Fiat 500e frente al Fiat 500 Hybrid: El urbanita con más chispa para las zonas de bajas emisiones

El nuevo 500, que volvía a atrapar al gran público con su resurrección en 2007, lleva veinticinco años adaptándose a los gustos de los conductores y dando respuestas a las exigencias tecnológicas impuestas desde la UE. Hoy, en el mercado, se pueden encontrar solo dos mecánicas, la híbrida y la eléctrica. Han quedado atrás los motores de gasolina y diésel del pasado.

La versión del Fiat 500 Hybrid es realmente una hibridación ligera con la que consigue la etiqueta ECO de la DGT. Un pasaporte que le permite circular por las ZBE sin ningún tipo de restricción. Monta un motor tricilíndrico de 1,0 litro, con 70 CV de potencia, que cuenta con el apoyo de un pequeño generador eléctrico de 12V y una batería de litio. Con esta tecnología logra una especial eficiencia al arrancar y en las paradas en atascos o semáforos, lo que se traduce en un consumo más ajustado, que la marca estima que roza los 5 litros de gasolina a los 100 km.

Por su parte, el Fiat 500e apuesta por un propulsor eléctrico de 87 kW (118 CV), que se alimenta de una batería de iones de litio con 42 kWh de capacidad, que le permite una autonomía teórica de 330 km. Pero lo más importante, más allá de la distancia que puede desplazarse con una carga completa, está en el consumo, que es de 13,6 kWh/100 km.

Con este consumo y con el precio actual medio de la electricidad en España, que está en 0,18 euros por kWh (aunque hay alguna oferta de tarifas de 0,03 entre la 1 y las 7 de la mañana), recorrer 100 kilómetros con el modelo eléctrico costará 2,45 euros. Sin embargo, esa misma distancia, con la versión híbrida tendría un coste de 7,52 euros.

Esto quiere decir que amortizar la diferencia de precio entre ambos modelos –el Hybrid cuesta 17.900 euros y el eléctrico de 28.500–, que es de 10.589 euros aproximadamente, se conseguiría a partir de los 140.811 kilómetros. Una distancia que para la batería de 42 kWh del 500e equivale a la distancia incluida en los ocho años de garantía o los 160.000 km, cuando esté al 70 por ciento de su vida útil.

La versión eléctrica es ideal como opción de compra para los urbanitas, los que se desplazan en el interior de la ciudad o en un radio de actuación respecto al domicilio de unos 20 kilómetros. Lo que les permite moverse con una carga del 100%, que le da una autonomía de 330 kilómetros, durante cinco días con un coste de tan solo 8,25 euros. Esos mismos kilómetros, con la versión Hybrid se convertirán en 24,75 euros de gasto en gasolina.

Para los que pretenden viajar distancias mayores, que superen la autonomía eléctrica, la versión híbrida empieza a coger fuerza. Mientras que recorridos superiores a 300 kilómetros exigen a los usuarios del 500e a realizar una buena planificación para encontrar cargadores y a realizar paradas largas para recuperar la batería, con el 500 Hybrid ese problema se diluye. Además, uno de los problemas añadidos de los viajes o escapadas está en la esclavitud de viajar a destinos en los que haya un cargador público. Con una buena planificación se llega al destino, pero lo complicado después está en moverse y recargar en el lugar de vacaciones.

Más allá de las diferencias tecnológicas y los consumos, ambos modelos son prácticamente iguales. Las medidas exteriores son semejantes, con sus 3,6 metros de largo, 1,6 de ancho y 1,5 de alto de media. Esto permite que no haya cambios en la habitabilidad y en el espacio disponible en la zona de carga. Tanto el Fiat 500 Hybrid como el eléctrico ofrecen 185 litros de maletero. Está claro que no es un volumen importante, pero estamos hablando de un modelo urbano del segmento A. Sin embargo, se pueden alojar dos maletas tipo 'trolley', lo suficiente para una escapada de vacaciones en pareja.

El espacio de las plazas traseras puede ser un hándicap en viajes largos. Sus dos asientos ofrecen 120 cm de ancho y 86 de alto. No es un espacio ideal, pero dos adultos se pueden acomodar aunque con una movilidad reducida.

 

El comportamiento y las sensaciones de conducción de ambas versiones es muy similar. Destaca de forma especial en las zonas urbanas por su agilidad, rápida respuesta (especialmente la versión eléctrica) que le convierte en el vehículo ideal para recorrer el centro de las ciudades. En carretera también se muestra impecable en todo tipo de trazados, como pudimos comprobar por las reviradas vías de la Costa Brava (Gerona), donde solventaba sin problemas desniveles superiores al 10% y curvas infinitas de casi 360 grados en las que mostró un perfecto agarre.

La velocidad punta es casi igual, el 500 Hybrid alcanza los 165 km/h y el del 500e está limitada a 150 km/h, lo que le da mucha soltura en autovías a la hora de hacer adelantamientos y poder conseguir buenas medias de viaje.

Tras probar ambas versiones del Fiat 500, el modelo eléctrico tiene más ventajas, porque el ahorro en combustible es importante dada la diferencia en el coste de realizar 100 kilómetros. Pero también es cierto, que para los que les gusta viajar y no tener que estar esclavizados por la escasa infraestructura de recarga que actualmente tiene España, la opción ideal es el 500 Hybrid.