mikel ayestaran
Jueves, 28 de julio 2022, 16:44
Bagdad revivió las escenas de caos de 2016 con los mismos protagonistas y en el mismo escenario. El Parlamento de Irak recupera la calma después de una jornada marcada por el asalto a la Cámara de cientos de partidarios de Muqtada al-Sader. Los manifestantes ... obedecieron la orden del clérigo chií y a última hora de la tarde de ayer abandonaron la Zona Verde después de haber realizado toda una exhibición de fuerza al resto de formaciones políticas. Al-Sader recurrió a Twitter para dar por terminada la protesta y dijo a los suyos que «el mensaje ya ha sido recibido y habéis aterrorizado a los corruptos. Ahora debéis regresar a salvo a vuestras casas». Hace seis años asaltaron la Cámara para exigir reformas, esta vez la excusa fue la designación de Mohamed al-Sudani como candidato a primer ministro.
Publicidad
Los iraquíes acudieron a las urnas hace nueve meses, pero desde entonces las formaciones políticas han sido incapaces de alcanzar acuerdos para formar gobierno. La fuerza más votada en las urnas fue el partido de Al-Sader, una figura que combina su liderazgo político con el espiritual, pero con sus 73 escaños fue incapaz de sumar apoyos para hacerse con la mayoría necesaria en un hemiciclo con 329 representantes. Ante la imposibilidad de gobernar el país, Al-Sader decidió hace un mes la retirada de sus diputados, un movimiento que dejó a la coalición denominada 'Marco de Coordinación' como principal fuerza. Cuando este grupo, formado por partidos leales a Irán, acordó hace una semana designar a Al-Sudani como nuevo primer ministro, Al-Sader reaccionó con un llamamiento a los suyos para tomar las calles y el Parlamento. Al-Sudani fue ministro de Derechos Humanos del Gobierno de Nuri al-Maliki entre 2019 y 2014. Iraquíes llegados de todas las provincias, sobre todo del sur del país, respondieron a la llamada de su líder y volvieron a dejar claro el poder de movilización de este clérigo.
La marcha de los manifestantes hacia el parlamento, situado en pleno corazón de la fortificada Zona Verde, se produjo sin apenas resistencia de las fuerzas de seguridad. En el interior de la Cámara no había diputados y solo se han difundido imágenes de Al-Maliki abandonando su ofician con un Ak47 en la mano.
La creciente injerencia de Irán divide a los partidos chiíes, secta del Islam mayoritaria en el país, y durante las horas que duró la ocupación de la Cámara se escucharon eslóganes en contra del papel de la república islámica en Irak. En todos los comicios anteriores estos partidos obtenían la mayoría y pactaban, pero ahora el consenso se ha roto. El bloque de Al-Sader apela al nacionalismo iraquí y quiere a Teherán fuera de los asuntos internos. Los partidos leales a Irán, algunos de ellos son los brazos políticos de milicias, ven al vecino como un aliado y recuerdan su apoyo clave durante la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI). Después de la guerra sectaria sufrida por el país tras la invasión de Estados Unidos, el pulso entre los chiíes es cada vez más acentuado y algunos expertos alertan del riesgo de un choque a gran escala entre ellos.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
25 artistas para descubrir y disfrutar en 2025
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.