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Patxi Fernández
Viernes, 3 de mayo 2024, 07:19
Las temperaturas medias y los paisajes reverdecidos hacen de la primavera una de las mejores estaciones del año para aprovechar las ventajas de los vehículos descapotables. Aunque se suele pensar que el verano es la etapa ideal para salir a la carretera sin techo, lo ... cierto es que el sol y las elevadas temperaturas hacen que en muchas ocasiones sus conductores terminen poniendo la capota y el aire acondicionado.
Básicamente hay dos tipos de descapotables. Los que tienen una capota rígida de metal articulable y de accionamiento completamente eléctrico –en algún caso y para aligerar peso de aluminio–, y aquellos más tradicionales que mantienen una capota de tela.
Pero hay al menos otros dos tipos menos comunes. Los Targa, que pierden una parte del techo desmontándolo pero manteniendo la estructura, y los que también mantienen la estructura pero lo único que se abre es una parte del techo mediante una capota de tela que queda enrollada en la parte trasera.
Conducir un cabrio no requiere de un trabajo o esfuerzo especial. Todos ellos, cualesquiera que sean, se conducen exactamente igual que su versión cerrada. Ninguno de los cabrios o descapotables a la venta tanto en nuestro país como en el resto del mundo tienen nada especial. Conviene tener en cuenta que si vamos a realizar un viaje largo, el sol y el viento, pueden llegar a convertirse en una molestia y no en un placer si viajamos a velocidades elevadas. Y, desde luego, para los pasajeros de las plazas traseras siempre será un suplicio en cuanto pisemos con alegría el acelerador.
Por último hay que tener en cuenta dos factores importantes. Las versiones cabrio suelen ser más pesadas y los consumo más elevados por la peor aerodinámica que genera llevar medio coche al descubierto. En cuanto a su configuración, la mayoría ofrecen sólo dos puertas por la necesidad de aumentar la rigidez torsional que crea el perder el techo y cuantos menos huecos (una puerta lo es), mejor.
Si nuestro temor son las inclemencias del tiempo y la lluvia, las velocidades a las que se pueden abrir o cerrar las capotas son cada vez menores, aunque depende de si el techo es rígido o de tela. E incluso en muchos casos esta tarea se puede realizar circulando hasta los 50 km/h. Si tenemos miedo al frío, fabricantes de marcas como Mercedes o Audi han ideado sistemas de calefacción a la altura del cuello con salidas de aire caliente en los reposacabezas.
En cuanto a la oferta de precios, podemos comprar un cabrio nuevo desde unos 19.800 euros. El límite puede ser casi infinito, en función de las necesidades o del tipo de capricho que nos queramos dar y de nuestro presupuesto.
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El mercado de segunda mano es una buena forma de tomar contacto con este tipo de coches, ya que hay descapotables desde unos 1.500 euros. Según Ignacio García, analista de Sumauto (Autocasión y Autoscout 24), «hay que revisar especialmente la presencia de óxidos, ya que este tipo de vehículos se ven normalmente afectados por el salitre sobre todo si provienen de zonas costeras». Este experto nos cuenta que en determinadas épocas del año es posible acceder a descapotables procedentes de flotas de alquiler, en buenas condiciones y precios. Los reyes del V.O. son el Fiat 500 y el Abarth 500 (desde 5.000 euros), y entre los más buscados están el Jaguar F-Type (desde unos 39.000 euros).
La automoción está estrechamente ligada a este tipo de vehículos que ahora consideramos «de capricho». De hecho los primeros coches no tenían techo, comenzando por el Mercedes Benz Patent-Motorwagen, considerado el primer automóvil en la historia, patentado por Karl Benz en 1886. Los históricos Ford T, el Mercedes Benz 190 SL (conocido como el Pagoda) o el inolvidable Hispano-Suiza de Alfonso XIII siguen siendo joyas de colección deseadas por todo apasionado del motor.
Otro icono es el Citroën Traction Avant que vemos en la fotografía superior, y que en su 90 cumpleaños es uno de los descapotables más cotizados del mercado de clásicos. Cuando se lanzó en 1934 estaba disponible en versión sedán de cuatro puertas, coupé (o falso descapotable) y en descapotable con parabrisas abatible (o roadster).
Cerrar el coche a las inclemencias meteorológicas fue uno de los factores que caracterizó al desarrollo de la industria de la automoción. Hoy en día los cabrio son sinónimo de elegancia y de disfrute de la conducción al aire libre.
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