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Un unionismo quejoso menoscaba el Acuerdo de 1998

Lealistas desarmados critican su abandono por Tony Blair y políticos del DUP no aceptan el Brexit que les dan Johnson o Sunak

Iñigo Gurruchaga

Bangor

Domingo, 9 de abril 2023, 20:02

La comarca de Down Norte ha atraído estos días la atención de los medios por nefastos motivos. Dos grupos con nombres históricos del lealismo probritánico se han enfrentado por el control de territorio para su negocio de drogas, en la pequeña localidad de Newtownards. Treinta ... familias han tenido que marcharse de su barrio.

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Billy Hutchinson, que fue miembro de la organizacion paramilitar Fuerza Voluntaria del Ulster, y participó como representante del Partido Unionista Popular en las negociaciones del Acuerdo de Viernes Santo, cree que la mala deriva de esos grupos que atacaban a supuestos miembros del IRA o a simples residentes de barrios católicos se debe al Gobierno británico.

A diferencia del IRA, los lealistas anunciaron su alto el fuego expresando «remordimiento abyecto» por sus crímenes. Pero no fueron premiados. «Tony Blair dio a los repubicanos todo lo que querían», según Hutchinson, en declaracions al 'Sunday World'. «Pero no ayudó a la transición de los lealistas y se escindieron en mafias de traficantes de drogas».

El lealismo es un unionismo de clase obrera, que fue alentado hacia la violencia por la prédica apocalíptica de un reverendo presbiteriano, Ian Paisley. En Newtownards, los barrios más pobres están adornados por murales que conmemoran el reinado de Isabel II. La única estatua en la plaza del Ayuntamiento está dedicada a un héroe militar local.

Blair 'Paddy' Maine fue uno de los soldados más eficaces y violentos en la historia del Ejército británico. Abogado, jugador internacional de rugby y poeta, fue uno de los fundadores del Servicio Especial del Aire, comandos que operaron infiltrados en las líneas alemanas, en el norte de África. Fue condecorado por los gobiernos de Bélgica y Francia.

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A las diez de la mañana no hay comercios abiertos. El único movimiento es el de familias que van a sus iglesias, abundantes en la calle mayor. Un hombre octogenario de mirada luminosa y rostro límpido se dirige al pequeño 'hall' de la Iglesia Presbiteriana Reformada. Cree que el Acuerdo de Viernes Santo fue bueno para Irlanda del Norte.

«Las dos comunidades se juntaron para entender sus posiciones», dice. Pero luego puntualiza: «Reporteros como tú suelen decir que la divergencia es entre católicos y protestantes, pero yo digo nacionalistas y unionistas, porque hay católicos que son unionistas. Es una importante distinción sobre la religión y la política».

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Fue funcionario y espera que haya un acuerdo para restaurar la autonomía. El problema, segun él, es que «el acuerdo del Brexit fue imperfecto y el entonces primer miinistro (Boris Johnson) dijo improvisando que no habría controles fronterizos». Se despide regalando un bello librito del 'Nuevo Testamento, Salmos y Proverbios'.

Fuga de votantes

El unionista de Down Norte tiene una tradición moderada. La circunscripción electoral votó siempre al Partido Unionista del Ulster, el del establishment, el de David Trimble, diezmado en el proceso posterior a su firma del Acuerdo de 1998. Los 'paisleytas' no tenían presencia hasta fecha reciente y el Sinn Féin, asociado al IRA, ni siquiera presentaba candidatos.

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Bangor es la ciudad más importante. Un viejo destino turístico doméstico con puerto deportivo para el disfrute de una población que se duplicó en los años de la violencia. Policías, funcionarios, gente de clase media, huyó de la insegura Belfast hacia el este, hacia Holywood o Bangor. Viajan cada día a la capital en trenes de la Compañía Auxiliar de Ferrocarriles (CAF).

El fin de la violencia y las persistentes tensiones de los gobiernos autonómicos dominados por los partidos más sectarios, el DUP y el Sinn Féin, ha causado otra fuga, la de los votantes de Down Norte. En 2019 eligieron por primera vez en la historia de la circunscripción a un candidato que no es de un partido unionista, sino de la agnóstica Alianza.

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Sir Jeffrey Donaldson, actual líder del DUP, sabe de fugas. Era miembro del unionismo moderado de Trimble antes del Acuerdo de 1998, pero se unió a Paisley, que lo consideraba una traición. Abogó por el Brexit y rechaza sus consecuencias actuales para la región. Su enredo hace incierto el futuro del sistema de Gobierno creado hace veinticinco años.

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