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Angie Calero
Domingo, 13 de octubre 2024, 03:20
Que España y Portugal son países hermanos queda de manifiesto en cualquiera de los territorios fronterizos entre ambos países. Pero esta hermandad es mucho más intensa cuando cruzas desde Ayamonte (Huelva) hacia el Algarve, la región más al sur de Portugal.
Esta zona lusa ... tiene mucho de la magia de Andalucía. Sus playas inmensas, el carácter abierto de sus gentes, sus rutas naturales que transcurren paralelas a la costa o se pierden en la intimidad de sus bosques, y, por supuesto, su gusto por una cocina sin artificios, además del clima suave que te acaricia.
Nos sumergirnos en ese territorio al volante del nuevo BMW X3 20d xDrive y recorremos los 175 kilómetros que separan Ayamonte del Cabo de San Vicente. Un viaje bastante cómodo que permite disfrutar de los paisajes hipnóticos del Algarve.
Si hacer kilómetros en carretera ya supone alejarse del ruido diario para gozar de nuevos entornos que permitan desconectar, en una ruta por el sur de Portugal se consigue con más facilidad si el coche te permite abandonar el teléfono móvil en un capazo en el maletero y poner el destino final del trayecto en el sistema de navegación BMW Maps e iniciar sesión en Spotify.
El sistema de sonido envolvente Harman Kardon completa el objetivo de fluir y desconectar con una lista de reproducción bien estudiada para el viaje en la que no faltan Carlos Sadness, Lou Reed, Quique González, David Bowie, C. Tangana o Suki Waterhouse.
En el trayecto hasta Cabo de San Vicente, donde disfrutaremos de un reconfortante atardecer, desayunamos en la Ponta da Piedade, en Lagos, después de recorrer del tirón 132 kilómetros por carreteras principales y secundarias de Portugal, que no se hacen nada pesadas gracias a los asientos deportivos regulables con ventilación y apoyo lumbar.
La conducción también se hace muy ligera por el motor diésel de cuatro cilindros en línea del coche, que cuenta con la tecnología EfficientDynamics, con Start&Stop de serie con recuperación de energía en el frenado. A todo esto se suma el sistema de propulsión que suma 197 CV con los que deslizarse por la carretera con total fluidez.
Dejamos atrás los inmensos acantilados de la Ponta da Piedade para llegar a Praia do Belinche. Un trayecto de 37 kilómetros por la recta de dos carriles de la N125 de Portugal. El delimitador de velocidad hace la conducción mucho más fácil, con un sistema de frenado que se activa solo cuando detecta un coche a corta distancia.
Antes de disfrutar de unas sardinas a la brasa en el único chiringuito que hay en Belinche y de sus refrescantes aguas, aparcamos en lo alto de un acantilado. En cuanto se activa la marcha atrás para maniobrar, en una pantalla próxima al conductor aparece la imagen de la cámara posterior, que permite ver todos los ángulos del coche, incluso una panorámica desde arriba.
Estas imágenes se completan con el sonido de colisión en el caso de acercarnos demasiado a otro vehículo. El día termina a 3 kilómetros de allí, en Cabo de San Vicente, con un intenso atardecer, junto al faro y cerca de la fortaleza de Sagres.
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