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Corresponsal. Roma
Viernes, 14 de octubre 2022, 18:17
«Prepotente, arrogante, ofensiva, ridícula. Con ninguna disponibilidad para los cambios. Es una con la que no se puede estar de acuerdo». Pueden parecer los adjetivos que Silvio Berlusconi dedicaría a un rival, pero su objetivo no es otro que su aliada Giorgia Meloni, flamante ... ganadora de las elecciones generales celebradas el pasado 25 de septiembre en Italia al frente de la coalición conservadora, de la que forma parte el partido político del magnate, Forza Italia.
Incapaz de digerir que le haya comido el terreno entre los votantes de derechas y que vaya a ser la fuerza política de Meloni, Fratelli d'Italia (FdI, Hermanos de Italia), la que lleve la voz cantante en el próximo Gobierno, Berlusconi se desahogó escribiendo a mano en un papel una lista de calificativos sobre su socia que fue descubierto por los fotógrafos durante su comparecencia en el Senado.
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El elenco de insultos hacia la primera ministra 'in pectore' mina la confianza entre la coalición conservadora antes incluso de que nazca el nuevo Ejecutivo. De hecho no se descarta que Forza Italia se presente la próxima semana por su cuenta a la ronda de consultas con el presidente de la República, Sergio Mattarella, para dar vida al futuro Gabinete. Sería un nuevo feo hacia FdI y la Liga de Matteo Salvini, el otro socio del bloque de derechas, después de que el jueves 16 senadores del partido de Berlusconi votaran en blanco durante la elección de Ignazio La Russa, dirigente de la fuerza política de Meloni, como nuevo presidente de la Cámara Alta. El difícil reparto de los cargos en el próximo Gobierno entre los tres aliados está detrás del enfado del magnate, que a sus 86 años se resiste a dejar de ser protagonista de la política italiana.
Pese a que se ha visto igualmente jibarizado por el crecimiento electoral de Meloni, Salvini parece, al menos en público y por el momento, menos virulento hacia ella. Probablemente contribuya a ello el hecho de que consiguiera colocar este viernes a uno de sus hombres de confianza, Lorenzo Fontana, como nuevo presidente de la Cámara de los Diputados.
Su elección fue muy criticada por la oposición, que considera poco apto para un cargo de ese peso institucional a un político conocido por sus posiciones ultracatólicas y homófobas, que le han llevado a hacer una cruzada pública contra las uniones civiles entre personas del mismo sexo. Fontana, además, se mostró en el pasado en sintonía con el presidente ruso, Vladímir Putin, y presionó a la Unión Europea para que acabara con las sanciones al régimen de Moscú.
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