Segunda mano y de combustión: los motoristas desconocen las ventajas de la moto eléctrica

Incluso las motos de baja cilindrada, o lo que es lo mismo, de hasta 125 centímetros cúbicos (cc), las destinadas a la movilidad urbana, «continúan dominando el mercado con 75.079 unidades, frente a las 44.203 unidades de media cilindrada -entre 125 y 750 cc- y las de alta cilindrada -más de 750 cc-», añade Riaño. Estas cifras reflejan que la moto en la ciudad tiene cada vez más protagonismo, aunque las de combustión dominan el mercado.

Precio más económicos, mayor autonomía, independencia de la infraestructura de recarga… son factores determinantes para que los clientes decidan y se decanten por la moto de combustión», sostiene Riaño, a la par que puntualiza que «no hay que olvidar que las motos nuevas de combustión también son muy eficientes y el consumo es muy bajo».

Sin embargo, la moto de segunda mano es la opción más buscada. El 38% de usuarios que se decanta por un modelo usado, pero no muy por encima de aquellos que se decantarían por una nueva con un 34%. El 28% restante no lo tiene claro.

¿El factor? El precio tiene mucho que ver en la decisión de compra de un cliente. Estos datos, extraídos del Estudio de Movilidad en Moto publicado ayer por Anesdor y motos.net derivados de una encuesta realizada a más de 2.300 usuarios de la plataforma, determinan también que la intención de compra es hacia la moto de carretera, con un 64%, frente a un 20% que optaría por el escúter. Una cifra bastante llamativa y opuesta con los resultados del mercado.

Está claro que, en primer lugar, el precio medio de compra de una moto de ocasión es de 4.763 euros, cuando en el caso de las nuevas se triplica hasta alcanzar los 12.423 euros. Luego, finalmente gana la apuesta por la movilidad. Es decir, «la moto aporta muchas ventajas en la nueva movilidad: menos emisiones que otros modelos de transporte, mejor aprovechamiento del espacio en las ciudades, descongestión del tráfico… Y a esto se suman las ventajas que aporta al ciudadano tanto desde el punto de vista económico como en el ahorro de tiempo en desplazamientos», afirma el secretario general de Anesdor.

Por tipología de motor, un 96% asegura que compraría una moto de combustión, frente a solamente un 4% que elegiría una eléctrica. Podría tener que ver que la distancias que se recorren en moto este 2024 son más largas que otros años. Por ejemplo, la distancia media anual en moto este año es de 5.958 kilómetros, al menos que los 6.071 kilómetros del año pasado.

Y en cuanto a la frecuencia de uso, el 38% usa la moto a diario, mientras que, si miramos la finalidad o el contexto de uso, el 73% la utiliza por ocio o turismo, frente al 41% que lo hace para desplazarse al puesto de trabajo o centro de estudios. Todo con una duración media en los trayectos de 41 minutos para recorrer una distancia de 16 kilómetros. No obstante, la información sobre las ayudas gubernamentales a la movilidad eléctrica sigue siendo uno de los talones de Aquiles.

Sólo uno de cada cuatro encuestados conoce los planes de apoyo para la compra de una moto eléctrica. Tres puntos menos incluso que el año pasado. Y únicamente un 4% ha llegado a solicitar esa ayuda para la compra. «La moto sigue siendo la gran olvidada por parte de las administraciones públicas. No son bicis, ni son coches, y, sin embargo, a día de hoy, reciben un tratamiento similar en las políticas de movilidad. A modo de ejemplo: la Ley de Movilidad Sostenible o los Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), o la regulación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE)… En todas ellas la moto debería tener un capítulo específico que reconozca su contribución positiva en la movilidad y en la reducción de emisiones del tráfico», recrimina José María Riaño.

La moto es un vehículo cada vez más popular. El parque ha crecido un 18,79% en los últimos 10 años, y, en concreto, las motos de hasta 125 cc, han crecido un 49,06%. «Estos datos conllevan a que la moto esté más presente en los datos de siniestralidad. La tasa de víctimas por cada 10.000 vehículos se mantiene estable. Está claro que esto no es un buen dato, tenemos que lograr que esta tasa tenga una sólida tendencia decreciente», sostiene el presidente de Anesdor a este diario. «Para conseguirlo, los fabricantes no han parado de desarrollar tecnologías y ayudas electrónicas que hacen que los vehículos actuales sean mucho más seguros, pero la renovación del parque es insuficiente. Además, el equipamiento de protección también ha mejorado», añade.

El estudio determina que sólo el 15% de los encuestados considera que el asfalto es el adecuado, y la mitad de los usuarios de moto (47%) considera que la aproximación a un cruce es la maniobra más peligrosa. Le sigue, por orden, adelantar a un vehículo (31%) y trazar una curva (22%). Asimismo, sólo uno de cada diez considera suficiente el número de guardarraíles protegidos, y el 80% que hay demasiados obstáculos en las calles.

«Invertir en infraestructuras más seguras, no solo eliminar los guardarraíles peligrosos, sino también actuar sobre los puntos de concentración de accidentes, mejorar el estado y mantenimiento de las carreteras en general. En general es necesario dedicar más atención y recursos a la moto reconociendo que cada vez está más presente en el tráfico», ahora Riaño. Es más, «es necesario ahondar en la formación de los usuarios, hay que mejorar la formación post carnet. Es importante no actuar solo sobre los motoristas, sino también concienciar a otros usuarios de la presencia de estos», concluye.