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Olatz Hernández
Corresponsal en Bruselas
Miércoles, 6 de abril 2022, 19:41
Con el movimiento de tropas rusas hacia el este, la guerra en Ucrania «entra en una fase crucial». Sin embargo, tal y como alertó este miércoles la OTAN, el conflicto está lejos de concluir: «Puede durar meses, incluso años, y debemos estar preparados para dar ... apoyo militar, humanitario y financiero a Kiev», advirtió su secretario general, Jens Stoltenberg, a su llegada a la reunión de los ministros de Exteriores de la Alianza, en Bruselas.
La OTAN espera un recrudecimiento de las ofensivas en la zona de Donbás, cuya conquista es uno de los principales objetivos del presidente ruso, Vladímir Putin. Esto permitirá además, «rearmar y reabastecer a sus tropas», que se replegaron de la zona de Kiev, donde estaban encontrando una gran resistencia del Ejército ucraniano.
Este desplazamiento táctico hacia el este no significa que Putin haya renunciado a la invasión total del país: «No hemos visto señales que indiquen que su ambición de lograr el control total de Ucrania haya cambiado», indicó Stoltenberg, por lo que cree «esencial» aumentar el apoyo a las fuerzas ucranianas.
«Los países aliados «deben reforzar su asistencia tanto con sistemas pesados, como ligeros», insistió el noruego. El envío de armas antitanque, sistemas defensivos aéreos y el entrenamiento a las tropas ucranianas ya están marcando la diferencia sobre el terreno, asegura la OTAN. En este sentido, la alianza con EE UU ha resultado «fundamental» para ejercer presión a Rusia e impulsar las negociaciones de paz, dijo Stoltenberg junto al secretario de Estado estadounidense Anthony Blinken.
La reunión de este miércoles, en la que también participaron Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur, sirvió además para definir la estrategia de la Alianza a largo plazo. «El orden mundial ha cambiado y debemos adaptarnos», dijo su responsable.
Guerra en Ucrania
Diana Martínez
La OTAN ya ha llamado a los aliados a aumentar su gasto en defensa, pero -según advirtió el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ante el Parlamento Europeo- esa inversión debe ser más eficiente. «Debemos optimizar nuestros gastos», aseguró. Además, destacó que hay mucho en juego en la guerra de Ucrania: «Nos importa mucho cómo acaba este conflicto. No queremos que acabe con un país destrozado y dominado por Rusia», señaló.
En ese sentido, destacó que los aliados aún pueden dar más apoyo a Kiev. «La UE ha invertido 1.000 millones de euros en apoyo a Ucrania. Puede parecer mucho, pero es damos a Putin todos los días desde que comenzó la guerra. Comparen», señaló.
Las armas no son la única ayuda. La UE todavía teme un ataque químico, biológico o nuclear en suelo ucraniano, por lo que ha enviado tres millones de pastillas de yodo -que protegen a las personas de los efectos de la radiación- a Kiev. Los Veintisiete también han reforzado su reserva estratégica de equipos, medicamentos y vacunas ante un posible ataque de este tipo, que provocaría una escalada del conflicto a nivel internacional.
Los esfuerzos diplomáticos de Europa siguen centrados en aislar a Rusia y en lograr una condena a la invasión de Ucrania por parte de la comunidad internacional. En este punto, la sintonía entre los miembros de la OTAN es absoluta. «Estamos unidos y preparados para reforzar nuestras sanciones y aumentar nuestra disuasión y defensa», apuntó el líder de la Alianza.
Más de cuarenta países aplican ya castigos a Moscú y la Unión Europea está decidida a ir más allá. El quinto paquete de sanciones, anunciado el martes, incluye por primera vez sanciones energéticas. La Comisión Europea propondrá a los Estados miembro el veto al carbón ruso -que mueve cerca de cuatro billones de euros al año-. Además, según destacó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, «el petróleo y el gas vendrán después».
Los hidrocarburos suponen el 62% de las exportaciones rusas, por lo que aumentar la independencia energética europea es «nuestra mejor baza» para hacer frente a Moscú, dijo Michel. Para ello, Europa trabaja ya en la diversificación de proveedores y en aumentar sus reservas estratégicas de gas. El veto a la energía rusa, sin embargo, deberá lograr la unanimidad de los Estados miembro y algunos ya se han mostrado reticentes a la hora de tomar medidas de este tipo. Entre ellos, Austria y Hungría.
Entre las posibles sanciones anunciadas el martes por el Ejecutivo comunitario se incluye, entre otras, el veto de cuatro bancos rusos del mercado financiero internacional, la prohibición de los buques rusos de atracar en puertos europeos, la reducción de exportaciones de material sensible para Rusia y más sanciones individuales a compañías y personas cercanas al Kremlin.
Los hidrocarburos suponen el 62% de las exportaciones rusas, por lo que aumentar la independencia energética europea es «nuestra mejor baza» para hacer frente a Moscú, dijo Michel. Para ello, Europa trabaja ya en la diversificación de proveedores y en aumentar sus reservas estratégicas de gas. El veto a la energía rusa, sin embargo, deberá lograr la unanimidad de los Estados miembro y algunos ya se han mostrado reticentes a la hora de tomar medidas de este tipo. Entre ellos, Austria y Hungría.
Entre las posibles sanciones anunciadas el martes por el Ejecutivo comunitario se incluye, entre otras, el veto de cuatro bancos rusos del mercado financiero internacional y más sanciones individuales a compañías y personas del círculo del Kremlin. En este último punto, Estados Unidos anunció este miércoles que incluirá en su lista de sancionados a dos hijas del presidente ruso y también a la mujer y la hija del ministro de exteriores, Serguéi Lavrov.
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