Rafael M. Mañueco
Corresponsal en Moscú
Viernes, 10 de junio 2022, 19:16
El ministro de Exteriores ruso, Seguéi Lavrov, respondió este viernes a la ola de indignación internacional por la condena a muerte impuesta por un supuesto tribunal de la autoproclamada República Popular de Donetsk (DNR) contra tres brigadistas extranjeros, los británicos Aiden Aslin y Shaun ... Pinner, y el marroquí Brahim Saadoun. Lavrov ha llamado a «no interferir» en la decisión de un órgano judicial que Kiev considera sometido por completo a la cúpula separatista de Donetsk, un ente territorial que, salvo Rusia, no ha reconocido prácticamente nadie en el resto del mundo.
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El canciller ruso manifestó a la prensa que «por el momento, todos los procesos se basan en la legislación de la DNR, ya que los delitos en cuestión se cometieron en ese territorio. Todo lo demás es tema de especulación». A los tres brigadistas se les acusó de cometer «crímenes» contra la población civil de Donetsk y el jueves fueron condenados a la pena capital, la cual podrán recurrir en el plazo máximo de un mes.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, por su parte, aseguró a través de un comunicado que «contrariamente a las declaraciones de los funcionarios británicos, los ciudadanos mencionados no son prisioneros de guerra, sino mercenarios. Los mercenarios enviados por Occidente para ayudar al régimen nacionalista de Kiev no son combatientes según el derecho internacional humanitario y no tienen derecho al estatus de prisionero de guerra».
Ucrania confirma que carece de munición y depende de Occidente. Kiev se queda sin armas. Lo confirmó este viernes el 'número dos' de la Inteligencia militar ucraniana, Vadim Skibitski, quien señaló que el Ejército ha agotado sus reservas de munición y depende exclusivamente de la ayuda militar internacional para defenderse de las tropas rusas. «Esto se ha convertido en una guerra de artillería y estamos perdiendo», dijo al diario británico 'The Guardian'. «Todo depende ahora mismo de la ayuda de Occidente. Hemos agotado casi toda nuestra munición de artillería». En ese sentido explicó que Ucrania dispara entre 5.000 y 6.000 proyectiles de artillería al día.
Según sus palabras, los reos fueron «acusados de participar en las hostilidades del lado de Ucrania como mercenarios y condenados a muerte por una combinación de delitos». Zajárova señaló también que «por nuestra parte, informamos repetidamente a la Embajada británica en Moscú que todas las cuestiones sobre los británicos capturados deben dirigirse a las autoridades» de Donetsk y Lugansk. «Por lo que sabemos, Londres no abordó ninguna iniciativa al respecto, incluso a pesar de las solicitudes de los familiares de los mercenarios a las autoridades británicas», agregó la portavoz diplomática rusa.
Pinner, Aslin y Saadoun se entregaron por separado en Mariúpol a mediados de abril a las fuerzas rebeldes de Donetsk y el jueves fueron condenados a muerte. Ese mismo día, las autoridades británicas expresaron su repulsa por la decisión judicial. «Por supuesto, estamos profundamente preocupados por esto. Constantemente decimos que los prisioneros de guerra no deben ser utilizados con fines políticos», dijo el representante oficial del primer ministro británico, Boris Johnson. «Según la Convención de Ginebra, los prisioneros de guerra tienen derecho a la inmunidad, no deben ser juzgados por participar en acciones de combate», señalaba el comunicado.
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El propio Johnson afirmó este viernes estar «consternado», según Downing Street. «Está claro que servían en las fuerzas armadas ucranianas y son prisioneros de guerra», repitió el portavoz. La ministra británica de Exteriores, Liz Truss, calificó en la víspera el veredicto de «simulacro de juicio sin legitimidad». Este viernes telefoneó a su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba, para estudiar los pasos a emprender en adelante.
También la ONU ha reaccionado a las condenas a pena de muerte de los brigadistas. La portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, con sede en Ginebra, declaró que «desde 2015, hemos observado que el llamado sistema judicial de estas repúblicas autoproclamadas (Donetsk y Lugansk) no cumple las garantías esenciales de un proceso justo». Según su punto de vista, «estos juicios contra prisioneros de guerra constituyen un crimen de guerra» más. Se da la circunstancia de que los tres brigadistas sentenciados a muerte se alistaron en el Ejército ucraniano antes del comienzo de la invasión rusa.
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La misma suerte podrían correr los componentes del batallón Azov, que se entregaron tras tres meses defendiendo la acería Azovstal de Mariúpol. El miércoles, la agencia rusa TASS aseguró «más de 1.000 personas de la planta siderúrgica de Azovstal han sido trasladadas a Rusia. Las fuerzas del orden están trabajando en el esclarecimiento de los hechos».
La misma fuente sostuvo que «más de un centenar de combatientes ucranianos, entre ellos mercenarios extranjeros que se rindieron en Mariúpol, podrían encontrarse en Moscú». Pero los cabecillas separatistas de Donetsk ya han avisado que algunos de los prisioneros de Azovstal serán condenados a muerte sin duda alguna. Sin embargo, la evacuación de la siderúrgica se acordó con la mediación de la ONU y la Cruz Roja y quedó claro que todos ellos serán canjeados por soldados rusos apresados o rebeldes separatistas, en ningún caso juzgados y menos aún ejecutados.
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DARÍO MENOR | Roma
En la segunda audiencia que mantienen desde que fue elegida presidenta de la Comisión Europea (CE) en 2019, Ursula Von der Leyen fue recibida este viernes por el Papa Francisco en el Palacio Apostólico del Vaticano. Tras participar el día anterior en una conferencia sobre la importancia del urbanismo en la lucha contra el cambio climático convocada por un organismo de la Santa Sede, Von der Leyen habló también con el Pontífice sobre arquitectura sostenible, aunque el tema más candente de la conversación fue la guerra en Ucrania. En particular, ambos trataron los esfuerzos diplomáticos que está haciendo tanto la Unión Europea como el Vaticano para intentar desatascar las exportaciones de cereales ucranianos por vía marítima.
«Verdaderamente contenta de encontrarme de nuevo con Su Santidad en Roma», escribió Von der Leyen en su perfil en las redes sociales, acompañando el mensaje de una fotografía en la que se le ve dándole la mano a Jorge Mario Bergoglio sentado en una silla de ruedas. «Apoyamos a los que sufren por la destrucción de Ucrania. La guerra debe acabar, devolviendo la paz a Europa», insistió.
Tras su conversación con el obispo de Roma, la presidenta de la CE se reunió con el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, y con el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede. Con ambos afrontó igualmente la situación bélica en Europa oriental y sus consecuencias humanitarias y en el mercado alimentario internacional.
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