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Boris Johnson acude a la misa por el jubileo de la reina Isabel. FOTO: EFE | VÍDEO: EP

Boris Johnson salva el voto de confianza

El primer ministro británico continuará al frente del Gobierno, aunque recibe un severo castigo de los parlamentarios conservadores

Iñigo Gurruchaga

Corresponsal en Londres

Lunes, 6 de junio 2022

El primer ministro británico, Boris Johnson, seguirá como jefe de Gobierno tras obtener una victoria en el voto de confianza del grupo parlamentario conservador por 211 votos contra 148. El 'premier' descubrió en la noche de este lunes que el tamaño del malestar sobre su ... conducta y estilo de gobernar es muy notable. Sin embargo, y fiel a su carácter, sus primeras declaraciones fueron para destacar la «convincente» victoria que permitirá al Ejecutivo «pasar a otra cosa». El grupo parlamentario y el Partido Conservador están profundamente divididos, aunque a eso también el 'premier' encontró respuesta: «Por supuesto, entiendo que lo que tenemos que hacer ahora es unirnos como Gobierno, como partido. Y eso es exactamente lo que podemos hacer ahora».

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El grupo parlamentario en la Cámara de los Comunes sometió a votación la continuidad de Johnson después de que al menos 54 diputados del partido enviasen su petición individual a sir Graham Brady, presidente del Comité 1922 que regula este tipo de votaciones. En las últimas semanas se había especulado sobre la cuenta total de cartas de los diputados rebeldes a medida que se conocían nuevos detalles sobre las polémicas fiestas ilegales durante la pandemia en las que participó el 'premier' pese a contravenir las normas de seguridad sanitarias.

El desafío de los críticos hacia el dirigente británico generó un ambiente febril en el Palacio de Westminster. Si 180 diputados –una mayoría simple de escaños– votaban contra él, el derrotado líder seguiría como jefe de Gobierno hasta la celebración de unas elecciones de nuevo líder del Partido Conservador. Pero no podría presentarse para la reelección. Johnson se mostró confiado en la victoria.

El primer ministro ha sufrido descrédito por las revelaciones del 'partygate', y por sus evasivas ante las acusaciones de haber participado en reuniones y fiestas ilegales durante la pandemia, a pesar de la evidencia. Numerosos diputados están insatisfechos también con el vaticinio que dan las encuestas electorales sobre sus escaños. La confusa dirección del Gobierno añade malestar a todo ello.

El número de cartas habría aumentado tras la publicación del informe sobre el 'partygate' de la funcionaria Sue Gray hace dos semanas. Johnson argumentó en el Parlamento que es «deber esencial» del liderazgo sumarse a despedidas de sus ayudantes para mantener su moral alta agradeciendo su esfuerzo. Al ser esa función parte de su trabajo, no incumplía la ley. En una reunión con los diputados de su partido para pedirles su voto, Johnson afirmó ayer que actuaría otra vez de la misma manera.

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En esa misma reunión, el primer ministro –que, como consecuencia de su elección como jefe de Gobierno, no ejerce su profesión de periodista– alentó a sus colegas a votarle y así «poner fin al foco sobre el liderazgo del partido conservador que promueven los medios de comunicación». Resaltó también su papel en la pandemia y en la guerra en Ucrania, y les garantizó que ganarán las próximas elecciones. «Os voy a guiar de nuevo a la victoria y los vencedores serán de nuevo las gentes de este país», exclamó.

Johnson y su esposa, Carrie, fueron abucheados el viernes cuando llegaron a la catedral de St. Paul para asistir a la ceremonia religiosa del Jubileo. Las encuestas dicen que en dos elecciones locales a celebrar el próximo día 23 para sustituir a diputados conservadores, los candidatos 'tories' podrían ser derrotados. Pronostican también que el partido perdería unas elecciones si se celebrasen hoy.

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Rompiendo el anonimato

La inmediatez del voto de confianza beneficiaba a Johnson, que tiene un mayor aparato de colaboradores para incitar apoyos, mientras que los rebeldes parecían desorganizados. Medios británicos publicaron declaraciones de parlamentarios que afirmaban que el primer ministro estaba prometiendo cargos para lograr votos. Pero una elección secreta puede dar sorpresas. Porque el voto de los representantes de la Cámara, realizado en una sala en la que se reúnen comités parlamentarios, se desarrolló de esa manera y tras el recuento todas las papeletas serán destruidas. No obstante, el lunes por la noche, en el momento del cierre de la urna, 155 diputados rompieron el anonimato y anunciaron ya públicamente que votaban por Johnson y 43 que le retiraban su confianza.

Los ministros del Gobierno proclamaron lealtad a su jefe. Un grupo de millonarios, donantes de los conservadores, suscribió asimismo una carta de apoyo al líder. La libra subió en la bolsa, por la expectativa de claridad política. Un sondeo de 'Conservative Home', publicación 'tory', arrojaba una pequeña mayoría de miembros del partido en favor de que Johnson fuese desbancado.

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Mientras sus compañeros debatían sobre su futuro político inmediato, el primer ministro mantuvo una conversación telefónica con el presidente ucraniano, Volódimir Zelenski, con quien ha entablado una estrecha amistad por su apoyo a la resistencia desde el inicio de la invasión rusa. El dirigente británico le informó sobre la posibilidad de enviar en breve un nuevo paquete de ayuda militar para las fuerzas ucranianas.

Aunque otros líderes británicos han sido desbancados en el pasado en tiempos de guerra, tanto Johnson como su equipo han utilizado el conflicto bélico como argumento para afirmar que este no era el momento adecuado para derribar al primer ministro.

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Los rebeldes que han pedido desde enero su dimisión son veteranos del partido y diputados electos por primera vez en 2019, 'brexiters' y partidarios de la permanencia en la UE, del sur de Inglaterra y del norte. En principio, la victoria del primer ministro significa que no se podría repetir el voto de confianza en el próximo año. Sin embargo, Brady puntualizó que podrían cambiarse las reglas para permitir un nuevo voto de confianza.

La victoria de Johnson no cura la división en el grupo parlamentario y en el partido. Los gobiernos conservadores recientes han caído por el enfrentamiento de facciones con diferentes visiones de la relación con la Unión Europea. La dimisión de Margaret Thatcher en 1990, la derrota de John Major en 1997, la renuncia de David Cameron en 2016 y la de Theresa May en 2019 están asociadas a la disputa europea dentro del partido. Hay divisiones de ese tipo hoy en día, pero la escisión se centra esta vez en la personalidad y el estilo de gobernante del primer ministro.

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