Juan Roig Valor
Domingo, 7 de abril 2024, 10:00
Alfa Romeo es una de las marcas más amadas en la automoción. Los aficionados –conocidos como alfistas– los defienden a ultranza hasta el punto de zanjar cualquier argumento sobre mecánica o fiabilidad con la frase lapidaria «un Alfa es un Alfa».
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Es cierto que se ... trata de una marca por siempre ligada en el imaginario colectivo a elementos de la pasión italiana: la sensualidad de las curvas de su carrocería roja, la búsqueda de las altas prestaciones en la competición. Máquinas que siempre provocan una respuesta emocional en sus conductores.
Simplemente con ver un Spider clásico, se conjuran inmediatamente imágenes mentales de conducir en verano por la costa amalfitana, con olor a salitre en el atardecer, camino a por un spritz y un plato de 'spaghetti vongole'...
El origen de la marca se remonta a 1906, cuando Alexandre Darracq, un empresario francés, viendo la oportunidad que había en el mercado italiano debido a unos aranceles altísimos a la maquinaria, decidió crear en Nápoles la Sociedad Anónima Italiana Darracq (SAID).
Un año después, trasladó la fábrica a Milán, decisión que marcaría su historia para siempre. Darracq no tuvo mucho éxito en el mercado italiano y acabó vendiendo en 1910 su empresa a varios empresarios locales, tutelados por Ugo Stella, que había dirigido SAID. El nuevo grupo constituye Anonima Lombarda Fabbrica Automobili o, para acortar, Alfa.
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Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Alfa no pudo hacer frente a sus resultados y tuvo que cerrar, momento en el que el industrial milanés Nicola Romeo se hace con su control y comienza a surtir al Gobierno de material bélico: motores de aviación, munición y compresores.
Después de la guerra, se asentaron definitivamente como Alfa Romeo y comenzaron a usar los motores seis cilindros que desarrollaron para comenzar a dominar las carreras en la década de los '20. Que su piloto de pruebas fuera en tal Enzo Ferrari solo pudo haber ayudado.
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Ahora que conocemos el origen del nombre, queda investigar sobre el logo. El emblema de Alfa Romeo se compone de dos partes en un círculo: en el lado izquierdo, se sitúa la cruz de San Jorge, roja sobre fondo blanco, que es el símbolo de la ciudad de Milán. En la parte derecha se encuentra una serpiente –'biscione' en italiano– devorando a un hombre.
El origen de este símbolo es más críptico. Durante más de mil años, ha pertenecido a uno de los linajes más emblemáticos de la ciudad italiana, la familia Visconti. Existe una leyenda del siglo V, que hace referencia a una terrorífica criatura, una serpiente enorme que devoró a los ciudadanos de Milán hasta que el arzobispo Ottone Visconti se enfrentó a la bestia y le dio muerte.
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Otra, es que un descendiente de ese Visconti se encontró el diseño en el escudo de un soldado sarraceno derrotado en las cruzadas, que el noble italiano trajo de vuelta a su hogar e incorporó a su heráldica. Este símbolo aparece en los escudos más nobles milaneses como el Ducado de Milán o la familia Scorza.
A día de hoy, Alfa Romeo pertenece al conglomerado franco italo americano Stellantis, que afirma que el hombre que está siendo devorado por la serpiente realmente está siendo devuelto al mundo, como una persona renacida.
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