años.
Los tiempos han cambiado, y hay quienes optan por vivir en Villarrabé, no solo por la tranquilidad del entorno rural, sino también para conservar las tradiciones ligadas a su tierra. Mantener vivo este legado agrario es clave para transmitir a las futuras generaciones el amor y respeto por el campo. Para los mayores del pueblo, muchos de ellos jubilados, sería un gran orgullo que esta conexión con la tierra perdurara. Sin embargo, la despoblación afecta a toda la comarca, con pueblos que ven disminuido su censo año tras año.
En nuestro Ayuntamiento no hay paro, pero sí escasez de viviendas para quienes desean quedarse. Villarrabé ofrece atractivos ligados a la calidad de vida rural, lo que ha motivado a estos jóvenes agricultores y ganaderos. Lamentablemente, son pocos, y esto se debe a la falta de apoyo institucional para frenar la despoblación.
Entre las oportunidades del municipio destacan las industrias lácteas, que generan empleo en nuestros cuatro núcleos poblacionales. Desde el Ayuntamiento, trabajamos para preservar esta historia, garantizando servicios de calidad y apoyando a nuestros vecinos, porque la vida en el pueblo es posible y merece ser impulsada con políticas que protejan el futuro del medio rural.
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