Juan Roig Valor
Martes, 3 de octubre 2023, 14:01
Los tres grandes fabricantes de automóviles en EEUU, General Motors, Ford y Chrysler (ahora parte de Stellantis), llamados los 'Big Three de Detroit', tienen mucho más que perder que el impacto económico inmediato de la huelga: su transición a la electromovilidad puede verse ... capada.
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Según la firma de inversión Wedbush Securities, «se trata de un periodo crítico para Detroit y el futuro de la industria y creemos que si GM, Ford o Stellantis aceptan cualquier cosa cercana a lo que piden los sindicatos, el futuro la de industria automotriz de EEUU será sombrío».
El sindicato United Auto Workers (UAW) solicita, en resumen, salarios más elevados y mejoras en las condiciones a las que renunciaron con la crisis de 2008, cuando Chrysler y General Motors entraron en bancarrota, ahora que los fabricantes presentan ingresos históricos.
Las empresas, en cambio, pretenden evitar un nuevo convenio colectivo que les ligue a costes de personal que mermen su competitividad con otros fabricantes que no están sujetos a las condiciones de UAW, como Tesla, marcas extranjeras que producen en EEUU, como BMW, o start-ups eléctricas, como Rivian.
Además, la Ley Anti Inflación (IRA) del Gobierno de Joe Biden ha hecho atractiva la construcción de fábricas de baterías, y estados como Michigan o Illinois, que habían invertido con ese fin, están expectantes de que sus clientes vuelvan a la normalidad laboral y sus recursos no se evaporen.
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El propio presidente Biden visitó una de las protestas en Detroit, y le dijo a los miembros en huelga: «Os merecéis lo que habéis ganado, y habéis ganado muchísimo más de lo que os están pagando ahora».
Mientras los trabajadores siguen con condiciones de mejora lenta, los fabricantes registraron el año pasado ingresos de 18.000 millones (Stellantis) y 10.000 millones de dólares (General Motors). Ford presentó pérdidas netas, pero sus ingresos en 2021 fueron de 18.000 millones.
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En cambio, en las juntas directivas sí que han repercutido esos resultados positivos: el año pasado la consejera delegada de General Motors, Mary Barra, fue la directiva mejor pagada de los 'Big Three', con un sueldo anual de casi 29 millones de dólares, unas 362 veces más de lo que gana un trabajador promedio de GM.
Los fabricantes están de acuerdo en que sus trabajadores se merecen un aumento, pero alegan que lo que pide el sindicato es demasiado. «Los recursos que solicita UAW son los que tienen que usar los 'Big Three' para financiar su paso a la electromovilidad, en donde Tesla les saca mucha ventaja», afirman desde los auditores Plante Moran.
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Según un informe publicado por el banco Wells Fargo, los costes laborales de un trabajador de los 'Big Three' están en torno a los 66 dólares por hora. Comparativamente, Tesla, que se enorgullece de su automatización y su falta de representación sindical, ronda los 45 dólares.
Si se aceptaran las condiciones de UAW, los costes en los tres de Detroit podrían dispararse hasta los 136 dólares por trabajador, lo que se traduciría en sendos 8.000 millones adicionales en sus costes.
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Esto, a su vez, se traduciría en un encarecimiento de los vehículos eléctricos de hasta 5.000 dólares, volviendo aún más inasequible un producto que necesita de incentivos a la demanda para venderse.
La huelga comenzó el 15 de septiembre en una planta de cada constructor y se ha expandido a casi 40 puntos diferentes a lo largo del país, entre los que se incluyen fábricas, distribuidores logísticos de piezas o talleres de estampación.
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