Putin reúne al nuevo órgano de gobierno que velará por el Ejército

«Necesitamos un ritmo de trabajo más rápido en todas las áreas y una evaluación extremadamente realista de la situación y del estado de cosas en su conjunto. Esto se aplica no solo directamente a la operación militar especial, sino también a toda nuestra actividad en casi todas las demás áreas», advirtió el máximo dirigente ruso ante los integrantes del Consejo Coordinador.

Según sus palabras, «si funcionamos solamente dentro del marco de los procedimientos burocráticos estándar, escondiéndonos detrás de las formalidades, no obtendremos el resultado deseado en ninguna dirección. Es para resolver todos los problemas de manera más rápida y eficiente la razón por la que hemos creado un mecanismo como el Consejo de Coordinación (...) sin cuyo funcionamiento es ciertamente imposible efectuar una coordinación amplia y profunda entre todas las áreas de actividad, todas las estructuras, ministerios, departamentos de diferente orientación, tanto en el bloque de la defensa, como en el económico y en las regiones».

Con anterioridad, para hacer frente a los reveses sufridos por las tropas rusas en Ucrania en los ocho meses que dura ya la guerra Putin decretó la «movilización parcial» de reservistas y la ley marcial en los cuatro territorios recién anexionados de Ucrania (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia). El Consejo de Coordinación deberá determinar ahora las tareas inmediatas a fin de garantizar las necesidades de las fuerzas desplegadas en Ucrania, el calendario para su implementación y la forma de controlar el proceso.

Según la agencia rusa Interfax, «las áreas clave para el cumplimiento de tal objetivo incluyen, entre otras cosas, el suministro de armamentos, equipos militares, medios materiales, servicios médicos y sanitarios, la realización de trabajos de reparación, construcción, restablecimiento e instalación, además de asegurar la logística». Según han reconocido reiteradamente las autoridades rusas a distintos niveles, son precisamente estas cuestiones en las que se han producido fallos, carencias y deficiencias que han estado mermando la capacidad del Ejército ruso y de las milicias prorrusas de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia.

Ya antes de que se lanzara la «movilización parcial», el pasado 21 de septiembre, que prevé el envío al frente de una primera oleada de unos 300.000 efectivos, muchos militares denunciaron a través de las redes sociales lo mal equipados que estaban. Se quejaban de tener que comprar de su bolsillo los chalecos antibalas. El primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, el principal ponente en la reunión de ayer, dijo en su intervención que «necesitamos intensificar el trabajo para aumentar la producción de equipos de protección personal. Es necesario incluir todas las capacidades de la industria ligera, incluidas las pequeñas empresas, para la producción de equipo militar. Necesitamos asegurarnos de que a nuestros defensores no les falte el equipo».

Este Consejo de Coordinación deberá resolver cuestiones relacionadas con la formación de precios de bienes, obras o servicios necesarios para satisfacer las exigencias del dispositivo bélico en Ucrania. Su función incluye también garantizar la creación de instalaciones de infraestructura militar, incluido el equipamiento de cuarteles, lugares de despliegue de tropas, campos de entrenamiento e instalaciones de ámbito social.

Esta nueva estructura gubernamental coordinará además la digitalización, la automatización y el soporte de información y análisis en el campo de la defensa, incluida la creación de bases de datos de los movilizados. Entre sus miembros están numerosos ministros, incluidos los de Defensa, Interior, Energía, Finanzas, Hacienda, Protección Civil, los directores del Servicio Federal de Seguridad (FSB), del Servicio de Inteligencia Exterior o contraespionaje (SVR), el jefe de la Guardia Nacional, el alcalde de Moscú y miembros de la Administración del Kremlin.