Recorte generalizado de impuestos en Reino Unido

Entre las medidas presentadas en su 'mini presupuesto', se incluyen la cancelación de aumentos de impuestos al público y a las empresas, previstos por el Gobierno de Boris Johnson, reducciones de tasas en la compraventa de viviendas, obligación a los sindicatos de consultar con sus afiliados ofertas de la empresa para evitar huelgas y reducción del 20% al 19% del tipo fiscal a rentas de hasta 57.000 euros anuales y del 45% al 40% por encima de 170.000.

La suma de reducciones de impuestos, más de 50.000 millones de euros, es la mayor de un Gobierno británico desde hace cinco décadas. En 1972, el primer ministro era Edward Heath, la economía era consumida por la inflación y las huelgas, y el Reino Unido se disponía a ingresar en la entonces Comunidad Económica Europea, porque se sentía, y era percibido, como «el enfermo de Europa».

La nueva primera ministra, Liz Truss, quiere una transformación radical de la economía basada en el crecimiento –el Reino Unido tiene el menor aumento porcentual del PIB entre los países del G7–, apostando por una reducción del papel del Estado. Ha fijado sin embargo un objetivo numérico al crecimiento, que será perseguido tanto por el Gobierno como por el independiente Banco de Inglaterra.

Promoverá también la creación de «zonas de inversión», cuarenta se habrían ya señalado, que se beneficiarían de incentivos fiscales. El anterior ministro de Hacienda, Rishi Sunak, había puesto en marcha la creación de una decena de zonas francas en puertos británicos. Los turistas que visiten el Reino Unido ya no tendrán que pagar el IVA. Y se eliminan los límites a los bonos que pueden recibir los bancarios, impuestos en la UE.

Rachel Reeves, responsable de la cartera de Hacienda en la oposición laborista, ha caricaturizado el plan de Kwarteng como «un presupuesto sin cifras, un menú sin precios». Presentó la rectificación del Gobierno de Truss como una implícita crítica a los gobiernos conservadores de los últimos doce años. Para la laborista, ahora se pasa del 'levelling up' (igualación entre regiones) de Boris Johnson, a la economía de 'trickle down', favorecer a los ricos para que su gasto llegue a los más pobres.

La reacción de los mercados de capitales fue negativa para el precio de las acciones, de los bonos del Gobierno y para la cotización de la libra. La preocupación es que suba la inflación y que aumenta el endeudamiento cuando suben los tipos de interés. Kwarteng estima que el coste de la congelación de los precios de la energía ya será de unos 70.000 millones de euros en los próximos seis meses.