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lourdes gómez
Londres
Viernes, 16 de septiembre 2022, 02:09
La selección inglesa de cricket dio la bienvenida a Carlos III en el estadio de Oval, en el sur de Londres. Disputa la serie contra Sudáfrica esta temporada y, tras guardar un minuto de silencio en respeto a la difunta reina en el encuentro del ... sábado, los jugadores entonaron el himno del Reino Unido. El popular 'Jerusalem' es su cántico habitual en competiciones internacionales, pero, en la corriente emocional de la sucesión monárquica, cantaron 'God Save the King' (Dios salve al rey) guiados por la soprano Laura Wright. Fue la primera competición deportiva del país en la que se escuchó la revisada estrofa de la composición nacional en honor del nuevo monarca británico.
Otras modificaciones fueron casi inmediatas. En cuanto falleció Isabel II y el máximo cargo estatal pasó a su primogénito, el Ejecutivo conservador de Liz Truss se convirtió en el nuevo «Gobierno de su majestad el rey», los abogados de élite dejaron de ser «consejeros de la reina» y las licencias reales que ella concedió a sus proveedores favoritos quedaron relegadas al buzón de pendientes de ser confinadas a la Historia. En el tribunal penal del Old Bailey de Londres, se convocó el día 9 el «primer juicio en nombre del rey desde 1952», según apunta William Holmes en la plataforma Legal Checks.
Dos siglas distintivas de dos monarcas, 'E II R' (Elizabeth Regina, en latín, Isabel reina) y 'C III R' (Charles Rex, Carlos rey), además del cambio de género, forzará modificaciones a doquier. En inglés no cuadran las iniciales de reina (Queen) con rey (King), como advirtió la Oficina de la Corona al instruir a los expertos legales que actualicen con urgencia sus credenciales. Los altos letrados son referidos ya como KC (consejeros del rey), en vez del hasta ahora universal QC. «Acabo de enmendar la firma de mi correo electrónico de QC a KC. Una tarea mundana y sin importancia en sí, pero que me conmueve y afecta personalmente», confesó el abogado John Machell.
Son 70 años de una población familiarizada con la imagen de Isabel II, con su retrato en perfil incrustado en monedas, billetes y sellos, que va a costar dejar atrás. «Además de la extrañeza de escuchar cómo se dirigen a Carlos por su nuevo título de rey y que el príncipe Guillermo se ha convertido en duque de Cornualles y de Cambridge, estos pequeños cambios serán discordantes y harán que lo familiar sea un poco menos conocido», reconoce la profesora Pauline Maclaran en el portal de 'The Conversation'.
Carlos aportará al reinado su propia iconografía y algunos detalles no se han desvelado. Es el caso de la corona que adoptará en su monograma personal, punto de referencia fundamental en el diseño de sellos, insignias, medallas y otros distintivos. Podría optar por la corona Tudor, que han utilizado sus antecesores varones, o seguir la tradición de su madre, que eligió la de San Eduardo.
Independientemente del estandarte regio de la nueva era, las alteraciones serán imprescindibles en múltiples esferas. Los guardas de la Torre de Londres, los populares Beefeaters, habrán de actualizar sus uniformes, que lucen el distintivo 'EIIIR' desde hace siete décadas. Agentes de policía llevan insignias en honor de la reina en sus gorros y el abrigo de los marineros de la Royal Navy incluye botones decorados con el icono de la difunta matriarca.
El privatizado Royal Mail (el servicio de correos británico) colaborará con el rey en el diseño del retrato que imprimirá en la próxima serie de sellos postales. La colección actual se basa en un perfil de Isabel II que se imprimió originalmente en 1967. Se conoce por el nombre del diseñador de la serie, Arnold Machin, y se considera el «trabajo de arte más reproducido en el mundo», según Maclaran. Se han editado más de 200.000 millones de copias en diferentes colores desde entonces.
También falta por divulgar la imagen del rey que se acuñará en las próximas monedas de libras y peniques. Con la restauración de la monarquía en 1660, Carlos II inauguró la tradición de utilizar el perfil reverso al del monarca anterior. La reina mira a la derecha en las estimadas 29.000 millones de monedas nacionales en circulación, de forma que su hijo posará hacia la izquierda, si decide seguir la costumbre. Royal Mint, que se encarga de la producción, no ha indicado cuándo lanzará la 'calderilla' del nuevo reinado.
La misma incógnita mantiene el Banco de Inglaterra, emisor de billetes de libras esterlinas, aunque la transición será larga hasta que se retire el dinero con la imagen de Isabel II. El dilema en esta instancia afecta a una treintena de países de la Commonwealth, incluidos Canadá y Australia, que disfrutan de la imagen de la desaparecida reina en sus divisas en metálico.
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